Mercado - Moderno e Higiénico
Para el año de 1898 se decía del Mercado: “siendo el principal en su clase de los que hay en la ciudad”; [1] en esos años tenía una superficie de 3, 550 metros cuadrados. Las techumbres de las cuatro “crujías exteriores” eran de madera, el techo de “lámina galvanizada, con techos pequeños para dar sombra”, los pisos interiores y exteriores eran de “cemento ingles”.
[2]
…”Los puestos están limitados por muros de ladrillo, con altura de un metro, y para el despacho se construyeron 264metros de madera con cubiertas de zinc. […] “En el centro del mercado se construyó una fuente de cantera, estando el surtidor de ella, colocado en medio, una elegante figura de fantasía vaciada en fierro. Que representaba a un niño que abrazando un cisne y del pico de éste chorreaba el agua, el tazón estaba hecho de cantera rosa.
Alrededor de dicha fuente se puso un barandal y mostradores también de fierro para el mercado de flores. En los cuatro ángulos del referido mercado están formadas unas piezas que sirven, una para el despacho de boletos del mismo edificio; otra tiene la alcantarilla pública que reparte el agua potable, y las dos restantes se destinaron al arrendamiento para venta de mercancías.” [3]
Distribución
En cada esquina fueron colocados locales de “cal y canto”, en donde se instalaron una imprenta, (del lado de la Av. Juárez) tiendas de abarrotes, mercería, papelería y una tabaquería respectivamente. En la esquina de Independencia y Juárez en la parte superior de la puerta de acceso estaba inscrito el nombre del insigne médico queretano “Mercado Pedro Escobedo”,[4] Contaba con una alta reja de hierro, la cual se sostenía de columnas e ladrillo y fustes de cantera.
Los portales
Al igual que los portales aledaños fueron aprovechados para colocar los carteles promociónales de diversos eventos; deportivos, políticos, sociales, de espectáculos. El techo de lámina estaba construido de tal manera que se aprovechara la luz solar. En ese espacio se presentaban diversos actos recreativos, al lado norte en el “Portal Bueno” se hacían “cascadas” de juegos pirotécnicos amenizadas por la Banda del Estado en días de fiesta cívica; hacía finales del siglo XIX un periodista de aquel tiempo nos refiere que un equilibrista realizó su peligroso acto en las alturas del mercado Pedro Escobedo.
Calaveras, dulces y matracas.
Por esa misma época el “Mercado de Todos los Santos” fue instalado en el Mercado Pedro Escobedo el cual:
[…] se engalanó el 1º del corriente, para la tradicional fiesta de dulces, frutas y juguetes propios de esta añeja festividad. Por la tarde y por la noche una buena música estuvo recreando el gran concurso de todas las clases de la sociedad que siempre acude a esta fiesta tan agradable para los mayores y tan atractiva para los niños. [5]
La forma de comprar, vender, distribuir ha cambiado a través del tiempo; de la misma manera que los productos que se consumían. En el devenir existen procesos de tradición - modernidad que todavía podemos percibir con las atmósferas, coloridos, aromas y sabores que persisten en nuestros mercados tradicionales.
Desde Anbanica - Teocalhueyacan.
Marzo de MMXIX.
[1] AHQ-Hemeroteca. Memoria de la Administración Pública, op. cit.1898. p.37.
[2] Moreno Pérez, Edgardo. Bosquejos del comercio en el Centro Histórico de Querétaro. Querétaro. Instituto Queretano de la Cultura y las Artes. 2010.
[3] AHQ-Hemeroteca. Memoria de la Administración Pública, ídem. p.37
[4] Donde en la época virreinal fue colocada la fuente de “El Serafín”, frente a la Academia. Hoy Auditorio E. Cabrera.
[5] Cfr. La Sombra de Arteaga, 899. p. 348.