Un viaje a la Italia del Siglo XV y XVI es lo que ofrece la exposición “Miguel Ángel. El Divino”, la cual, además de ofrecer replicas de piezas icónicas realizadas por el oriundo de Caprese, brinda asomos de la Florencia y Roma del Renacimiento.
Replicas de sus célebres “La Piedad”, “El David” y “Moisés” se pueden apreciar en el Museo de los Conspiradores, ubicado sobre el andador 5 de Mayo de la capital queretana, además de piezas del entonces novel escultor como el “torso de Belvere” y la “cabeza de fauno”.
“Podemos notar en esta exposición la obsesión por la belleza que tenía Miguel Ángel (…) él mismo decía, en palabras muy románticas, que la escultura le daba la oportunidad de dar vida a lo que no lo tenía y cuando le preguntaban cómo es que sabía donde detenerse cuando cincelaba una pieza, decía: cuando llego a la piel, me detengo”, rememora Édgar López Chávez, historiador de arte y guía en un recorrido ofrecido a la prensa en el citado museo.
Recordó además que Miguel Ángel, engreído como era, fue víctima de un martillazo en la nariz que le desfiguró el rostro en su juventud, ocasionado por otro estudiante de arte con el que peleó, lo que habría derivado en su obsesión por encontrar belleza en su obra.
De igual forma, la exposición incluye versiones en formato pequeño de los populares frescos que adornan las paredes y bóvedas de la Basílica de San Pedro.
A decir de López Chávez, Miguel Ángel no era proclive a la pintura y desdeñaba un poco esa manera de expresión; sin embargo, sus desencuentros con la curia vaticana lo obligaron a cumplir con sus versiones del Antiguo Testamento que yacen en los techos de la Capilla Sixtina y el “Juicio Final”, fresco que ornamenta una de las paredes de este recinto religioso.
La exposición se mantendrá exhibida hasta el 28 de febrero en Querétaro. Los horarios del museo son de martes a jueves de las 10 a las 21 horas; viernes y sábado de 10 a las 22 y domingos de las 10 a las 20 horas. El costo es de 70 pesos entrada general, pero los lunes hay acceso libre sin costo.