Originado alrededor del siglo XV en Europa, los artistas callejeros usaban pedazos de carbón para plasmar imágenes en el piso de las ciudades, algunos con maestría lograban recrear escenas de un alto realismo cuya técnica se conoce hoy como “foto realismo”; ya sea que crearan retratos de personas, personajes o escenas de la vida cotidiana.
Las imágenes de mayor representación eran en sus inicios las “madonas”, representaciones de la Virgen María con el Niño Jesús, de ahí que se tome el nombre de “madonnari” para designar al tipo de arte creado con gises o carbón en el piso, sin embargo, también se le conocía de esta forma a cualquier representación de una mujer joven con un niño.
Este tipo de arte se ha vuelto muy popular en la actualidad. Los artistas deben poseer una técnica de dibujo y pintura muy depurada para poder plasmar sus pensamientos en una imagen creada con gis, sobre el suelo de una plaza pública donde los espectadores quedan asombrados ante la calidad de los trabajos y el realismo alcanzado. Muchos de estos artistas, reciben algunas monedas por parte del público a manera de cooperación o para apoyar su talento.
Querétaro no es ajeno a las expresiones artísticas, mucho menos a este tipo de arte en particular. Los festivales aquí celebrados reúnen a artistas de origen nacional e internacional, quienes utilizan iconografía generalmente local para maravillar a los locales y turistas.
Así, es imposible no maravillarse ante retratos de indígenas otomíes, el acueducto queretano, muñecas ñañu, animales de la región y escenas cuya composición recuerdan al “Querétaro de antaño” y a los orígenes de esta ciudad; imágenes a todo color que parecieran fotografías pero que solo pueden ser creadas por una mano experimentada y un sentido artístico del más alto nivel y a pesar de ello, que al paso de unos días perderán su nitidez y acabaran borrándose inevitablemente.