Al igual que otras lenguas indígenas en el país, el mayo se encuentra en peligro de extinción. Solo alrededor de 42 mil personas la hablan en todo el territorio nacional y es en ese contexto que algunos jóvenes como Isaac Montijo, artista yoreme del estado de Sonora, han encontrado en la música la posibilidad de revitalizarla.
Su proyecto nació en 2015 con Isaac Montijo y Los Buayums, una banda caracterizada por el uso de la lengua mayo y el español en sus letras, que además fusiona la música yoreme con la salsa, cumbia, norteño, ska, jazz, e incluso el corrido mexicano.
Por la trascendencia de esta propuesta, la cantautora y antropóloga Lila Downs, incluyó al compositor en la serie documental México al chile, un proyecto impulsado a través de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura Federal, que en pequeñas cápsulas destaca aspectos poco conocidos de la diversidad cultural del país.
Tras este primer acercamiento, el músico ahora trabaja en una composición para la artista oaxaqueña, cuyo próximo disco pondrá al centro las sonoridades del norte del país.
“Si yo puedo conectar a los músicos, lo hago, así como ahorita con el músico de Sonora que es mayo (…) que está componiendo en su idioma y también cosas que tienen que ver con el regional mexicano y con su propia inspiración; es muy emocionante ver que eso está pasando”, refirió Lila Downs en su reciente visita a Querétaro como parte de su nueva gira, donde se reunió con Isaac Montijo para hablar sobre esta posible colaboración.
Actualmente el cantautor se abre paso en la industria como solista, con canciones como Lobo estepario, El Gallo, Dime dime, Tus ojos y Arrúllate conmigo– este último muy parecido al “mariacheño” de Christian Nodal–, que ya se pueden escuchar en plataformas como Youtube y Spotify.
Sonoridades del norte para el mundo
Isaac Montijo nació en Los Buayums, Sonora, “un pueblo de mil 200 habitantes donde se habla yorame-mayo y se practica la danza pascola y la danza del venado”, dice el compositor en entrevista.
Su familia se dedica a la música y la danza tradicional, por lo que desde pequeño ha estado cerca de las tradiciones y sonoridades de su pueblo.
Como parte de este legado, el compositor carga consigo una reliquia familiar que utiliza como instrumento en algunas de sus canciones. Se trata de tenábaris, capullos de la mariposa Cuatro Espejos que los danzantes colocan en sus pantorrillas para asemejar el sonido de la víbora de cascabel.
Dice que pertenecieron a su abuelo, y ahora él los utiliza sobre una base musical de arpa y violines como un guiño a su cultura.
Además de este elemento, ha incorporado en sus creaciones instrumentos como el jirukiam (raspador) y seenasom (sonaja), que se pueden escuchar en proyectos como Julla An´nia, el cual desarrolló con su banda en 2017 con el apoyo del Fondo para la Cultura y las Artes (Fonca).
Se integra de 12 temas que resignifican y difunden el patrimonio de su pueblo, además de mostrar que los jóvenes indígenas de Sonora también están haciendo música de gran calidad.
Como solista asevera que acaba de grabar la canción El coyote del barrio con Roco Pachukote, un ska en el que introduce la lengua mayo a través del rap.
“Grabamos el video en Mineral de Pozos, estuvo bien perrón vivir esa experiencia con él y escucharla en la lengua porque Roco anda muy metido en todo eso, apoyando”, adelanta.
Sobre la colaboración con Lila Downs, afirma que ya tiene la composición lista, y si todo sale bien, pronto se podrá escuchar en la nueva producción discográfica de la artista.
“La canción la compuse hace mucho tiempo, ahora la produjo Iván Barrera, que es un productor muy importante de la Ciudad de México, él hizo el arreglo y lo mejor es que quedó al estilo de ella”.