Cada villancico ha relatado la travesía de Melchor, Gaspar y Baltasar por el mundo y el cómo, una vez al año, visitan a los niños bien portados. Dulces, juguetes, ropa y más regalos son los detalles que los reyes traen para los más pequeños de la casa, pero ¿el 6 de enero sólo gira alrededor de los regalos? Para nuestra fortuna, la triada mágica visitó las instalaciones de JaJa Teatro para responder esta y muchas otras preguntas más.
En un íntimo evento con al menos 10 niños presentes, los famosos Reyes Magos hicieron acto de presencia y compartieron una velada mágica.
Los niños esperaban ansiosos y emocionados a los reyes. Uno de ellos practicaba lo que les iba a decir cuando los viera en el escenario, otra niña pegaba a su pecho su delicada cartita en donde plasmó los deseos más anhelados de su corazón.
Llegada la hora, Gaspar y Baltasar se aparecieron ante los niños, mientras que Melchor, el rey más viejo de los tres, se encontraba en la entrada del teatro queretano. Él saludaba a los transeúntes y a quienes se les había perdido la hora y llegaron “rozando” al teatro.
A la par que Melchor se preparaba para su épica entrada, Gaspar le explicaba a los niños de dónde venían los Reyes Magos. “Nosotros venimos del Cinturón de Orión, habitamos allá en las estrellas y desde ellas es como los hemos ido observando. Pero ahorita nos estamos quedando en un Airbnb de Querétaro”, les explicó.
Los niños los miraban asombrados y estupefactos. “¿Dónde están sus animales? ¿Dónde están los camellos?”, preguntó uno de los niños. “Ahhh, nuestros animales. Ellos se encuentran resguardados. Hicimos mucho tiempo de viaje y ahorita se encuentran descansando”, respondió Baltasar.
“A ver, pero antes de seguir respondiendo las preguntas, hay que llamarle a Melchor”, interrumpió Gaspar. “¡Sí! Hay que hablarle a Melchor, todos, vamos a gritarle”, comentó Baltasar. Los niños y papás se unieron para gritar “¡Melchoooooor!”, y al parecer los gritos eran la señal de entrada para el rey, ya que entró por la puerta principal.
Melchor fue recibido con gritos, aplausos y risas de los pequeñines. “¡Ya llegó Melchor! Él es el más viejo y tragón de los tres”, comentó Gaspar entre risas. Melchor, al escucharlo, se echó a reír también y acarició su panza: “Ohhh, sí, a mí me gusta comer muuuy bien, pero también debo comer más vegetales aunque no me gusten”.
“Mi mamá también me dice que debo comer vegetales”, comentó otro de los niños desde su lugar. “Ahh, ¿y le haces caso?”, preguntó el rey. El pequeño tapó su rostro con sus manitas y solo dejó salir una risa pícara. “Oh, oh, oh, ya te atrapamos, pero ahorita regresaremos a ese tema”, comentó Baltasar.
Una vez reunidos los tres reyes, se dedicaron a explicarles a los asistentes el cómo ha evolucionado su trabajo con el paso de los años. “Ahora nosotros también somos modernos, usamos celulares, tablets y vemos Netflix”, comentó Melchor, “pero eso no es todo. Para agilizar nuestro trabajo, hemos desarrollado un programa de Inteligencia Artificial llamado Maggie, quien es nuestra asistente y nos organiza todas las cartas que nos llegan alrededor del mundo”.
“¿Cuántas cartas les llegan?”, preguntó una niña. “Uy, fácil dos mil millones, y eso es todos los años”, comentó Gaspar.
Con ayuda de “Maggie”, los Reyes Magos fueron respondiendo las preguntas que niños de todas partes del mundo les hicieron llegar. Se respondieron inquietudes desde si ellos eran amigos o enemigos de Santa Claus y hasta cuántos años tenía cada uno.
En el teatro los niños también tuvieron la oportunidad de preguntarles cosas, como la razón por la no podían utilizar en ese momento su magia. Los magos respondieron que los niños son unos seres muy especiales, porque ellos siempre terminan absorbiendo la magia, lo que los hace temporalmente incapaces de utilizar sus poderes.
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Los Reyes y los pequeños compartieron un momento muy personal cuando cada niño fue llamado a presentarse ante la corte real. Los magos leyeron los informes de comportamiento de cada uno, les dieron recomendaciones de dormirse más temprano, cepillarse los dientes o comer más verduras, y, finalmente, los invitaron a hacer un juramento del buen comportamiento.
Los niños pudieron tomarse fotos con los reyes y entregarles sus cartitas. Antes de que el tiempo de la reunión se agotara, Melchor, Gaspar y Baltazar les compartieron un mensaje súper importante a los pequeños: “Y recuerden, puede que reciban regalos porque se los han ganado, pero los mejores son los que tienen día con día: la comida en la mesa, el amor de sus papis, una casa y una familia que los quiere. Jamás lo pierdan de vista y tampoco dejen de ser niños, podrán crecer, pero si mantienen esa fe, jamás dejarán de absorber la magia”.