No hay día que no llegue…15 años de Cruzada en Querétaro

Pero los dioses, compadeciéndose del género humano nacido para el trabajo,

han establecido para los hombres festivales divinos periódicos para alivio de sus fatigas,

y les han dado como compañeros en esas fiestas a las Musas y a Apolo, que las preside,

y a Dionisos para que, nutriéndose del trato festivo con los dioses,

mantenga la rectitud y sean equitativos.

Platón

Etimológicamente, la palabra festival tiene su origen en el latín festivus y alude a la idea de festividad o fiesta. Los primeros festivales de que se tiene noticia en occidente se celebraron en la antigua Grecia dando lugar a reñidas competiciones entre los poetas dramáticos de la época. Posteriormente, esta actividad renació a lo largo de la Edad Media y cobró vigor en los siglos XVIII y XIX, por lo general para encomiar la obra de determinados autores. Además “La fiesta es un acontecimiento social que establece una diferenciación entre la vida cotidiana y el tiempo festivo (…). Es una forma socialmente establecida de transfiguración y a veces de transgresión del orden social, por lo que suele ser un espacio de liberación de tensiones, represiones, frustraciones, etc. La fiesta abre un lugar especial al gozo, al juego, a la fantasía y la expresión estética” (María Ana Portal, 2007).

La Cruzada Central por el Teatro se ha convertido, a través de los años, en un referente a nivel nacional, siendo uno de los festivales organizados por iniciativa independiente que se desarrolla en un periodo amplio de tiempo, da prioridad a la itinerancia y enfoca sus esfuerzos en promover la presencia del público frente al hecho teatral. Durante este tiempo hemos hecho de La Cruzada un lugar que llama al encuentro, al intercambio creativo, artístico y humano, sostenido no solo por la estructura organizativa de Atabal sino principalmente por la suma de voluntades de artistas, colaboradores, difusores y públicos, quienes durante ya 14 ediciones han contribuido con sus propuestas creativas, algunos y con sus aportaciones otros, para que esta fiesta del espectáculo logre convocar e integrar a sectores comunitarios, de servicios, sociales y hasta políticos, para juntos tender una red de colaboración que impulse la preservación y difusión del arte y la cultura.

Cultura

Barroco, dos décadas en el periodismo cultural

En 2010 inicia este viaje llamado Cruzada Central por el Teatro. Muchas veces me han preguntado el porqué de este nombre, incluso se ha especulado en relación a que el nombre de este festival es una derivación de mi apellido (Cruces) y que yo, actriz al fin, como una aspiración personal, le di un nombre que responde a una ególatra necesidad de trascendencia. Creo que si esto fuera cierto, hoy no estaríamos celebrando 15 años de permanencia, de resistencia, de lucha, de fiesta.

En estos tiempos, y desde siempre, los grandes proyectos no sobreviven por sí solos, no por el gusto o la vanagloria de alguien, no porque son apariencia o engaño; sobreviven porque tienen un alma genuina que responde a intereses más elevados, unos intereses que si se pasan por el tamiz de la mezquindad no logran verse. Así es el alma, no logra verse a simple vista y no cualquiera puede verla.

Todo inicia con una alianza entre compañías de dos estados: Aguascalientes y Querétaro, quienes partiendo de un diálogo reflexivo sobre los retos que los creadores debemos enfrentar para vivir de nuestro arte, sobre las complicaciones económicas por las que pasamos para llegar a concretar una producción escénica y de la difícil tarea de hacer que éstas sobrevivan sin subvenciones, decidimos no quedarnos a seguir esperando que alguien más decidiera por nosotros el futuro de nuestro trabajo. Decidimos unir esfuerzos y posibilidades para emprender juntos acciones que nos acercaran al público, que son quienes dan sentido a nuestra profesión.

Teatro

Las mujeres en la creación teatral

Así como en el teatro en donde un personaje no puede existir sin que otro personaje crea que existe, así, esa vez soñamos que entre artistas podríamos lograr que el trabajo del otro existiera. Entonces diseñamos este escenario colectivo que es La Cruzada, diseñamos un lugar único que, aunque físicamente separado, nos diera la certeza de que estamos más cerca de lo que pensamos, que vivimos los mismos conflictos pero que tenemos los mismos anhelos. Si es verdad que este fue el primer impulso, más tarde nos dimos cuenta de que este sueño no era exclusivo, de que había otros más, otros muchos más que, como nosotros, tenían esta sed de encuentro y la misma necesidad de articular, creyendo, un mecanismo capaz de hermanarnos como solo la escena puede hacerlo, para crear vínculos tan fuertes entre artistas y entre artistas y su público, que trascendieran y pervivieran en el tiempo y el espacio.

“Cuando uno habla, se compromete”, me dijo alguna vez un maestro, allá en mis inicios. Con el tiempo he comprobado que no hay nada más cierto, porque una vez que enunciamos los problemas y las necesidades que vivimos como artistas, así como también las aspiraciones y esperanza de cambio depositadas en el teatro, nos comprometemos con aquello que lo hace posible. Durante el año hacemos muchas cosas para lograrlo, pero definitivamente es este evento, la Cruzada, uno de los caminos más significativos y gratificantes que recorremos.

Sí, con los años, año con año, este acontecimiento se ha ido adecuando, moldeando, ajustando a las circunstancias, incluyendo las económicas; hemos pasado por diferentes modelos de producción implicados en la realización de un festival; hemos ido sumando sedes, grupos, obras de teatro, disciplinas afines al teatro y siempre, siempre hemos contado con la respuesta solidaria de apoyo que necesitamos para que ocurra, durante un mes o más, este suceso que, sobre todo, el público espera.

Del 1º de agosto al 1º de septiembre de 2024, en Querétaro viviremos la 15 Cruzada Central por el Teatro, contando con grupos hermanos de diferentes latitudes del país y también de artistas invitados desde otras partes del mundo. Aguascalientes, Sonora, Estado de México, Ciudad de México, Tamaulipas, San Luis Potosí, Michoacán, Guanajuato, Argentina, Canadá y por supuesto, no faltará la presencia del talento local, quienes se unirán a esta celebración. La programación estará integrada por más de veinte puestas en escena de diferentes formatos y para todo público, pero también contará con un ciclo académico que desde 2022 se ha abierto para acercarnos más, mediante el intercambio de saberes, en pro del desarrollo profesional del teatro en el Estado.

El Museo de la Ciudad, el Centro Nacional de Danza Contemporánea, Teatro La gaviota, el Centro de las Artes, la Casa de Vinculación Social, el Centro del Adulto Mayor Nänxu, entre otras, serán las sedes en donde recibiremos con brazos y telones abiertos, a artistas y público. Pareciera que es un mes muy largo, pero sabemos que se irá en un suspiro y en septiembre ya estaremos pensando cómo hacerlo de nuevo el próximo año.

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En una ciudad de festivales, como se ha dado en llamar a Querétaro, ¿por qué hacer otro festival? primero, porque cada uno tiene un objetivo y una naturaleza enfocados en cubrir una necesidad social; cada uno tiene su propia alma y el alma de La Cruzada, como el resto de los festivales, es diferente porque se nutre de la voluntad, del cariño, de la necesidad auténtica de contacto; es eco, es gozo, es solidaridad, es resistencia y lucha por visibilizar y hacer vivir el teatro, desde el deseo profundo y el cariño ferviente por nuestra profesión. Es una acción política, sin responder a números, estadísticas ni compromisos institucionales.

También se dice que Querétaro ha sido desde tiempos remotos un cruce de caminos, un lugar de encuentro, creo que no pudimos elegir mejor lugar para dar vida a La Cruzada, ni mejores palabras para nombrarlo: Cruzada-Central-Teatro. Todo agosto… ¡Nos vemos en el Teatro!