Hablar del ferrocarril es hablar de una historia que se teje entre vías y recuerdos; entre la gloria de un México progresista y un país en cuyas venas ferroviarias transita una nostalgia que continúa dando testimonio del pasado fundido con el presente.
Como testimonio de su paso por la ciudad, la Antigua Estación del Ferrocarril resguarda una maqueta a escala que enmarca un recorrido que inicia en la estación central de Querétaro, para culminar el trayecto en la estación de San Juan del Río; brindando a quien la visita una extraordinaria replica de las terminales, así como de los barrios más representativos de todo el trayecto; parques, calles y gente.
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Para esta edición de Barroco, el presidente del Club Amigos del Ferrocarril Querétaro, Enrique Suárez, guió una visita por esta instalación que forma parte de un proyecto impulsado por diez aficionados y coleccionistas de trenes a escala, quienes llevaron su particular gusto a una dimensión colectiva, dando como resultado una atracción cultural, turística y visual tanto para chicos y grandes.
“El tren a escala siempre ha sido algo atrayente para los modelistas quienes encuentran en este arte el espacio para desarrollar sus habilidades, sus gustos y creatividad; y decidimos construir esta maqueta con temas relativos a una ruta local”, describió Enrique Suárez, quien también refirió que encontrar justo en la Antigua Estación un espacio fue un atino insuperable, porque brinda a los visitantes una atmósfera que permite adentrarse desde el primer momento en un viaje en el tiempo, primeramente ante la estampa de su colonial fachada, para después encontrar en la maqueta un mundo narrado a partir de pequeños parajes y curiosidades.
El espacio fue cedido por el Gobierno Municipal bajo el acuerdo de comodato y actualmente, el Club Amigos del Ferrocarril está por cumplir 20 años, abriendo las puertas de esta sala de exposición ubicada en la planta alta todos los fines de semana, para que el público disfrute de esta construcción realizada con lujo de detalle, en donde convergen elementos del Querétaro antiguo, clásico y colonial con sus iglesias, sus paisajes, puentes y luminarias; con elementos de la modernidad como tiendas, espectaculares, murales, grafittis, oficinas y edificaciones que forman parte de la vista actual.
“Este proyecto lo realizamos bajo la consigna de que no es ningún negocio o un trabajo; sino un pasatiempo que hemos querido compartir con la gente (…) Todo lo que hay aquí se ha logrado con la aportación de los socios, con sus manos, su tiempo, sus habilidades y buena voluntad. Somos diez grandes amigos que comenzamos con un sueño que ahora, es realidad”, detalló Suárez.
EL RECORRIDO
La construcción a escala consiste en un recorrido que emula la travesía desde la estación de Querétaro hasta la estación de San Juan del Río, traduciendo una distancia de aproximadamente 50 kilómetros, en 25 metros de vías.
La aventura comienza hacia el sur, desde donde el tren va avanzando entre estructuras, casas y zonas barriales tradicionales. Durante el trayecto se avizoran miniaturas del barrio de San Sebastián; Hércules, con su gran fábrica; La Cañada con su iglesia y sus respectivos paisajes rocosos amurallados entre cimientos basálticos y los bancos de cantera, además de las estaciones que se encontraban a la altura de la comunidad de la Griega y el ahorcado que si bien, ya no existen, también formaron parte importante del apogeo de esta ruta que culmina con una réplica de la antigua estación de San Juan del Río, antes de que en los años 90 se modernicazara para dar cabida a la doble vía.
México a través de sus vías
La historia ferrocarrilera en el país comenzó en 1837. Su construcción y expansión por territorio nacional se logró a partir de concesiones a empresas y familias de gran capital, desarrollando una vía en pos de la actividad económica y comercial del país.
Durante el porfiriato se ampliaron las rutas comerciales y se crearon nuevas estaciones con aportaciones y financiamiento de compañías francesas, inglesas y estadounidenses. Al final de la gestión de Porfirio Díaz se concretó el proyecto "Ferrocarriles Nacionales de México", entidad que fungió como administrador de las concesiones de todos los ferrocarriles en el país.
En 1938 el Presidente Lázaro Cárdenas nacionalizó el ferrocarril y durante los siguientes sesenta años, fue un factor dominante en la infraestructura y desarrollo del país, tanto por las rutas comerciales, como por función como medio de transporte de gran alcance.
En 1995 se privati´zo Ferrocarriles Nacionales de México y en 2001 se anuncia la desaparición de dicho organismo dando fin a una época que enmarcó esplendor, desarrollo e incluso lucha social, quedando únicamente la notalgia entre historias, memorias y añoranzas.
Nostalgia a toda marcha
Sin duda alguna, la nostalgia es un factor neural en este proyecto, en el que los aficionados de los trenes han volcado su inspiración y gusto que parte, en su gran mayoría, de las memorias y recuerdos tanto personales, como familiares; de un esplendor que se apagó frente a sus ojos y cuyos vestigios, precisan un espacio para recordar parte de la memoria propia y colectiva.
“Es algo que nos mueve porque hay muchas historias que están intrínsecas; los viajes en la infancia, los sonidos relacionados con el tren, los aromas e incluso hasta el encuentro cultural que se tenía en los viajes al llegar a otro estado y probar de su comida, escuchar otras lenguas; todo eso forma parte de un pasado que no podemos dejar que se pierda”, aseveró Enrique.
Asimismo, explicó que el servicio a los pasajeros se relegó ante la búsqueda de los nuevos concesionarios de conseguir rutas más puntuales y eficientes, porque al final del día, esa fue su apuesta como empresas de carga. Actualmente Ferromex, como concesionario de la parte noreste del país, es la única vía que sigue operando para pasajeros, con un tren turístico en Chihuahua: el famoso “Chepe”. De acuerdo con Enrique, aquella es una oportunidad única para que la gente que ya no tuvo el placer de viajar en tren como medio de transporte, viva una experiencia sensorial a partir de una travesía con estampas naturales enriquecidas con la belleza de los paisajes y la naturaleza propia de un itinerario entre el pasado y el presente, entre aromas a maderas y aceites; entre sonidos propios de la máquina al avanzar, entre vagón y vagón, sus ventanales, sus pasillos, y entre cada bocanada de humo, anunciando la llegada.
“La nostalgia justamente nos ha servido para que, evocando, podamos transmitir ese sentir, esa admiración, ese amor y esa pasión que nos mueve (…) Es por ellos que la maqueta tiene representados detalles de todos los tiempos: vehículos, personas, espacios desde los años 50 hasta la modernidad”, describe Enrique, quien además, compartió que incluso la misma maqueta permite jugar y combinar trenes, tanto de vapor como trenes de última generación lo cual, representa la gran dinámica que, a lo largo de casi 20 años, se ha mantenido y ha sido espacio de admiración para el público y qué mejor que se encuentre albergada en el seno de un edificio histórico que fue inaugurado en 1904, por el entonces gobernador del estado, Francisco González de Cosío.
Año con año se realiza una convención nacional en LA que Querétaro participa con una maqueta modular que es transportada al estado sede, como una pequeña muestra del gran trabajo de minuciosidad y detalle contenido en cada centímetro de la maqueta fija principal. Entre vías, árboles, edificios, luminarias, personas, automóviles y curiosidades en miniatura, se ha integrado una narrativa visual que ha causado mucha sensación y admiración por el lujo de detalle con la que está elaborada.
La gran maqueta se encuentra abierta al público todos los fines de semana de 10:00 a 16:00 horas, sin ningún costo. Dependiendo de la afluencia los horarios pueden ampliarse, siempre en apego a las medidas sanitarias por la pandemia de Covid-19.
“El club estableció desde su creación que no vamos a cobrar nunca por lo que hacemos; aquí trabajamos en conjunto para brindar una experiencia agradable al visitante. De pronto se sugiere una cooperación voluntaria pero lo que se recauda es más que nada para remunerar a la gente que nos apoya externamente”, explicó Suárez.
Desde la creación de la asociación, instituida de manera oficial el 31 de octubre del 2002, han atravesado por muchos momentos jubilosos gracias al público, a sus experiencias compartidas, a las historias que de pronto se suman a este proyecto e inspiran a nuevos pasajes o elementos en la maqueta, la cual todo el tiempo se encuentra en constante cambio, celebró Suárez.
“Un proyecto como este, que no cuenta con recursos económicos externos, requiere de mucha voluntad; de confianza, de entusiasmo y de tener ganas genuinas de compartir (…) Todos venimos y aportamos, construimos, sugerimos y estamos aquí (…) cuando me preguntan acerca de cuánto se ha invertido en este proyecto, lo único que puedo responder es: 19 años”.
