Punto de convergencia del Camino Real; espacio urbano delimitado por casonas señoriales, donde confluyen cuatro calles, las antiguas de N.S. de Guadalupe, del Biombo, Verónica, Posadas y dos callejones, el de Don Bartolo y Callejón Ciego. Es el resumen de la historia y la vida cotidiana de los queretanos de ayer y hoy. De ahí los nombres que se le han dado en el discurrir del tiempo: Plaza Mayor, "Plaza de Arriba", Plaza de Armas, Plaza de la Constitución, "Plaza del Marqués", Plaza de la Independencia...
Lugar simbólico
Lugar de encuentro secular de una sociedad multiétnica. Fue el escenario de las juras, proclamaciones reales, lectura de bandos, conmemoraciones, actos de contrición. De manifestaciones fúnebres hasta el jolgorio. Del ceremonial independista hasta el acto cívico contemporáneo. Espacio de integración de valores. Aquí estuvo un tianguis y era el marco de la fiesta de Todos los Santos y navidades. Los portales en el extremo nororiente y en los costados oriente y poniente, resguardan relatos legendarios. Las dimensiones, la forma, escala, proporción y calidad arquitectónica de las edificaciones barrocas, neoclásicas y eclécticas que la enmarcan nos remiten a paisajes de la historia, otros están asociados con personajes notables. Lugar de transición por donde circularon los vehículos de tiro; sitio de mesones y corraletas para hospedar a viajeros, arrieros, comerciantes, cómicos de la legua, gambusinos y aventureros.
Lo que esta y lo que no vemos...
El viernes 17 de octubre de 1738, el marqués de la Villa del Villar del Águila abrió la llave que surtiría de agua limpia a los vecinos. Acompañado de las autoridades virreinales. “Sobre un hermoso y bien labrado pilar de cantería que globo por remate, lleno de taladros por donde brolla el agua risueña y llena de hermosura toda de tres piezas de metal” [J. A. Navarrete. 1738]. En 1790 se levantó una columna con la estatua de Carlos IV, obra de José Ortiz. En octubre de 1820, se inauguró un efímero monumento a la Constitución de Cádiz realizado por Mariano Arce. Destruido un año después.
En el año de 1843, la fuente fue reemplazada para colocar otra, con una columna de cantera, sosteniendo la estatua metálica de Juan Antonio de Urrutia y Arana, Marqués de la Villa del Villar del Águila. Nuevamente en 1892 se volvió a erigir el monumento al marqués, obra del escultor Diego de Almaráz y Guillén. Que es la que vemos hoy. Con cuatro perros de cantera que arrojan agua por el hocico.
Casas notables
Ubicada en lo que fuera la Plaza Mayor; en el entorno de las Casas Reales y los portales de Samaniego;"Quemado"; de Santa Rosa y de Dolores. La casa de Écala es un referente del arte barroco y de la arquitectura civil del siglo XVIII. Construido probablemente entre 1780 y 1785. En la periferia de la plaza existen otras casas con su singular estilo y su historia legendaria.
Casas Reales
Martín José de la Rocha y Ezpeleta, entre 1768 y 1770 promovió y financió la construcción de Las Casas Reales y Cabildo. Cuando la ciudad ya había obtenido el título de Muy Noble y Leal Ciudad y concedido el Escudo de Armas. Querétaro como un próspero centro cultural y económico era considerada la "garganta de Tierra Adentro" y la "Tercera Ciudad del Virreinato". Es en esta época cuando José Antonio Fernández del Rincón dirige la edificación de las también llamadas Casas Consistoriales y Reales Cárceles. De aquí partió el mensaje que doña Josefa Ortiz filtró a Ignacio Pérez, para que diera aviso a los líderes del movimiento por la autonomía y con ello obtener la Independencia de México después de larga contienda. En sus cárceles estuvieron los conspiradores y bandidos legendarios como Cucho Montes, La Carambada y Chucho El Roto. El emblemático edificio reconocido como "Monumento Nacional"; en 1821 funcionó como Casas Nacionales y en 1824 fue asiento del Poder Ejecutivo Estatal hasta 1868. Posteriormente albergó al Palacio Municipal. Desde 1981 retornó a ser el Palacio de Gobierno del Estado.
Expresiones
La Plaza de Armas. Es el centro neurálgico de la política, del poder, del ejercicio de la libertad de expresión; de la manifestación, del reclamo social. Espacio para la cita y la reunión en los cafés y restaurantes. Para descansar del trajín cotidiano bajo la sombra de los laureles de la india con su característico corte. Lugar entrañable apropiado por propios y extraños. Sitio donde a cada paso se recupera la memoria y construimos nuestra propia expresión al inicio del milenio.