¿Se puede vivir de escribir, o se vive para hacerlo? es la pregunta que Olivia Teroba plantea en Dinero y escritura, su más reciente publicación de ensayo autobiográfico en el que comparte su mirada respecto a las complejidades que implica el imaginar una vida centrada en el arte.
“Mis libros surgen de mi cotidianidad. Me interesa hablar de lo que a mí misma me ha causado duda, y cuando comencé a escribir una de las preguntas que siempre me hacía era si podía vivir de esto o eso solo era una ilusión. Creo que es una interrogante que todo escritor se plantea en algún momento de su carrera, siempre está este sueño de que todo pueda salir maravillosamente bien y se pueda vivir plenamente sin preocupaciones, pero por otro lado, está una realidad en la que el vivir de lo que escribo no tiene un resultado tan favorable. Así que mientras más preguntas me planteaba, me fui encontrando respuestas no tan satisfactorias, y así fue como di con este tema que resulta ser incómodo para abordar con los compañeros”, explicó la escritora.
Desde sus reflexiones, el hablar del dinero dentro de la comunidad artística resulta un tabú debido a la forma en la que han sido educados. “El arte se relaciona con la pasión, así que si hablas del factor económico puede verse como si no amaras lo que estás haciendo. Uno incluso se siente sucio y egoísta por querer abordar estos temas, aunque en realidad no tiene nada de malo”, añadió.
Señaló que ha sido la idea de que el “sacrificio te lleva a la gloria” la que más daño le ha realizado a la comunidad artística, lo que orilla a perfiles de alto nivel a aceptar las condiciones de promotores y organizadores de festivales de “regalar su trabajo” en favor de la exposición.
“Afortunadamente, la recepción con mis pares ha sido muy empática y amable. Creo que es cuando más nos hemos animado a platicar entre nosotros sobre estos temas y eso es muy bueno”, puntualizó. Como tal, dentro de su libro, Olivia solo plasma sus preguntas, más que buscar soluciones, “no creo que yo a las dos de la mañana vaya a encontrar la solución a nuestra precariedad, siento que hay una infinidad de caminos. Cada uno distinto para cada creador. Lo que sí creo que hace una diferencia es si estamos o no en comunidad, el poder contar los unos con los otros es lo que nos permitirá poder avanzar en este diálogo”, señaló.
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El encontrar un balance entre el dinero y la escritura es un reto que para la escritora falta un amplio camino por recorrer antes de dar por cerrada la conversación; sin embargo, este proyecto le ha permitido reflexionar sobre su propio trayecto dentro de la literatura. “Siento que este libro marcó un límite de hasta dónde podía llegar con la autobiografía. He hablado de varios temas familiares y tengo este asunto de hablar en voz alta sobre temas incómodos. Tras la publicación de mi primer libro, la recepción en mi entorno familiar fue sumamente complicada de sobrellevar, lo que me ha orillado a considerar darle un poco de tiempo a este tipo de escrituras y tal vez volver a la ficción. Siento que con este libro he podido dejar mucho de lo que quería decir, así que no estará mal que me tome un poco de tiempo de descanso”, finalizó.