Notimex- El Museo Regional de Querétaro celebra la diversidad étnica con dos exposiciones temporales: "Las fiestas del agua” y “Semillas de vida. La sexualidad de Occidente”.
Ambas muestras, organizadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), fueron concebidas para festejar dos efemérides: el Día Internacional de los Pueblos Indígenas (que se celebró el 9 de agosto), y el 20 aniversario del Programa Nacional Etnografía de las Regiones Indígenas de México del INAH.
Este último se creó en 1998 como proyecto colectivo impulsado por la Coordinación Nacional de Antropología, un año después inició actividades como proyecto nacional y en 2015 adquirió la categoría de Programa Nacional de Investigación.
De acuerdo con un comunicado del INAH, el objetivo es llevar al público a un escenario de reflexión sobre la importancia del agua en los pueblos indígenas contemporáneos de Querétaro.
Así como su percepción del cuerpo humano, que en tiempos prehispánicos revela que, para los antiguos mesoamericanos, fue concebido como elemento primordial para el mantenimiento del cosmos.
La exposición de “Las fiestas del agua” está integrada por 30 fotografías etnográficas a color acompañadas de recursos museográficos como mapas de Querétaro, gráficos y cedularios temáticos. Los autores han sido miembros en algún momento del equipo regional Querétaro del Programa Nacional Etnografía.
Las imágenes que fueron tomadas a lo largo de 20 años de investigaciones antropológicas se dividen en dos apartados, “Los paisajes sagrados y el agua” y “Las fiestas del agua”; esta exposición permanecerá hasta septiembre en el Patio Principal del Museo Regional de Querétaro.
A su vez, la exposición “Semillas de vida. La sexualidad de Occidente” presenta 210 piezas que reflejan la concepción del cuerpo entre los pueblos prehispánicos que habitaron la zona que hoy comprende los estados de Nayarit, Colima, Jalisco y Michoacán.
Esta muestra, vigente en el recinto museístico hasta octubre, está integrada por esculturas elaboradas con barro, piedra o concha marina, en las cuales está presente la desnudez, lo que al mismo tiempo exalta la diferencia sexual entre el hombre y la mujer.