Más adentro de las cajas, / más adentro de los cables / busco la placa de la última / emoción. Y si los huesos / están quietos, ¿mueves tu objetivo / así sale movida nuestra foto de los días?
E. Dobry, « Fotógrafos en el Monasterio », Cinética, 2da ed. revisada, Madrid, Editorial Dilema, 2004, p. 59.
De tianguis a mercado
El Mercado Pedro Escobedo situado en lo que fueron las huertas del convento franciscano, tuvo su antecedente en un tianguis que se instalaba en la llamada “Plaza de los Escombros”, bajo sombrillas y en medio de las ruinas de los templos capillas y muros de la barda atrial, en la que se vendían diversos productos. [1]
En marzo de 1865, el Ayuntamiento se avocó a realizar “mejoras” en las plazas y calles, con el fin de dotar más iluminación, empedrados, erradicar a los “vagos y limosneros, algunos desnudos «que no puede tolerar la decencia pública».[2] La Plaza de San Francisco presenta “una vista desagradable”, por lo cual se sugiere pedir a Maximiliano que se reconozca como propiedad del Ayuntamiento el espacio de la huerta, la plazuela de los templos destruidos, donde desde 1863 se comenzó a formar un parían.
“Para que […] ese lugar se adorne con fábricas que hoy no son más que tapias que entristecen las calles, lográndose además que desaparezcan las ruinas que no sirven, sino para abrigar malhechores y depositar inmundicias de la tropa, nocivas a la salud pública.”
[3]
Venta de lotes y excomunión
La discusión giraba en torno a la legitimidad de dicha propiedad, algunos miembros del cabildo pidieron ser «exonerados» de participar en esos “asuntos” [4] se decidió avalar las operaciones del Ayuntamiento anterior [formado por republicanos] y reconocer la donación realizada por el gobierno federal en 1863.
La solicitud tiene respuesta a través del Ministerio de Instrucción Pública y Cultos, quien les “cede” el espacio para “que se siga construyendo el mercado y Plaza que se han proyectado”; facultándolos además para vender lotes de esa área.[5] El Ayuntamiento inicia proyectos para la Plaza de San Francisco y la venta de lotes en subasta pública. La Prefectura Superior propone construir un monumento a San Francisco en dicha Plaza.[6]
Los proyectos por distintas razones no son iniciados, hasta la restauración republicana. El 22 de julio de 1864 se reúnen comerciantes, agricultores, industriales y autoridades para integrar la Comisión propuesta por Maximiliano a fin de sanear el erario. Mantuvieron diversas reuniones en La Academia, el Ayuntamiento y la casa de los Rubio.
De galerón y jacalón a mercado
Construido posteriormente (1870) un galerón con techos de zinc, a dos aguas (entre las actuales Avenidas de Corregidora, Benito Juárez e Independencia); en 1877 el Comisionado de Mercados Ignacio Rebollo hizo la iniciativa para construir un mercado higiénico, el Prefecto Alberto Llaca secunda la reconstrucción en “condiciones higiénicas”.
En 1878, en esas readecuaciones del comercio -en las plazas- se decide enviar a los comerciantes de “esteras, jarcias, loza corriente” entre otros que “no sufran deterioro del cambio”. Al Mercado Escobedo;
las autoridades del Gobierno Estatal le ceden parte de los terrenos, en los que inicialmente se pretendía erigir el Palacio de Gobierno, el 20 de enero de 1880 fue puesto a “vistas el plano y modelo de la Plaza Escobedo”, una vez autorizado, se construyó el mercado (en gran parte de madera).
El 10 de abril de 1880 se informó: «En la Plaza Escobedo, está terminado un elegante y sencillo jacalón puesto al servicio del público y sigue otro en construcción, se está enlosando y empedrando en pavimento de la nueva plaza». Un año antes se instalaron “cuatro farolas en columnas de hierro”, - es curioso que se refieran al “Mercado de los Escombros” como “Mercado de la Academia”-. [7]
Mercado Pedro Escobedo
El mercado por Acuerdo del H. Ayuntamiento fue denominado con el nombre del Dr. Pedro Escobedo. Al centro se colocó una fuente con múltiples llaves para abastecer a los locatarios. "Quedó terminado el obelisco que sirve de depósito de agua potable en el nuevo mercado Escobedo”.[8] En el perímetro, los locales estrechos para dar cabida a docenas de comerciantes. Al exterior tenía sus aleros de tejamanil y en dos de las esquinas “kioscos”, para ventas diversas.[9] En 1882, se instalaron letrinas y mingitorios, y para 1890 no se permitieron vendedores ambulantes en el Jardín Zenea por lo que fueron reubicados al interior del Mercado Pedro Escobedo.[10]
En 1895, el mercado fue nuevamente remodelado se inauguró el 15 de septiembre «a las diez de la mañana, en celebridad del día onomástico del Sr. Presidente de la República Gral. Don Porfirio Díaz». El lugar fue adornado con banderas tricolores, gallardetes y en las columnas el retrato del Héroe de Puebla. En el Programa se tenía previsto el saludo al Gobernador Francisco González de Cosío con el Himno Nacional, “La Marcha Cosío” de Agustín Ángeles; la Mazurca “Juanita” de Juventino Rosas; Shottis “Ilusión” de Cruz García de León; “Aires Nacionales” de Miguel Ríos Toledano; Fantasía de la Ópera “Roberto el Diablo” de Meyerbeer; Romanza Zarzuela: “El Anillo de Hierro”; Boleros españoles “Granada”; Polea “Angelina” de C. García de León; Vals “Primavera” y “Juventud”, de Victorio M. del Oro; culminando con la danza “Isabel” de Calderón. Por la tarde otros once números musicales con los cuales se dio por terminado el “Festival” organizado por los comerciantes del Mercado y el apoyo de las autoridades. [11]En las próximas entregas seguiremos re descubriendo éste espacio.
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Desde Anbanica - Teocalhueyacan. Marzo de MMXIX.
[1] Moreno Pérez, Edgardo. Bosquejos del comercio en el Centro Histórico de Querétaro. Querétaro. Instituto Queretano de la Cultura y las Artes. 2010.
[2] Actas de Sesión de Cabildo de 24 y 28 de noviembre de 1864, Fondo de Actas de cabildo, tomo II, 1864-65. fs. 70 y 76. AHMQ.
[3] Acta de Sesión de Cabildo de 27 de abril de 1865, op. cit, p. 7.
[4] Ídem.
[5] Acta de Sesión de Cabildo de 10 de agosto de 1865. , fs. 225 y 226. AHMQ., op. cit. p. 7.
[6] Acta de Sesión de Cabildo de 19 de octubre de 1865. , fs. 269 y 270. AHMQ., op. cit. p. 7.
[7] Cfr. La Sombra de Arteaga, op. cit. abril de 1880.
[8] “Cfr. La Sombra […], op. cit. 15 de septiembre el de 1880.
[9] El 30 de abril dice el reporte: “En la Plaza Dr. Pedro Escobedo, se ha concluido la mitad del perímetro de la plaza, los elegantes tinglados que la circundan, dos kioscos, uno que da a la calle de Cinco Señores y otro sale frente a la Catedral”. Cfr. La Sombra […] ídem. abril de 1880.
[10] Acta de Cabildo del 22 de mayo 1890. Actas de Cabildo, Tomo 47, f. 9v,-10v. AHMQ.
[11] Cfr. La Sombra de Arteaga, op. cit. Tomo: 1895 [varios números] Parte no oficial, Gacetilla.