Patricia Treib es una artista contemporánea interesada en el proceso de mirar, por lo que ha hecho de esta experiencia el centro de su propuesta estética.
A través de este ejercicio, la creadora descubre nuevas relaciones entre las cosas y desmantela lo reconocible; el espacio entre las formas lo convierte en motivo primario y los elementos periféricos en presencias centrales, permitiendo que las formas sugieran gestos caligráficos.
Como muestra de este trabajo, Patricia Treib presenta Oscillations en Galerie Nordenhake (Ciudad de México), donde permanecerá en exhibición hasta el 17 de diciembre.
Se trata de su segunda exposición en esta galería y de su primera muestra en México; en ella reúne 35 pinturas a escala pequeña (19.1 x 14 cm) que en su conjunto forman un perímetro alrededor del espacio de exhibición.
“El recorrido de una obra a otra invoca, a través de la sensación de repetición, una evolución muy poco lineal. Pronto después de recorrer las obras reconocemos genealogías formales compartidas entre ellas, así como colores que migran de una obra hacia su obra vecina, mostrando las variaciones que la mirada humana produce al observar”, se lee en un comunicado sobre la colección.
De acuerdo con el mismo documento, Treib apuesta por llevar la mirada hacia el deseo de algo, más allá del raciocinio de los códigos o del conectar ideas hacia enunciados que justifiquen cada una de las formas.
“Treib propone jugar con el ver. Ella usa la pintura para poner en relieve el carácter procesal de la mirada humana, ofrece una oportunidad para deslizar los ojos de arriba a abajo por las curvas de las imágenes que se presentan, serpentear los colores, atender las ausencias y darle tiempo a las transparencias de mostrar el recorrido sutil que forman”.
También se detalla que en su propuesta estética no hay alegoría, hay gesto. “Se rechaza la noción moderna que concibe de la pintura como la captura de un momento plasmado y la procura como un proceso deliberado, corporal y atemporal, lejano de la inmediatez de la fotografía”.
Para la autora, el mirar no es un proceso que acontece en la duración de un solo momento, ni tiene como fin el discernimiento entre objetos, sino todo lo contrario, “es un proceso de reconocimiento de las relaciones atemporales y temporales entre los objetos, mismas que necesariamente cambian conforme al lugar desde el cual se observan y mismas que confinan a los objetos en un diálogo constante entre sí. De ahí que las pinturas de Treib estén siempre pobladas de figuras innombrables e idiosincrásicas, cuyos límites son difusos e indistinguibles”.
Patricia Treib (Estados Unidos, 1979) es originaria de Saginaw, Michigan, y radica actualmente en Brooklyn, Nueva York.
Ha participado en residencias en la Academia Americana de Roma (2017), la Casa Dora Maar (2014) y la Colonia MacDowell (2013). Recibió el Premio Artadia 2017. La primera monografía de Treib se publicó en 2020 y presenta un ensayo de Joanna Fiduccia y una entrevista realizada por el poeta y novelista Ben Lerner.
Ha tenido exposiciones individuales en Estados Unidos, Reino Unido y España.