"Cómo hubiera sido la guerra de Troya contada desde el punto de vista de un soldado anónimo; un griego de a pie ignorado por los dioses y deseado no más que por los buitres que sobrevuelan las batallas. Un campesino metido a guerrero, cantado por nadie, por nadie esculpido. Un hombre cualquiera obligado a matar, y sin el menor interés de morir por los ojos de Elena". Fragmento de El héroe. E. Galeano. Espejos; 2008.
Ceremonia solemne
En un día soleado, con el olor de humedad que la llovizna de la madrugada había dejado en el ambiente. Era el 20 de junio de 1867 –un día después del fusilamiento del Archiduque austriaco y dos de sus generales en el Cerro de las Campanas–. Cuando fue llamado José Cosme Damián Carmona Ortiz para que saliera de las filas del 5to. Batallón de San Luis Potosí. Acompañado de la escolta designada exprofeso, con paso marcial –el ya sargento Carmona– recorrió las diferentes corporaciones que habían formado cuadro con sus gallardetes, banderas e insignias. El templete se había dispuesto en el costado norte de la Plaza de San Francisco, también llamada Plaza del Recreo; (Hoy jardín Zenea). Fueron convocados los efectivos que se encontraban en la ciudad de Querétaro. Presidieron la ceremonia el Gobernador del Estado; Coronel Julio M. Cervantes y el Coronel Juan C. Doria quien representaba al General en Jefe Mariano Escobedo.
Ovación Patriótica
Una vez que estuvo Damián Carmona en el escenario; Hilarión Frías y Soto a voz en cuello leyó la "Ovación Patriótica". (Publicada en ese mismo año, por Luciano Frías y Soto., con el nombre de: Ovación Patriótica con que Querétaro entregó al soldado Damián Carmona, el obsequio del Bello Sezo [sic] Potosino"). El Coronel Doria Comandante de los Cazadores de Galeana entregó la corona de laurel tejida con monedas de oro por manos de las mujeres potosinas. Acto solemne que el Gobierno y Comandancia Militar del Estado Libre y Soberano de San Luis Potosí había solicitado a su par de Querétaro para que se efectuase en reconocimiento a la hazaña de Carmona. Ejemplo de "serenidad, disciplina y valor".
La jornada del 27 de abril de 1867 en la Otra Banda
El norte de la ciudad, los cerros de San Pablo, San Gregorio, la Cruz del Cerrito y Pathé habían sido tomados definitivamente por los republicanos el 24 de marzo de 1867. Artillando los templos de San Roque, San Sebastián y La Trinidad. Hubo varias acciones y zafarranchos; entre ellos el del 24 de marzo y del 1 de abril, cuando Miramón había incursionado hasta El Cerrito. Tuvo que retroceder al no contar con el apoyo que esperaba y estar en peligro de ser emboscado por el Batallón de Supremos Poderes, que había entrado en combate. El 27 de abril se pretendió dar la batalla definitiva por parte de los imperialistas; tomaron posiciones por la mañana en el Cerro del Cimatario. Donde después fueron desalojados por los batallones de elite del ejército republicano. Al norte, desde el mesón que se encontraba en la ribera del río (Hoy esquina B. Juárez con Av. Universidad) los imperialistas mantenían un fuerte fuego de metralla sobre las posiciones sitiadoras que tenían su línea en la Otra Banda. Apostados en la Plaza del Puente (Hoy Jardín de los Platitos), los republicanos contenían lo que pudiera ser una incursión. Pero realmente la acción se encontraba en la Garita de México, la Hacienda de Callejas y las fortificaciones del Cimatario.
El sitio del Sitio
El 5to. Batallón de Infantería de San Luis Potosí, al mando del Coronel José Verástegui, formó parte del ejército liberal que sitió la ciudad de Querétaro de marzo a mayo de 1867. Tenía como objetivo cubrir la trinchera que paralela al río de Querétaro, trazaba del antiguo panteón de Santiago a la Casa de Matanzas –ruinas que todavía se aprecian en la Plaza Damián Carmona–. Carmona era soldado de la segunda compañía; el 27 de abril fue designado como centinela y tenía bajo su responsabilidad la trinchera del batallón potosino. Mientras en el sur de la ciudad tenían su escenario los sangrientos encuentros que ya hemos reseñado en otra ocasión. Los imperialistas no obstante haber abandonado abruptamente las líneas que en la mañana habían tomado y arrebatado a los sitiadores; en la ciudad se escuchaba el bullicio triunfal; campanas a vuelo y música. Surgía la esperanza en los habitantes de que pronto terminaría el sitio y en los soldados la convicción de que en otro encuentro con los republicanos saldrían vencedores.
El vigilante
Por la tarde-noche la artillería imperialista continuaba haciendo fuego espaciadamente sobre las trincheras republicanas. Una de esas granadas cayó cerca del soldado potosino; al explotar la granada, los fragmentos de metralla alcanzan los muros y uno despedazó la culata del fusil de Damián Carmona. Entre el polvo, el olor a pólvora grita: - Cabo de Cuarto! - ¿Qué ocurre! - Estoy desarmado... El fusil le fue repuesto y Carmona continuó con su guardia... El Coronel, Verástegui al ser informado del hecho, en presencia de la tropa, ascendió a Cabo a Damián. Arengando a sus fuerzas a un comportamiento de valor y serenidad "que llena de gloria y honra a los hijos de San Luis..."
La Plaza; recuperar la memoria
Al finalizar el siglo XIX, al cuartel se le impuso el nombre de Damián Carmona. (Ubicado en Zaragoza, entre Tolsá y Allende). El 27 de abril de 1967, para conmemorar el centenario de esta acción –que se mantuvo marginalmente en los relatos y memorias–, fue dispuesto que en antiguo lugar donde estuviera la Casa de Matanza; se desplantara una plaza y se erigiera un monumento para preservar la memoria de Damián Carmona. A la calle se le puso su nombre. En 2014 el Ayuntamiento promovió la recuperación de la abandonada plaza. Se erigió un monumento con la estatua de un soldado de la época de la intervención. –Por cierto una de las placas contiene datos inexactos–. De la antigua construcción solamente quedaron algunos arcos, un muro, cimientos y mojoneras; atestiguando el paso del tiempo al igual que los viejos pirules.
En este año (2020) se está rehabilitando el espacio con una inversión de 2.5 millones de pesos. A decir de las autoridades, la iniciativa es de la Comandancia de la 17a. Zona Militar. Para recuperar el sitio histórico, pero sobre todo "los valores que distinguen al soldado mexicano; honor, valor, lealtad, patriotismo, disciplina y honradez".
En los turbulentos días que corren con escenarios difíciles y hasta catastróficos donde los ciudadanos requerimos de una actitud solidaria y cívica. En este periodo de reclusión debido a la pandemia mundial generada por el Covid- 19; los jardines y plazas de nuestra ciudad se encuentran aisladas con cintas amarillas para impedir el paso. Hasta junio volveremos a ejercer nuestro derecho de usar con libertad el espacio público.
Desde Anbanica - Teocalhueyacan. Mayo de MMXX.