Bajo la sombra de un frondoso ciruelo con más de cien años de vida, en un traspatio en el corazón de la ciudad, se erige entre una estructura de hierro y madera el Museo de Bichos, que, en el marco del Día Internacional de los Museos, abrió sus puertas a Diario de Querétaro para un recorrido por sus instalaciones e historia.
Este espacio creado e impulsado por el entomólogo Jesús Puente Casilla, es uno de los recintos independientes de su giro, que pese al embate económico por la pandemia de Covid-19, continúa ofreciendo al público un recorrido fascinante, entre más de tres mil ejemplares de arañas, mariposas, escorpiones, escarabajos y mantis de todo el mundo.
Dicha muestra es el resultado de 46 años de búsqueda y recolección, dando como resultado un vasto muestrario de especies que incluso, ya no existen.
“Tenemos que tomar conciencia de que todos los seres vivos merecemos respeto, no hay ser vivo que no tenga una misión e importancia en la tierra”, explica el especialista, quien apunta que todos los seres del planeta forman parte de una simbiosis natural, y en especial los insectos, quienes son clave en la cadena alimenticia y soportan gran parte del equilibrio de los ecosistemas.
El desconocimiento sobre lo anterior provoca la matanza de muchos insectos. Si la gente conociera más sobre cada especie probablemente la perspectiva, el trato y la relación con los invertebrados, sería otra; de ahí la importancia de este museo, asevera el entomólogo.
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Especies de todo el mundo
Ubicado en Pasteur no. 32, El Museo de Bichos de Querétaro abrió sus puertas hace cuatros años como una iniciativa centrada en la diversidad natural, específicamente en insectos como los dictiópteros, lepidópteros –mejor conocidos como mariposas– , grillos, caelíferas, saltamontes, escarabajos, mantis religiosas, cigarras, abejas, anisópteras –o libélulas–, cucarachas y chinches de campo, científicamente conocidas como “spilostethus pandurus”; además de insectos exóticos de distintas partes del mundo provenientes de Nueva Guinea, Tailandia, India, Asia, Colombia, Brasil, África, Panamá, Perú, Sumatra, Malasia, Australia y México, y especímenes vivos de “licosa tarantula”, mejor conocidas como tarántulas.
“Es un museo en el cual el visitante podrá ver algo distinto de los museos de arte. Es un encuentro con la naturaleza y la vida misma (…) De los ejemplares expuestos, existen alrededor de 300 especies que ya están extintas, a causa de la sobre explotación industrial y el uso desmedido de químicos” en el mundo, lamenta el entomólogo.
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Actualmente, tanto Jesús Puente, como su hija Paola, están a cargo de la administración del espacio, que entre sus servicios ofrece charlas, conferencias y recorridos escolares, en los que explican la importancia de las diferentes especies, al ser estas controladores biológicos naturales, polinizadores y fuente de alimentación.
“Debemos entender que todos formamos parte de un gran todo; si no hubiera insectos, se rompería un gran eslabón de la cadena alimenticia además de generar un caos ambiental. Desgraciadamente la humanidad no ha entendido que dependemos de ellos”, finalizó.
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Siguiendo las medidas sanitarias, el Museo de Bichos se puede visitar bajo cita previa a través de la página oficial de Facebook @museobichosqueretaro, con horarios de martes a viernes de 12:00 a 18:00 horas; sábados, domingos y días festivos de 11:00 a 19:00 horas, manteniendo un aforo de hasta 10 personas por recorrido.
El costo del boleto es de 60 para adultos y de 50 pesos para niñas y niños. Menores de tres años y personas con alguna discapacidad entran gratis.
