A pesar de ser una letra sin sonido, hay más de dos mil palabras en nuestro idioma que inician con H, aunque también la encontramos en palabras de manera intercalada.
A lo largo de los siglos han existido varios intentos por suprimirla; en 1726 los autores del Diccionario de la Lengua Castellana ya sentenciaron que la H casi no es una letra, en 1823 el prestigioso lingüista Andrés Bello y el escritor Juan García del Río intentaron llevar a cabo una reforma ortográfica para echar a la H de una vez por todas del español, Gabriel García Márquez también abogaba por eliminar esta letra.
La H no siempre fue muda, los primero en usarla parecen haber sido los fenicios que la pronunciaban como una J aspirada, posteriormente, los griegos la tomaron de los fenicios, dándole la forma de mayúscula que hoy conocemos y pronuciándola más suave, los romanos la tomaron a su vez de los griegos, que la incorporaron al latín, donde poco a poco su sonido se fue suavizando más así como dio el salto al español acompañada de una pequeña explosión de aire muy parecida a la que caracteriza actualmente la pronunciación de la H en inglés.
Esta letra llegó hasta mediados del siglo XIV con pronunciación aspirada en algunas palabras, especialmente en aquellas que empezaban por la F latina, aunque a partir del siglo XV, las haches pronunciadas de esa manera empezaron a ser vistas como un vulgarismo propio de las clases bajas y de gente poco instruida, por lo que llegó a enmudecerse por completo.
Fuente: salminter. com