México.- Los últimos días del Imperio de Maximiliano en México, lo que sucedió, las circunstancias que lo rodearon, sus personajes, historias, anécdotas y una serie de interesantes datos más, fueron puestos al descubierto en la sede del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).
Al ser presentado el libro “A 150 años del Sitio de Querétaro y el triunfo de la República” de Andrés Garrido del Toral, editado por esa institución, quedó de manifiesto que sin duda, después de la revolución de Independencia, un periodo que determinó con mayor profundidad la esencia de México como una nación moderna, fue el liberalismo.
De acuerdo con el autor de la obra, una vez emancipado de la metrópoli, el nuevo Estado conservó muchas de las instituciones virreinales al tiempo que intentaba construir otras nuevas. El resultado, lógico y predecible, fue un constante conflicto que se solucionaría con el prevalecer de las ideas liberales que permitieron perfilar este México moderno.
Por su parte, Patricia Galeana, directora general del INEHRM, señaló en la presentación del texto editado en 2017 que “en esta obra se pueden ubicar hechos y personajes en su justa dimensión, en el marco del sesquicentenario de los acontecimientos que constituyen el tiempo eje de la historia nacional, cuando se dio la segunda Independencia de México”.
Garrido del Toral, cronista de la ciudad y del estado de Querétaro, anota Galeana, brinda una crónica de lo sucedido en el último bastión del Imperio, cuya caída granjeó el triunfo de la República. “A diferencia de otras obras que centran su atención en Maximiliano, Miramón y Mejía, ésta presenta a la ciudad y a la población como sus protagonistas”.
Si bien el autor utiliza fuentes históricas de primera mano, también relata anécdotas y leyendas que permiten conocer el imaginario colectivo sobre los acontecimientos. Sin tomar posición en los temas controvertidos, deja que el lector tome conclusiones propias; describe el Querétaro de 1867, sus principales edificaciones y la situación que prevalecía en la ciudad.
El libro destaca la religiosidad de su población, con lo que explica su conservadurismo y el apoyo que brindó al Imperio contra los liberales republicanos. Refiere, también, las diferencias entre los imperialistas y los franceses, entre Maximiliano y el jefe del ejército Aquiles Bazaine, así como las de Leonardo Márquez, Miguel Miramón y Tomás Mejía.
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