JALPAN, Qro.- No sólo en Cuba desde el siglo XVI, también enMéxico, Colombia, Panamá y Puerto Rico hay una ancestraltradición del arte de la poesía improvisada acompañada demúsica, y ya sea con el nombre de repentismo, trova, torrente ohuapango, la lírica tradicional está hermanada por ser unaherencia que se conserva de generación en generación. Hace ochoaños, en Jalpan inició la reunión iberoamericana de maestros yalumnos en torno a este arte heredado de los andaluces a través dela migración hacia la Nueva España y que también aún sepractica en países tan lejanos como Arabia Saudita con el nombrede aitys o Uzbekistán, con el nombre de askiya , ambos incluidosen la lista de la UNESCO, lo que habla del interés de esos pueblospor el reconocimiento y salvaguardia de sus patrimonios vivosinmateriales.
Y a ocho ediciones de esa reunión jalpense llamada JornadaIberoamericana de Niños y Jóvenes Poetas, Trovadores yVersadores, hay pruebas de la importancia que tiene este arte enlos distintos países que participan, como lo son los más de 230niños el año pasado en la Decimanía, un encuentro de trovadoresen Puerto Rico; o el Premio Nacional de la Juventud otorgado a LasAlondras Huastecas en 2015, el trío de jovencitas potosinas queeste año viajaron a País Vasco y Rusia llevando el arte de laimprovisación huasteco y que participan activamente dese laprimera Jornada; ni hablar de Cuba, que posee en cada región unaescuela de repentismo; o el caso de Colombia, que a través de laAsociación de Trovadores Colombianos (Astrocol), cada año enMedellín corona al Rey Nacional de la Trova, premio que poseeactualmente Alejandro Marín “Cocoliso”, presente en laJornada.
Para la edición llevada a cabo del 14 al 28 de agosto enmunicipios de Guanajuato, San Luis Potosí y Querétaro, nuevamentese reunieron como una familia representantes de México, Cuba,Puerto Rico, País Vasco, Argentina, Chile, Venezuela, Perú yPanamá, con delegaciones de niños, jóvenes y sus maestros quehicieron gala del talento en el escenario al momento de improvisar,como es el caso notorio de Colombia, Cuba, Puerto Rico y, porsupuesto, México. Ante el contundente dominio que los niños deestos cuatro países probaron en el escenario, la brechageneracional con países como Perú y Chile se hizo muy notoria. Yfue el delegado de Chile, Pedro Torres, quien asumió que es supaís el más lejano en cuanto a los esfuerzos por traspasar a lainfancia, el arte de payar; Chile sólo envió a dos personas:Torres y su hijo de nueve años, Alonso. Lo mismo en Perú,delegación que incluía sólo a adultos para representar lamarinera limeña y canto de jarana; los peruanos admitieron que nose incluye a los niños de una manera formal en la transmisión delarte de improvisar. Argentina, la segunda delegación más pequeñacon solo tres representantes, ha participado en las Jornadas y yatiene, a través del payador Emmanuel Gaboto, talleres formales ypudo este año traer a uno de sus alumnos, el aún tímido BautistaCabral de 14 años quien enfrentó al público jalpense y seesforzó por lograr el objetivo de todo improvisador: a través delcanto improvisado, crear poesía, metáfora e imagen.
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