En el 2016, un grupo de 11 serigrafistas que en ese entonces formaban parte del Taller Nu de la Casa de Cultura Dr. Ignacio Mena Rosales crearon una carpeta con obras que conformarían el proyecto “No te vayas sin decir adiós”; sin embargo, el fallecimiento de los maestros Gerardo Esquivel y Julio César Cervantes “el Diablo” pondría en pausa su exhibición y la mantendría resguardada en el archivo del taller.
Hoy, luego de ocho años, uno de los alumnos que heredaría el legado de la generación de La Ruptura en la plástica queretana, Daniel Orlando Ramírez decide abrir la carpeta para recuperar el material que había sido generado en aquel entonces y unirlo con las propuestas de los artistas emergentes que actualmente toman el taller. Es así que nace la exposición colectiva “No te vayas sin decir adiós” que será presentada al público el próximo 11 de octubre a las 19:00 horas en la galería de la casa de cultura y que estará montada hasta el 3 de noviembre.
La exhibición se integra de 26 piezas de serigrafía en la que cada artista reflexiona y proporciona su visión particular acerca de la muerte. “Hay quienes lo abordan desde un punto de vista prehispánico, o como la celebración de la tradición del Día de Muertos. Otros lo ven desde la ausencia de un ser querido y del dolor que conlleva el luto. También la sátira está presente, lo que hace de este proyecto uno muy mexicano”, explicó Daniel Ramírez en entrevista con Diario de Querétaro, “también se encuentran otras miradas no tan positivas, ya que plasman el contexto de la violencia que se vive en el país y hablan de la muerte desde la represión ejercida por algún poder o cuerpo militar, así que el proyecto integra miradas desde todos los ángulos”, agregó.
Para el tallerista, esa exhibición resulta sumamente interesante por el diálogo que realizarán las piezas de ambas generaciones que participan. “La mayoría de los chicos que van a exponer no tuvieron la oportunidad de conocer al maestro Gerardo o al maestro Julio, así que nos interesaba poder ver cómo sus trabajos armonizaban con los que generaron los artistas consolidados. Siento que antes predominaban más las formas, y hoy en día es más el concepto. Así que ver un mismo tema desde estas dos visiones será sumamente interesante”, explicó.
La pieza que titula la colección es de autoría de Ernesto Zavala y visualmente, el público puede ver una calaverita que se está despidiendo, pero ninguna persona responde a su gesto, solo los pájaros, grillos y otros animales atienden su llamado, representando así a las ‘nuevas amistades’ que la calavera realiza en sus últimos momentos de vida. “Siento que el título también tiene que ver con los maestros que nos dejaron”, comenta Daniel, “siento que muy pronto nos quedamos huérfanos. Ambos maestros fundadores, Julio César y Gerardo Esquivel nos dejaron en el lapso de un año y quienes estábamos aquí sentimos que nos quedamos solos. No sabíamos qué hacer con el taller y pronto nos tocó la responsabilidad de seguir su legado. Uno cree que ellos van a estar aquí toda la vida y cuando no, te das cuenta que no tuviste la oportunidad de preguntarles tantas cosas, así que de eso también va la colección, poder recobrar el diálogo con quienes ya se fueron”.
Además de las piezas de los docentes fundadores del taller, dentro de la categoría de artistas con trayectoria figuran Luis David Morán, Mareano Ruiz (del colectivo Base Lunar), Ernesto Zavala, Omar Benítez, Ezequiel Frías “Cheke” (del colectivo Broad Dripper), Franco Uno, Nando Murio, Calexico Ramírez y el propio Daniel Orlando Ramírez.
Por otro lado, los artistas emergentes que participan son: Gustavo H. Ballesteros, Oswi, Ángel Camacho, Yess García, Fernand PLD, Ricardo Ávalos, Samara Albor, Orlando Arvizu, Mare Paredes, Dafne Chávez, Jorge Arturo Ortiz, Ana María Landeros de la Isla, Leonel Fonseca Terrazas, Luz Florencia Gálvez, Erandi Ortiz "Oroser”, Amaranta Villegas y Adonahí Ramírez.
El Taller Nu, 46 años formando serigrafistas
El taller de serigrafía de la Casa de Cultura Dr. Ignacio Mena, conocido popularmente como el Taller Nu, se fundó en 1978 por iniciativa de Liro Garduño, Alfredo Juárez, Julio Castillo (cuyo legado está inmortalizado en la Bienal Julio Castillo) y Gerardo Esquivel. Al poco tiempo el joven Julio César Cervantes “el Diablo” se acercó a ellos para conocer más sobre esta fascinante técnica de las plásticas.
Este grupo fue amparado por Paula y Lupita de Allende, quienes administraban la casa de cultura en la que comenzaron a dar sus clases. Su generación fue conocida como La Ruptura en la plástica queretana por su interés en expresarse desde propuestas más “arriesgadas” y alejadas de las “complacientes acuarelas de Los Arcos”, paisajes y bodegones.
Al ser considerados como “rebeldes”, el entonces gobernador Rafael Camacho Guzmán, mandó a cerrar su espacio. Sin embargo, los serigrafistas mantuvieron su proyecto de forma itinerante hasta que finalmente llegaron a la casa de cultura donde actualmente se conserva el taller. Su mayor auge se concretó entre los noventas y los inicios de los 2000 cuando el Patronato de Fiestas de Querétaro les brindó la comitiva de hacer los productos que denominaron “arte-objeto”.
A la fecha, el taller imparte clases en horario matutino (martes y jueves de 10:00 a 13:00 horas) y vespertino (lunes y miércoles de 17:00 a 20:00 horas). Las clases están abiertas al público a partir de los 18 años (esto debido a los solventes con los que se trabaja) sin importar su nivel de expertise. El precio del semestre oscila entre los 700 y 800 pesos, y se solicita una cuota de recuperación de 300 pesos para los materiales.
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Los períodos de inscripción a los talleres de la casa de cultura se abren de enero a julio, el vacacional que dura todo el mes de agosto, y el de septiembre a diciembre. Para mayor información se pueden comunicar al número 442 214 0262, a su Facebook “Casa de Cultura Dr. Ignacio Mena” o directamente en sus oficinas ubicadas en la calle 5 de mayo #40.
