Como un proceso “agridulce” calificó el maestro Ludwig Carrasco la transición que lo llevará a despedirse definitivamente de la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (OFEQ), luego de haber anunciado que aceptó la oferta para tomar la dirección de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA).
“Me da gusto lo que hemos podido hacer (...) Me llevo conciertos muy bien grabados porque han tenido mucho éxito tanto musical como con el público y se quedan muchos proyectos en el tintero”, asegura y recuerda algunas de las presentaciones más icónicas en las que llevó la batuta, como las que evocaron a los grandes del rock como Queen y Soda Stereo, conciertos con los que además fueron nominados a las Lunas del Auditorio.
Hace la cuenta del tiempo que estuvo al frente y detalla que de los dos años que duraría su estancia, permaneció cerca de un año y medio, sin embargo, aclara que la decisión de continuar hasta diciembre –al finalizar esta temporada– respondió a la necesidad de la orquesta como un ente musical.
“La idea de no irme hasta diciembre era dar un tiempo para no crear una ruptura en el proceso artístico de la orquesta (...), para que el director o directora –en el futuro–, no se encuentre con una orquesta que ha estado acéfala por mucho tiempo, que fue el caso cuando yo llegué, que duró casi un año sin director y eso se notaba mucho en la dirección artística, en cuanto a la calidad y la flexibilidad”, detalla.
Cuestión que representó un desafío que sí logró concretar. “El más importante (reto) y de los primeros fue lograr una unión de la orquesta en términos musicales, que no fue culpa de ellos, sino la situación y que podría ser contraproducente, pero son tan buenos músicos que no costó volverlos a hacer sonar como una orquesta; como una entidad, una unidad”, recuerda y asegura que ese momento fue “esperanzador” por encontrarse con una orquesta a la que califica como “muy viva”.
Con respecto a otras líneas de trabajo que planteó desde su llegada, asegura que también lograron ampliar su alcance; “pasó de ser tradicional a un grupo más diverso tanto para público, como en el repertorio y en cuanto a los artistas”.
Asimismo destaca el haber liderado cerca de 10 estrenos en un año, logro que asegura, muchas orquestas no alcanzan en tres o cuatro años, además de la apertura del espacio a nuevos talentos. “Tuvimos la suerte de tener en su debut –en mi periodo–, a artistas muy destacados, entre mexicanos y extranjeros, tanto solistas como directores, lo cual beneficia mucho a la orquesta porque le da otra proyección a nivel nacional”.
Pendientes importantes
Pese a los logros alcanzados durante su dirección, Carrasco aclaró que las áreas de oportunidad para que el desarrollo de la orquesta continúe tienen que ver con el presupuesto. “Hay un gran repertorio que me hubiera encantado que se conociera y que la orquesta fuera la primera en tocarlo en el país, pero no se pudieron programar por cuestiones económicas, lo mismo muchos solistas o directores, aunque todos los que han venido han hecho un gran esfuerzo y realmente se han ajustado a nuestras posibilidades; hay algunos otros que sí hubieran gustado, pero a lo mejor no podíamos pagarles boletos de avión porque están en el extranjero”, abundó.
Aclaró que no se trata de un presupuesto extraordinario extra el que se requiere para este tipo de acciones, sino de un 5 o 10% extra, que dice no se pretende que sea aportado por el gobierno, sino que puede llegar la iniciativa privada e incluso de la sociedad.
“Sí se requiere que la sociedad arrope más a la orquesta; sí siguiéndonos en las redes sociales y acompañándonos en los concierto, pero también apoyando y exigiendo que haya una programación interesante y novedosa; que se siga buscando convertir a la orquesta en un referente más alto del nivel en el que ya está, porque eso hace crecer a los músicos y a la orquesta, pero también al entorno cultural de la ciudad y en general a la sociedad”.
Por ello, califica a la orquesta como una “joya” que puede atraer inversión extranjera en el sentido de que empresarios internacionales no sólo buscan un espacio fértil en el ámbito industrial, sino que además exploran que la ciudad en la que se establecerán provea también opciones culturales, generando así un rendimiento a nivel cultural, económico, social y político.
Otro de los temas que dice quedarán pendientes tiene que ver con la sede en la que se presentan. “El Teatro Metropolitano es un espacio muy moderno; la gente se queda impresionada de la arquitectura y su funcionalidad, sin embargo, es un poco retirado de todo lo que sucede en la ciudad; realmente hay que tener como misión ir ahí para el evento que uno quiere ir a ver y creo que eso es alejar un poco a la orquesta de la sociedad y de la ciudad”.
A propósito de este espacio sugiere explorar posibles sedes en el entorno del Centro Histórico, donde el público –incluyendo turistas extranjeros–, puede acceder más fácilmente.
La última y nos vamos
El próximo 28 de noviembre será el último concierto de la temporada y de manera casual reúne algunas de las líneas de trabajo que el maestro Ludwig ha priorizado, comenzando con “La consagración de la primavera”, de Ígor Stavinsky.
“Es una obra que aún más de 100 años después sigue sonando muy fresca, con mucha energía y personalidad (...) Es una obra que en su momento causó un gran revuelo porque en la premiere, aunque llevaba el ballet, hubo casi una revuelta y tuvieron que suspender la función porque hubo abucheos y gente gritando que eso no era ballet, que no era música por ser algo bastante novedoso, a tal grado que ahora nos puede parecer un poco sorprendente el resultado sonoro”, destaca Carrasco y aclara que es una obra con la que se miden las orquestas profesionales.
Para continuar con los estrenos, se tocará “De una mañana de primavera” de la compositora francesa Lili Boulanger, obra que fue elegida por su estilo impresionista. “Yo digo que si esta obra tuviera otro apellido más conocido, todo mundo la estaría escuchando en conciertos frecuentemente, pero como la compuso una mujer y hasta hace muy poco han empezado a cambiar las cosas y a equilibrarse la balanza en cuestión de la equidad de género y el reconocimiento de la mujer en las artes, todavía es bastante desconocida”, define el director.
Finalmente, el evento será coronado con la participación del solista Kazimierz Olechowski, un violinista polaco –francés, ganador de premios a nivel mundial en interpretación de violín y actualmente concertino de la Ópera Nacional de Lyon, Francia.
Hacia el futuro
Proyectando la visión de la labor que regirá su futuro al lado de la OCBA, Carrasco asegura que mantendrá la misma línea y lejos de tratarse de migrar el proyecto que llevó a cabo en Querétaro asegura que se trata de su esencia y refiere una analogía. “Es como un chef, puede que cambie de restaurante pero tiene una manera de cocinar y lo mismo para mí porque como director estás haciendo la misma función en la parte artística”, dice.
Detalla que su labor contemplará igualmente estrenos mundiales, inclusión de música de mujeres compositoras, además de la misión que ahora será inherente a esta orquesta; crear una identidad que la destaque del resto de las orquestas.
Teniendo como referencia la pertenencia de la Orquesta al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL) planea potencializar su ventaja multidisciplinaria al crear fusiones con el resto de expresiones artísticas con teatro, danza, cine, pintura y escuelas artísticas de música, entre otras.