Queda a deber

El coraje creativo

Ornicoleman

  · sábado 29 de junio de 2019

Foto: Facebook Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro

Sólo esto se le ocurre al Coraje Creativo, escribir sobre el Festival Internacional Jazz de Verano 2019, a desarrollarse en los próximos días:

Apostar por la estética de Mantis Atea, Filulas Juzz, Geraldine Celerier Eguiluz (parece ser la única propuesta vanguardista) y el portento del pianista Alex Mercado, puede ser lo más respetable desde la opinión del Coraje Creativo para escuchar y ver, porque el programa, en lo general, es más de lo mismo: funk, fusión, latin, en el peor de los casos smooth jazz y otras propuestas raras que confunden su inclusión.

Como se ha venido gestando durante años, una propuesta diversa en cantidad, mas no en calidad, y no soy el único que piensa lo mismo. Por cierto, los videos, clínicas y pláticas pueden ser atractivas, por ejemplo Bill Frisell representa a una de las figuras seminales del lenguaje nuevo de la guitarra, desde los años 80. Escuchar a Alex Mercado será una excelente oportunidad.

Todavía queda en el aire la pregunta que hiciera una persona a Laura Corvera en la presentación oficial de este festival en su edición de 2013, ante medios y público en general. ¿Existe una cultura de jazz en Querétaro?

Ahora bien, sin duda hace falta una labor titánica y bien dirigida para generar una cultura jazzística, si no, jamás participaremos como una potencia en el ámbito mundial del jazz, por lo que exige este momento un replanteamiento en el pensamiento de curadores, promotores oficiales, inclusive privados sobre los nuevos postulados estéticos de lo que representa esta corriente creativa por un lado; por el otro, se hace necesario que músicos de nuestro país y el público sean más rigurosos, tomando en cuenta estos cambios evolutivos, la mayoría, si no es que todos, descansan en la radicalidad. Por supuesto proviene de las mentes de la vanguardia provocadora, lo demás queda en nostalgia, confort y entretenimiento.

Esperar este tiempo para que haga presencia la música que nos ocupa, disminuye radicalmente las posibilidades de una cultura de jazz.

Nuevamente queda esa percepción de que el festival anual queda a deber.

La historia continuará…

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