Por Luis Fernández Zaurín*
Para desbrozar el camino de la trova, forma de expresiónartística y vital del pueblo (entendido el término comoalgo plural, cambiante y difícil de acotar, y más todavía en elcaso de los pueblos del Caribe, por su origen y diversidad) hay quetener en cuenta que la trova no es un género musical en sí mismosino un compendio de varios. Así, de forma genérica y paraentendernos, podemos igualar trova y canción, dando por buena ladefinición que de ésta hace Helio Orovio en su Diccionario dela música cubana, cuando se refiere a ella como “génerocantable que abarca, por extensión, todo el cancionero insular”.Entre las principales señas de identidad del fenómeno estánla de ser eminentemente urbano, su origen humilde y el uso casiexclusivo de los trovadores de la guitarra para componer y paraacompañarse. La trova es un hecho urbano porque nace y sedesarrolla en la ciudad, que crece sobre todo en el siglo XVIII apartir de los centros de las poblaciones y casi siempre desde losnúcleos del interior del país. Conforme las distintas capas depoblación se individualizan (cuanto mayor el crecimientourbanístico dentro de las sociedades clasistas más diferenciadasson), desarrollan formas musicales con característicasdistintas.
Su origen es humilde porque está vinculado a gente de oficiosmanuales como albañales, tabaqueros, sastres, zapateros ybarberos; bohemios a menudo sin formación musical académica perocon una gran intuición para captar lo que sucede y cantarlo enverso. El uso de la guitarra se da sobre todo por razonesprácticas y de economía. El primitivo quitar árabe, que arraigóen la península hasta evolucionar a su forma actual, llega a Cubacon los españoles (aunque hasta el siglo XVI no hay mención deese instrumento en las crónicas) y luego se propaga por la islahasta que, a finales del siglo XIX, los trovadores fijan supersonalidad nacional. Desde entonces ha acompañado a lostrovadores en sus trovas y ha sido su herramienta a la hora decomponer.
Hay quienes han visto en ello razones propiamente utilitarias:dado el tipo de vida –a menudo itinerante de estos cantadores- ladama de las seis cuerdas se muestra como una herramienta barata yfácil de transportar. Lo que está claro es que (dejando a un ladola dificultad de imaginarse a un trovador recorriendo caminos yciudades con un piano o un contrabajo a cuestas) la sencilla yversatilísima guitarra se muestra desde el principio como lacompañera ideal del trovador.
¿Qué géneros comprende la trova?
Entre otros más difíciles de discernir si hablamos delmaridaje que la melodía y la voz ha dado a la luz en Cuba, esposible señalar algunos. Entre ellos encontramos la canción(manifestación músico-vocal sin una forma precisa); el bolero,que para muchos es el género que ha tenido más importancia parael desarrollo del fenómeno; la habanera, la guaracha, la criolla,la guajira, la clave, etc. Ya en marcha el fenómeno trovadoresco yconforme éste crece y se desarrolla, la trova asimila otrosgéneros, como por ejemplo la música del Yucatán mexicano o elbambuco, de origen colombiano. Con el paso del tiempo otras formasmusicales –en este caso de inequívoco y sabroso acento cubanocomo el son- se funden al menos temporalmente con la trova,conviviendo con ella en armoniosa y fecunda unión.
¿Por qué la trova?
La palabra “trova” viene del verso trovar, que puedetraducirse por encontrar o hallar, aunque el término tambiénsignifica hacer versos o componer trovas y su acepción másadecuada en este caso sería la de “inventar o crearliterariamente”. El origen del término se remonta a la poesíatrovadoresca, que es un género que se manifiesta sobre todo en lossiglos XII y XIII en un territorio amplio que comprende la antiguaOccitania, Cataluña y el norte de Italia y que se escribe enlengua provenzal u occitana.
Los trovadores –poetas y trovadores vienen a ser lo mismo-eran los que componían versos y el fenómeno es la mejor expresión de la esencia del feudalismo. Este sistema económico,que nace en Francia extendiéndose por Europa entre los siglos IX yXVIII cuya base es la agricultura y cuya jerarquía radica en elcontrato feudal, crea el marco idóneo para que estos poetas se dena conocer. Algunos trovadores llegaron a ser muy importantes en suépoca, como sucedió con el primer trovador conocido: Guillermo deAquitania (1071-1127), con el papa Clemente IV o con el famoso reyde Inglaterra, Ricardo “Corazón de León” (que antes depresidir la corte inglesa fue duque de Aquitania y conde dePoitiers). También se da el caso de la existencia de algunas(pocas) mujeres trovadoras (trovairitz), aunque estapeculiaridad queda reducida exclusivamente a la nobleza.
Para estos personajes su actividad literaria a menudo era tansólo un adorno de su personalidad o una manera de ejercer su laborpolítica, pero también hubo muchos que hicieron de ello untrabajo del que subsistían. A pesar de las diferencias socialesque se daban entre ellos tenían tendencia a considerarse comoiguales sin que dejaran de ser conscientes de las diferencias queles separaban en una sociedad muy jerarquizada. Aunque su oficioles permitía aconsejar a grandes señores y tener una granconfianza con ellos que en otras circunstancias no habrían tenido.El oficio de trovador fue muy bien considerado sobre todo duranteel siglo XII aunque ya en el siglo XIII algunos se quejaron de lapérdida de prestigio que antes tenían y de no ser tan bienacogidos en las cortes. En todo caso los trovadores eran siemprepersonas con una buena formación, algo que les obligaba era elhecho de tener que componer palabras enmarcadas en los moldesestrictos de una métrica y versificación que no podíanimprovisar y de una música. La actividad trovadoresca no seceñirá de forma exclusiva al sur de Francia –que es donde seinicia- extendiéndose luego, como ya hemos dicho, a lo largo de unterreno amplio que comprende desde Cataluña al norte de Italia. Elfenómeno se manifiesta igualmente en Alemania, donde estos poetasy cantores reciben el nombre de Minesänger y Meistersänger, ytambién en España, donde son conocidos como ministriles,representando, en conjunto, el espíritu de una nueva era.
La razón por la que el término “trovador” empieza avincularse ya a finales del siglo XIX a los cantadores cubanos noestá muy clara, aunque posiblemente esté relacionada con lafigura de Francisco Poveda y Armenteros (1796-1881), conocido como“El trovador cubano” y que es la principal referencia de lapoesía popular criollista. De vida difícil y accidentada, Povedavive y publica sus versos en distintas zonas de la isla, viéndoseobligado a realizar modestas y variadas ocupaciones para subsistir,algo que –igual que los versos- lo relaciona con aquellostrovadores de vida bohemia y trashumante. Con estos antecedentes ysalvando las distancias en espacio y tiempo, no es extraño que lapalara “trovador” acabe siendo utilizada para nombrar a losprimeros cantores y cronistas populares –siempre acompañados porla guitarra- que aparecen en la isla pasada ya la mitad del sigloXIX.
Esta denominación, sin embargo, se fija con el paso del tiempo,ya que los primeros intérpretes y creadores se dicen a símismos cantadores y no trovadores. Al parecer no es hasta ladécada de 1830 cuando se fija el término con la aparición de lostrovadores solistas como Vicente González Rubiera,Guyún, o Joaquín Codina conocido popularmente como“trovador Codina”. De este salto en el tiempo da fe el hechode que en la segunda década del siglo XX, cuando los cines debarrio en La Habana se alternan películas con actuaciones decantadores, la palabra trovador no aparece todavía en ningúnprograma. Estos trovadores (hombres, sobre todo al principio, luegola mujer se incorpora al oficio con total brillantez) alternan suactividad con otras ocupaciones profesionales cantando y contandoen verso todo aquello que les parece digno de mención. Por esopara ellos la trova es algo que va de una forma de expresión hastauna manera de ocupar ratos de cio, pudiéndose hablar del oficio detrovar prácticamente como su forma de vida.
¿Cuáles eran los temas de sus canciones?
Los mismos de los que se ha ocupado la poesía y que siempreestán relacionados con la vida y con las preocupaciones einquietudes del ser humano: el amor (en tiernas y vibrantescanciones a la luz de la luna o bajo algún balcón con ánimo deenamorar o de desagraviar a la persona amada), la patria–elemento que en este caso tuvo gran importancia en el nacimientode la torva debido a las circunstancias políticas que vivió laisla de Cuba-, la naturaleza, la vida cotidiana, etcétera. Asuntostodos ellos que a lo largo de más de siglo y medio no han dejadode repetirse por mucho que los cánones hayan cambiado y aunqueel paso del tiempo haya dado otros tonos y otros acentos a esosmismos temas. Sobre por qué esos hombres y mujeres, al principioanónimos y luego con nombres y apellidos hasta engrosar una largalista han creado e interpretado canciones, no hay respuestaconcreta. Ese por qué forma parte del misterio, del anhelo del serhumano -mas que de encontrar respuestas- de hacerse preguntas ycrear belleza.
* Reproducido del libro “Biografía de la trova”,Ediciones B, 2005.
