Santiago de Querétaro, por su posición geográfica, estuvo articulada a la red urbana virreinal, conocida como el Camino Real a Tierra Adentro (Patrimonio Cultural de la UNESCO -2010). Por el territorio transitaban las conductas con los áureos y argentíferos metales extraídos de los reales mineros del norte. Los bastimentos, bagajes, herramientas, militares, gambusinos, aventureros y evangelizadores.
Nodo del espacio urbano
Desde la segunda mitad del siglo XVI el templo franciscano se constituyó como un núcleo que definió el centro urbano. A su vera estaban trazados los caminos al Bajío y al Norte. La plaza llamada de San Francisco se encontraba al costado norte de la barda atrial que delimitaba el perímetro del conjunto franciscano. Es la más antigua de la ciudad y aglutinó a la población multiétnica compuesta de indios, mestizos, negros, mulatos y españoles. En el plano de 1597 se tenía trazado los espacios existentes y los planeados para que no estuviesen bajo el sol y agua los feligreses. "la dicha iglesia es de los muy antiguos y tan pequeña que aún los españoles no caben en ella". Se argumentaba.
Tianguis y regocijos
En la década finisecular del siglo XVI, se suscitaron reclamos y alegatos, debido a una merced promovida, para obtener la concesión de una parte de la Plaza de San Francisco. Por lo que la República de Indios protestó toda vez que ese espacio era para sus mercados y tianguis y servicios de regocijos". En ese espacio se dieron corridas de toros, la primera festinando a un caudillo otomí en guerra contra los chichimecas. Martín del Toro en el siglo XVI. En su contorno se encontraban las Casas Reales, la Casa del Alcalde Mayor, la Cárcel Pública y algunos tendejones y cajones de ropa de españoles.
De San Francisco, del Recreo, de Abajo.
Con la dedicación del templo de la Congregación, hacia 1680, en la Plaza también llamada en la época virreinal como "de Abajo"; o "Del Recreo" dice la crónica que: "Fabricóse el circo en la Plazuela de San Francisco [...] los brutos, fueron del mismo color, [...] consiguieron suficientes rejoneadores diestrísimos que desempeñaron bastantemente su agilidad y robustez montesina". Para 1738 fue bendecida una fuente ochavada sobre tres gradas. "En el centro un pilar labrado con prolijo y primoroso follaje [...] Del centro se levanta la estatua.., de metal representando al Dios Neptuno. Con tridente en la mano". Con el fin de tener recursos para construir La Alameda, como un "decente paseo". En 1797 nuevamente hubo festejos taurinos, Pedro de Palo, cerdos ensebados, fuegos de artificio y otras ocurrencias para el alborozo del populo. "Por espacio de cuatro semanas" la Plaza de San Francisco fue el lugar de encuentro, del pregón público, del azote para los prófugos de los obrajes, del cepo para "vergüenza pública". También de la escenificación del teatro catequístico, de la procesión y regocijos públicos.
Plaza Arteaga, 15 de Mayo, Zenea.
En el último tercio del siglo decimonono, puesta en práctica las Leyes de Reforma fueron derrumbados varios inmuebles, bardas y muros conventuales. Entre ellos el del complejo franciscano. Alterando la primitiva traza. Posteriormente se generó la guerra llamada "de los tres años"; la intervención francesa y con ella la imposición de un emperador. Una vez que terminó el sitio en mayo de 1867 y restaurada la República; había que reconstruir la ciudad, poner coto a epidemias, regularizar la vida institucional y la recuperación económica. El espacio donde estuvieran las capillas de San Benito y el Señor de Villaseca en el atrio - cementerio fue designado para ampliar la secular Plaza de San Francisco, entre 1873 y 1875. Espacio que por las ruinas se le llamaba popularmente la "Plaza de los Escombros". Una vez habilitado el espacio y articulado con la antigua plaza se le llamó efímeramente Plaza de Arteaga. Posteriormente Plaza 15 de Mayo y por disposición del Ayuntamiento en 1875: "Jardín Zenea".
Imaginario social; memoria colectiva.
En 1880 es instalada la Fuente de Hebe, donada por la Casa Rubio. En 1887 fue inaugurado el kiosco, trasladado en 1906 a la Alameda Hidalgo y colocado el que actualmente conocemos. El Jardín Zenea fue el lugar de las serenatas, las tardeadas, los carnavales. Ha atestiguado el paso de los ejércitos de todas las guerras, Independencia, Reforma, el Sitio de 1867, la Revolución. El Jardín se le impuso el nombre de Gral. Obregón en 1928. En décadas atrás volvió al nombre de Jardín Zenea. A su vera estuvo la terminal del Tranvía de Querétaro, circundado a través de los tiempos, por el comercio, por los portales de Pasos y de Carmelitas, salones, restaurantes, hoteles Internacional, Del Jardín, Plaza y Gran Hotel. De giros diversos farmacias, cafeterías, tiendas de ropa y ferreterías. Es el espacio de la protesta cívica de la fiesta patronal, foro ciudadano y de la actividad política. Sigue siendo el lugar de encuentro, de la recreación, la manifestación del arte y la cultura. De las exposiciones y las serenatas; del danzón y de la sociabilización de los queretanos de ayer y hoy. Espacio que resignificamos en este siglo XXI, recientemente intervenido con las nuevas expresiones de la arquitectura de paisaje.