Las redes sociales, los filtros vintage de Instagram y otras aplicaciones móviles, han reconectado a las nuevas generaciones con la fotografía análoga; sin embargo, existen aficionados que no se conforman con cambiar sus imágenes a blanco y negro o agregar algo de granito a las escenas y jugar con los contrastes para convertir una foto nítida en una imagen que bien podría ser de la década de los 60; algunos van más allá, hasta el origen de la fotografía misma, y aprenden a manejar una auténtica cámara análoga para adentrarse en el mundo de los rollos, los negativos y los químicos para revelado.
Román Castillo es uno de estos fotógrafos, y de los pocos en Querétaro que aún realizan fotografías con equipo análogo; además se dedica al revelado, impresión y digitalización de negativos, una actividad que está casi en extinción debido al auge de las cámaras digitales y los teléfonos celulares.
En entrevista, asegura que él no necesitó ningún filtro para enamorarse de esta forma tradicional de tomar fotografías, pues practica esta actividad desde que tenía 12 años de edad, debido a la influencia de su papá y su hermano, quienes también son fotógrafos y revelaban su trabajo en casa.
“Yo hago esto desde que era niño, desde que tenía unos 10 o 12 años veía cómo en mi casa tenían el cuartoscuro y hacían el revelado de negativo, desde entonces me enamoré de eso, aprendí a hacerlo desde muy chico y fui algo que ya no dejé”, refiere el fotógrafo de 37 años de edad.
Con el tiempo, hizo de la fotografía su modo de vida y trabajó de manera independiente y en medios de comunicación locales, aunque refiere que para ese tipo de actividades debía utilizar cámaras digitales debido a las plataformas web y la inmediatez requerida, algo que no lo convenció del todo, y volvió a lo análogo. Volvió a su primer amor.
“Estuve en medios de comunicación y sí, trabajo también con cámaras digitales, a veces también apoyo a compañeros de foto y me prestan el equipo, sí es algo que manejo pero no me gusta, no me llena, la cámara digital no te pone a pensar, y lo que a mí me gusta es vivir todo el proceso, preparar la cámara manualmente, cuidar tus tomas y la emoción de ver el resultado.
“Decidí enfocarme en esto y en Querétaro hay muy pocas personas que hacen este tipo de trabajo, yo creo que tal vez seremos unas 4 o 5 personas que nos dedicamos al revelado de negativos”.
Con el tiempo y gracias a la publicidad “de boca en boca”, Román conoció a los que ahora son sus clientes, y para sorpresa de muchos, la mayoría de las personas que buscan sus servicios de revelado y digitalización de negativos, son jóvenes de menos de 23 años, quienes se sienten atraídos por la tecnología análoga y buscan aprender el manejo de este tipo de cámaras, ademas de los procesos de revelado.
Román Castillo sí percibe un auge en el uso de cámaras análogas, principalmente entre jóvenes que buscan hacer de la fotografía un hobby. Sospecha que dicho interés, irónicamente, viene de lo digital y las aplicaciones como Instagram.
“Es que ahorita ya hay muchos efectos que hacen que una foto común se vea como una fotografía antigua, hay filtros en Instagram que conocemos, que hacen tonos sepia, blanco y negro, hasta con esas basuritas que de repente son parte de la foto análoga, que la hacen ver como una foto antigua. Yo creo que muchos se sienten atraídos por eso y deciden hacerlo pero de verdad, con fotos realmente análogas, sin necesidad de usar efectos.
“Algunos pensarían que los jóvenes son a los que menos les interesa lo análogo, pero no, yo conozco gente que tiene 23 años y no quiere tocar una cámara digital, quiere aprender a usar lo análogo antes de pasar a lo digital”.
Además de los jóvenes, Román también tiene clientes que buscan solo el revelado de sus negativos, algunos de estos han permanecido guardados durante años y ahora son verdaderas reliquias familiares. Otros de sus clientes son laboratorios que ofrecen el servicio de revelado, pero ya no realizan ese proceso en sus instalaciones.
Promotor del cuarto oscuro
Román confiesa que el revelado de negativos y la toma de fotografías es mucho más que un trabajo para él, pues se considera un promotor de esta forma tradicional de capturar imágenes. De hecho, entre risas dice: “A mí me conviene que la gente me traiga sus negativos para revelarlos, pero yo doy cursos para que ellos mismos hagan su cuarto oscuro en casa y revelen su propio material, lo que quiero es que seamos más los que hacemos de estas fotos”.
En sus cursos, Román enseña el proceso de revelado a color (C41), transparencias (E-6) y blanco y negro, además muestra cómo armar un cuarto oscuro y cuáles químicos se necesitan para el revelado.
Al respecto, el fotógrafo reitera que la fotografía análoga es para todos, y que ha tenido alumnos de todas las edades. Pueden contactarlo a través de su cuenta de Instagram @Panfilomerkiades.
“Es un curso muy rápido y sencillo en el que aprendes todo lo necesario, lo tomas en un día y es para todos, para adultos, para jóvenes, incluso para niños, también he tenido cursos con niños y es muy padre porque tienen mucha curiosidad por conocer todo el proceso. Todos podemos tener un cuarto oscuro en nuestra casa, puede ser el baño, una recamara, yo llegué a hacerlo incluso debajo de las sábanas, un lugar que esté oscuro por la emoción de ver cómo quedaron las fotos”, comenta entre risas.
Retos de lo análogo en la actualidad
A pesar del creciente interés de nuevos públicos por la fotografía análoga, Castillo aún vislumbra retos para este tipo de técnica, entre estos el alto costo de los rollos fotográficos, y la complejidad para encontrar algunos químicos.
“Sí es costoso, e irónicamente se ha hecho más por toda esta gente que ha usado de nuevo las cámaras análogas; los rollos han subido de precio, un rollo de 35 milímetros te cuesta 400 pesos y te da 36 fotos, y un rollo de 120 milímetros te da 10 a 12 fotos y puede costar casi mil pesos. Como todo, es cuestión de práctica, y por el precio muchos mejor tiran la toalla. Otra cosa son los químicos, para revelado en blanco y negro se encuentran fácilmente, pero para color es casi imposible, muchos los traen desde Estados Unidos, porque aquí, en la Ciudad de México tal vez sí encuentras, pero te van a sacar un ojo de la cara.
“Invito a las personas a que conozcan la fotografía análoga, muchas personas aún tienen de estas cámaras en sus casas y creen que ya no funcionan, pero seguramente sí pueden usarlas y vivir esta experiencia, conocer todo el proceso desde que preparas tu cámara, tomas la foto y después tú mismo la revelas, es toda una experiencia, la verdad. Yo hago foto análoga, es lo que a mí me gusta y para mí la calidad todavía era muy superior a la digital”, comenta.
Día Mundial de la Fotografía
Cada año se conmemora el Día Mundial de la Fotografía el 19 de agosto, debido a que en esta misma fecha pero de 1839 apareció el daguerrotipo, invento del francés Luis Daguerre.
El Instituto Nacional de Bellas Artes en su página oficial, refiere sobre esta efeméride: “El daguerrotipo se convirtió en el proceso más práctico para sacar fotografías, pues se requería menos tiempo de exposición a la luz del sol, y podía ser usado casi por cualquier persona. A México, el daguerrotipo llegó sólo seis meses después de haberse inventado. En 1839 desembarcó en el puerto de Veracruz, en donde se realizó la primera imagen dibujada con luz en el convento de San Francisco”.