Lupita Pizano y Víctor Sasia, un amor por el teatro

Por Alondra Jiménez

  · viernes 26 de octubre de 2018

Fotos: Fernando Reyes y Hugo Camacho

Cuando llegaron al mesón de Cómicos de la Legua hace más de diez años, nunca imaginaron que el teatro se convertiría en su profesión y en el que se enamorarían. Víctor Sasia y Lupita Pizano son hoy en día los actores que dan vida a “Moliére y Magdalena” y que aportan a este, uno de los semilleros teatrales más importantes de Querétaro.

Han ido más allá de la escena y han pasado a la docencia, ahora siembran raíces en el lugar que los vio nacer como actores, son ellos quienes están enfrente de los grupos formativos de Cómicos de la Legua, llevando a las nuevas generaciones el teatro clásico, mantenerlo vigente con un contexto contemporáneo; el amor por el escenario, las ganas de experimentar en él y sobre todo tocar al espectador a través de él.

Ellos, al igual que cientos de actores en el estado y en el país, se enfrentan a las peripecias de una sociedad poco consumidora de teatro, de arte y de cultura en genera, ante eso no se dan por vencidos y buscan dejarlo todo en cada una de sus obras, en esa efímera función provocar la reflexión y dejar un espectador distinto al que entro, sin importar si es a través del teatro clásico o algo que va más allá.

Fotos: Fernando Reyes y Hugo Camacho

¿Qué representa teatro en sus vidas?

Víctor: Se vuelve tu vida. Cualquier cosa que ves en el exterior la absorbes para el teatro, como actor buscas tener experiencias y decir “eso me va a servir o lo voy a buscar en el teatro”, se vuelve tu vida, hasta lo sueñas! Siempre he pensado que es un juego –y hasta morboso- porque quieres que te vean jugándolo, es un juego que te divierte y te la pasas bien, pero para que eso suceda deber seguir ciertos lineamientos y si todos jugamos el mismo juego, nos divertimos.

Lupita: No sé si es radical decir que es todo lo que soy, porque todos los aspectos de mi vida los relaciono a mi carrera teatral. Debes ser transparente porque no debes mentir y tratas con muchas personas y aceptas a la humanidad como es y que el teatro es un impulsor de cambio y reflexión en la que el espectador puede reflejarse a si mismo y generar conciencia

Lupita Pizano también llegó por azares del destino a Cómicos y hoy, junto a Vítor dirigen los grupos de formación de la compañía


Tienen sus cimientos en Cómicos de la Legua, el teatro clásico español. Pero ustedes, ¿qué experimentaciones tienen y buscan escénicamente?

Víctor: Hemos sido respetuosos en que somos cómicos, aquí nacimos y seguimos aquí. Ahora somos maestros y siempre respetamos que se siga generando esta tradición del teatro clásico pero si nos gusta revolucionar las cosas.

Muchos dicen que ya todo está visto, pero también hay que tener en cuenta que da uno tiene su visión de las cosas y su propia manera de contarlo y eso siempre es revolucionario. Buscamos que nuestras puestas en escena tengan eso, que la gente que entró a verla no salga del mismo modo que entró más allá si le gustó o no, que hayan sido afectados de forma trascendental. De acuerdo a lo que estamos viviendo en el país, tratamos de reflejarlas sea cual sea la temática o la temporalidad de las obras.

Lupita: Entendemos que hay una vigencia y eso debe refrescarse, sobre todo que estamos a cargo de niños, pero también adultos. Hay muchas mentalidades que aportan a la compañía y la visión de los personajes que se han hecho por años, se refresca. Estas críticas del teatro clásico siguen vigentes, lo que debemos hacer es encontrar conductos para que la gente lo siga viendo pero a través de propuestas más creativas.

Víctor Sasia tiene una trayectoria superior a los 10 años y ha colaborado con distintas compañías como Corral de Comedias.

Más allá de los Cómicos

Su trabajo tiende a ser en conjunto, uno en la dirección y otro en el escenario o ambos; ha ido más allá con colaboraciones en diferentes compañías como Corral de Comedias o Galatsia Teatro. Sin embargo hace nueve años, en búsqueda de convertir su trabajo actoral en una forma de vida, más que un hobbie, fue que formaron Oseznos, una compañía que apuesta por el teatro social y de reflexión.
A través de esta compañía, aseguran tener la libertad de plasmar su visión teatral. Su trabajo se ha centrado en obras con un mensaje especifico y dinámico, es decir por medio de un teatro lúdico con el que acercan al espectador a una reflexión sin poner juicios de por medios. Con obras como “Los Ixtles” y “Los Perros” de Elena Garro han buscado lograr este objetivo.

Sus elencos dentro de su compañía es igual al de cómicos, variado y diverso, desde niños hasta adultos participan en ellos.
“El trabajo que hemos desarrollado aquí ha sido un poco más para vender en escuelas y gobierno con teatro más dinámico y con un teatro social en el que el mensaje trascienda (…) a veces no es fácil trabajar con los niños, pero algo pasa sobre todo con actores profesionales. Los niños son imaginativos, no hay limites y lo que pasa con los adultos es que con problemas sociales se ponen limites muy rápido llegar a un punto de imaginación es muy complicado. Uno puede entrenar su cuerpo, pero que de verdad abras tu mente, es muy complicado y eso te lo encuentras en los niños”, aseguraron en entrevista.

Actualmente fueron beneficiados por el APOYARTE 2018 para el montaje de “Yuar, el primer mexicano”, adelantaron.

Los certámenes

Con un elenco integrado de 26 niños desde los 4 y jóvenes de hasta 18 años, han montado desde hace dos años “Los niños de Morelia” y en la primera edición del Certamen Víctor Hugo Rascón Banda que se realizó semanas atrás obtuvieron el primer lugar.

No obstante este no es el único, pues con “Moliére y Magdalena”, dos personajes que se han ganado el gusto del público y han superado las 50 representaciones y que hoy se alista para participar en la final del Certamen de Teatro Clásico en su segunda edición.

¿Qué representa participar en estos certámenes?

Víctor: A veces uno se confunde, ganar no es todo; si siente bien, pero como maestros y actores en escena, ver que el público sale conmovido, es lo que más llena. Sin duda sirve para compararnos también, saber reconocer que los demás hacen bien las cosas, esto certámenes son un punto de encuentro y sirve para cuestionarse como ven ellos el teatro y que quieren hacer con el.

Lupita: Sirve para salir y estar en escenarios nuevos que nos demanden muchas cosas, vamos a contagiarnos, llenarnos de tablas.