Hoy en conmemoración del Día del Cine Mexicano, el director Fernando Rovzar asegura que hay mucho por celebrar, principalmente la variedad de estilos y voces que llegan a la pantalla grande en esta nación, además de los exponentes que combaten los discursos de odio de una manera inteligente.
Refiriéndose a los cineastas que han ondeado la bandera de México por todo lo alto, tal como Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Alejando González Iñárritu y Michel Franco, Rovzar asegura que para él son ejemplo y fuente de motivación.
“No necesariamente por haber salido de México, sino por las historias que están contando y en dónde las cuentan, creo que están impactando a todo el mundo, en una época en la que ciertos gobiernos y políticos tratan de tacharnos como un país violento, de gente ignorante que no tiene nada que aportar”, dice y abunda que son la contracorriente del odio.
Así mismo confiesa que se emociona al verlos triunfar, ya que sin entrar al juego del odio, denotan la capacidad que posee la industria del cine mexicano, “porque puedes demostrar con evidencia; con estos premios, con estas películas, con esos mensajes, que México no es el que algunos pintan”.
Con respecto a su época favorita del cine nacional, irremediablemente se refiere a la época de oro, cuando personalidades como Germán Valdés“Tin Tan”, María Félix, Luis Aguilar y Fernando Soto “Mantequilla” eran estrellas completas. “Lo que me gusta muchísimo de esa época es nos decían que teníamos una de las industrias más importantes de cine y nos la creíamos”.
Remontándose a la época actual, Rovzar define a este medio como el ideal para transportar lo que sucede en diferentes realidades. “México no puede ser definido por una sola película, creo que el cine, como muchas otras fuentes de cultura, son un retrato del México que estamos viviendo, entonces entre más cine hagamos, más entenderemos de este país, por eso también es importante que el espectador se acerque al cine mexicano”.
Historias- espejo
Además dice que estas producciones no deben centrarse en un estilo o tipo de historia, ya que como él –y su hermano Billy– procuran a través de su casa productora Lemon Studios, abarcar diferentes puntos de vista e historias.
“Nos gusta trabajar con productores de óperas primas, con géneros distintos y hay películas que la gente considera muy riesgosas como en su momento fue Matando cabos, que funcionó muy bien, también Kilómetro 31 y Salvando al Soldado Pérez; para nosotros estas cintas representaban lo que queríamos ver como espectadores”, dice y explica que lo importante es no estancarse en un género, en un grupo de actores o en un estilo, ya que tal como el país cambia, el gusto del público también.
Por otra parte, señala que aunque siempre se desea que exista más incentivo por parte del gobierno para continuar con las filmaciones, es importante buscar que la iniciativa privada se interese en investir, “ya que no se podría realmente llamar industria a un sector que espera ser mantenido al 100% por el gobierno”.
En ese mismo sentido, explica que se debe apoyar a los nuevos realizadores y las escuelas porque ahí es donde está el futuro del cine mexicano.
Finalmente comparte que lo más fascinante de dedicarse al cine es poder escribir algo en un simple pedazo de papel y verlo transformado en un gran suceso que se multiplica por cientos y miles.
“Como escribir un chiste y ver a 500 personas en una sala que también se ríen, o crear una escena fuerte que sacas de tu tripa o entraña, porque para ti es personal, y encontrar que también mucha gente se identifica con ese momento; el cine es empatía, es imaginación, es poder sacar mis demonios, mis ideas, mis fantasmas, mis miedos, ponerlos en papel y trabajarlos a través de un personaje ficticio y después sacarlo a la luz”, puntualizo.