Los niños son amantes de los cuentos, y no solo les encanta leerlos y escucharlos antes de dormir, también les apasiona escribirlos. Y como prueba, la colección de libros infantiles Cajas de Agua de la editorial municipal Letra Capital, que incluye cuentos de Elisa Guerrero y Roberto Matabuena, los autores más jóvenes de este proyecto queretano.
Con apenas 10 años, Elisa y Roberto publicaron este 2024 La vida de la niña un ojo y Un virus de mascota, respectivamente; dos libros en los que comparten su mundo interior a través de historias fantásticas que revelan entre líneas sus propias aficiones.
En su cuento, Elisa muestra un mundo donde todos son importantes, y acompaña este relato con ilustraciones de su propia autoría. Mientras que Roberto comparte su pasión por el mundo microscópico a través de la historia de Víctor, un niño que quiere un virus de mascota.
También Hay niños en la industria
Ambos formaron parte de la novena edición de Hay Festival Querétaro, y se convirtieron en los primeros niños en participar como autores en este encuentro editorial.
En el festival les tocó hablar de su propio proceso creativo, y de lo que representó para ellos publicar su primer cuento.
“Un día pensé en que no era mala idea escribir un libro para contarle al mundo cómo empezó mi fascinación por el mundo microscópico. Entonces una tarde me senté con mi mamá y le empecé a dictar” , recordó Roberto en la presentación.
El autor compartió que decidió que su primer cuento fuera educativo, para que los lectores no solo se divirtieran con la historia detrás de Un virus de mascota, sino que también aprendieran mucho sobre microorganismos infecciosos.
Sobre la presencia de los niños en la industria editorial como autores, ambos coincidieron en que es casi nula, y es importante que también se les tome en cuenta como creadores.
“Los niños también tienen mucha creatividad. Y es que a diferencia de los adultos, que experimentan y ponen lo más lógico (en lo que escriben), los niños escriben cosas fuera del mundo, que no existen”, refirió Elisa.
“Cada niño tiene un mundo en su interior”, agregó Roberto.
Finalmente, ambos escritores recomendaron a niños y adultos estimular su imaginación a través de la creación, así como atreverse a escribir e ilustrar sus propias historias.
“Yo les aconsejo que usen su creatividad, y si dibujan algo que no les gusta, no lo borren. Mejor experimenten y ponganle una historia”, dijo Elisa.
“Muchos adultos ya no tienen creatividad, muchos trabajan; así que les recomiendo, a ustedes, cabezas grandes, que siempre usen su creatividad como cuando eran niños, por ejemplo para dibujar. Poner una historia en un dibujo y siempre pensar en cómo va a ser, y si te equivocas, siempre usar su imaginación para resolverlo”, apuntó Roberto.
La colección de libros infantiles Cajas de Agua reúne a doce escritores y cinco ilustradores en los géneros de cuento y poesía, y con temáticas amplias e imaginativas que abarcan desde viajes interestelares hasta el cuidado de la salud, la entrañable presencia de los abuelos o la amistad con seres diminutos.
Los títulos se clasifican en Ya leo, para niños que pueden interactuar con el libro de manera independiente, y De a dos, para leer con apoyo de un adulto. Los libros son: Soy Huapanguero: vivo, bailo y sueño en el tablado de Agustín Vizcayno; Cuentos estrellados de Braulio Guerra; El misterio de la amistad de Marcia Trejo Kikey; Un virus de mascota de Roberto Matabuena; Mi abuelo se comió un reloj de Raúl Ángeles Flores; Yo también fui James Bond de Agustín Vizcayno; ¡Aaaa! de Yolanda Rubioceja; El árbol que da frutos de Ana Francina Barrios; En resistencia de Guerrero Zergei; Cuentos de arcilla y nube de Allure Spinoza; Naturaleza, cuatro elementos. Poesía para niños de Daniela Nieto, y La niña y el pajarito. Cuentacuentos de Alejandra Hoyos y Elisa Guerrero.
Entre los ilustradores participantes figuran Erick Franco, Michelle Muñoz, Adriana Merino, Denisse Guerrero, Yolanda Rubioceja y Elisa Guerrero Hoyos.
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Sobre los pequeños grandes autores
Elisa Guerrero Hoyos (Querétaro, 2015), nació el día en el que Marty McFly viajó al futuro en el filme ochentero. Su pasión es la gimnasia. Ama dibujar ojos, gatos y pies. Los cuentos le gustan porque son divertidos y la entretienen. “La vida de la niña un ojo” será su primer cuento publicado; la idea surgió un día en que jugaba con una plastilina y apareció el rostro de la niña un ojo.
Roberto Matabuena (Querétaro, 2014), estudia tercero de primaria y su principal pasatiempo es dibujar tornados, barcos de contenedores, trenes y transbordadores espaciales. También juega futbol, toca piano y explora Google Maps para conocer todos los rincones del planeta. Este es el primer cuento que publica, inspirado en una de sus otras fascinaciones: el mundo microscópico.