La versión cinematográfica de Llámame por tu nombre (2017) atrajo los ojos de la gran audiencia a la novela que inspiró la cinta, la cual fue publicada 10 años antes por el escritor estadounidense André Aciman.
Durante la charla que el autor de origen egipcio ofreció en el marco del Hay Festival Querétaro 2018, el propio Aciman reveló su sorpresa y gratitud por la acogida que su historia ha logrado en todo el mundo.
“Lo tomo con extrema humildad, veo a la gente enviar tuits al respecto, es muy conmovedor, me hace pensar y reflexionar sobre qué está pasando. Es un gran placer ver que algo que me inspiró en un verano caluroso en Nueva York, se haya vuelto un fenómeno mundial, en especifico con el público joven”, resaltó el escritor al periodista Felipe Restrepo Pombo, quien fungió como presentador y moderador del encuentro celebrado el pasado viernes en el Teatro de la República, ante una centena de espectadores.
En esta charla, el escritor de nacionalidad norteamericana compartió su afinidad por la pintura, y aunque dijo que su pintor favorito es el español Diego Velázquez, fue en la obra del francés Claude Monet, en quien encontró cierta inspiración para la novela que lo ha popularizado.
“Ambos somos impresionistas. Lo que me gusta de Monet es que tiene la capacidad de captar el momento, la impresión del momento, eso que se va, y amo eso, como la casa (que aparece en la historia) esta inspirada en eso (…) todo son impresiones, del deseo, del olor, de tocar…”.
Y es que si en algo fue enfático el también ensayista, fue en aclarar que su historia no es una de amor, sino una que habla sobre el deseo, “que es lo único que me importa”, apuntó con cierto humor.
Los detalles alrededor de la historia fueron base de su creación, comparte. Restrepo Pombo consideró que el espacio es un personaje más en su historia, por el peso “de las pinceladas” que Aciman construyó alrededor de los protagonistas.
“Fue todo un proceso el de los detalles, (…) pero los detalles no vienen de mí, vienen de la historia. Si la historia la sitúas en Nueva York, sería una historia distinta, no habría tantas plantas, porque no tenemos plantas en Nueva York, estaríamos hablando de un tempo diferente e incluso los personajes interactuarían de una forma distinta”.
Al respecto, compartió que la decisión de presentar a una pareja homosexual fue para darle un toque “impredecible”.
La versión cinematográfica
Y es que sin pudor dijo preferir que quien aún no conoce la historia sería mejor que viera el filme primero antes que leer el libro, pues la versión de Luca Guadagnino, adaptada por el guionista James Ivory, va llevando al espectador poco a poco.
“Si tu ves la película primero, no sabes de que va la historia, no tienes idea de que pasará. Eso es lo que amo de la película, (…) aunque ya toda al gente va y lee acerca de la película y anticipa el momento, eso es anticlimático”, sostuvo
El autor se refería a que en la cinta, “el amorío” entre los protagonistas: Elio y Oliver va sucediendo de a poco, casi sin advertir que hay una atracción entre ellos, el deseo del que tanto habló el escritor.
Yo no hablo del amor, hablo del deseo, es lo único en lo que me ocupo (…) Yo envidio a la gente como Oliver, gente que llega y de inmediato tienen personas a las que conocen o con las que entablan plática en el momento ¿cómo lo hacen?
André Aciman/Escritor
En la novela, por el contrario, se devela muy rápido la situación. En la primeras páginas sabemos que los personajes, uno de 17 (Elio) y otro de 24 años (Oliver) tienen una relación sentimental, o mejor dicho, la tuvieron.
“Está escrita en pasado. Él (Elio) recuerda el episodio de su vida, para mí la memoria es un factor muy importante, porque la nostalgia es el deseo por lo que pasó tiempo atrás”.
El pasado es un recurso recurrente en el trabajo del estadounidense, pues asegura que es la única certeza que tiene y a él recurre para crear historias no vividas, esas que no sucedieron pero que desea que le hubieran acontecido.
“Pero siempre pienso, eso que estoy viviendo maravillosamente ahora, lo veo como algo que recordaré de manera hermosa mañana, en el pasado. El aquí y ahora no lo entiendo, no entiendo el futuro, pero puedo anticipar el pasado, la memoria es muy conveniente y muy útil, para usarla, porque en realidad nadie entiende el presente, hay gente que dice hacerlo, pero yo no confío en ellos”, expresó tajante arrancando las risas de la audiencia.
Los personajes
Además, André Aciman reveló que la decisión de contar la historia desde la perspectiva del adolescente fue natural, ya que el autor se dijo identificado con el personaje.
“Elio piensa cosas, y él interpreta al otro personaje… siempre interprétanos mal a la gente, eso es lo que vuelve a la vida interesante. Él es naif, es un niño, un niño que vive al amparo de sus padres, que no decide por él, pero que tiene sentimientos muy adultos”.
Al respecto y ante la insistencia de algunos lectores para que el escritor haga la historia desde el punto de vista de Oliver, André reveló que ello le sería imposible.
“Oliver hace amigos con tanta facilidad. Por ejemplo, cuando el entra a aquella cantina y Oliver empieza a jugar cartas con todo mundo y empata con ellos y yo he buscado hacer eso toda mi vida y no lo consigo. Envidio a esta gente, no la entiendo. Y mucha gente me lo pide: por favor haz la novela desde la perspectiva de Oliver, pero no sé como hacerla, no logro entender a Oliver y no es un personaje para mí”, confesó.
Al final de la charla, además de abrir espacio para las preguntas del público, quienes le expresaron su gratitud y admiración, el autor se dio tiempo para firmar libros, tomarse fotografías con los presentes y realizar dedicatorias a sus seguidores.
Las actividades del Hay Festival culminan hoy con la presencia de Venkatraman Ramakrishnan, ganador del premio Nobel de Química 2009, así como proyecciones de documentales, charlas y mesas de discusión.