Desde que Natalia Matehuala García, estudiante de la licenciatura en Música de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), cursó el quinto semestre de su carrera, surgió en ella el interés por encontrar una forma de tratar el deterioro cognitivo a través de la música.
Con el apoyo del Fondo de Proyectos Especiales de Rectoría (Foper) de la UAQ, y de la alianza con Elías Rodríguez Méndez, investigador de Ciencias en Neurometabolismo, es que comenzó su proyecto en 2022.
Actualmente, trabaja con esta iniciativa en la casa de retiro Quintalegre, las sesiones se dividen en dos etapas: En la primera, los pacientes como la investigadora tocan diferentes piezas musicales para incentivar diversas partes del cerebro y sus funciones, entre ellas la atención. En la segunda, Matehuala García toca otra composición, para que las personas puedan enfocarse en la atención y escucha, como un ejercicio para recordar.
Es debido a que la música activa diversas zonas cerebrales, que esta estrategia es la más adecuada para estimular la mente de las personas que presentan un deterioro cognitivo, en específico, el que es causado por el proceso natural del envejecimiento o por un desgaste más grave, que podría resultar en un trastorno neurocognitivo mayor.
Con la finalidad de conocer más sobre esta investigación, Diario de Querétaro se puso en contacto con la estudiante que lidera el proyecto y con el docente que la ha asesorado durante este proceso.
¿Por qué tu interés en encontrar una relación entre la musicoterapia y la pérdida de la memoria?
Natalia: A mí me interesaba, por parte de mi área que es la música, compartir conocimientos y ayudar a una población por medio de la investigación. Así que me puse a investigar cómo la música podía ayudar a las personas a través de la terapia, y en esa búsqueda de materiales me di cuenta que gran parte de los proyectos estaban dirigidas a jóvenes o a niños; por lo que existía un descuido hacía la población de la tercera edad. Así que al momento de delimitar mi investigación, decidí que aplicaría la musicoterapia enfocada en los adultos mayores para poder atender una de sus necesidades, en este caso con el deterioro cognitivo.
¿De qué manera ha evolucionado la investigación?
Natalia: En la primera edición, que era una etapa de estandarización, trabajamos con una población menor a la actual, que es de 21 adultos mayores que cumplen los criterios requeridos, así como de mayor rango de edad, que es de los 80 a los 95 años. Justamente esa población ya poseía un diagnóstico de demencia, esto principalmente porque tuvimos que trabajar con la población que se encontraba dentro de la casa geriátrica, más que por decisión propia. Así que al hacer esa adaptación nos ayudó muchísimo porque gran parte de las investigaciones que habíamos retomado provenían de otros países; por lo que, al poder trabajar con población mexicana, marcó una diferencia completa en la forma en la que deberíamos abordar el proyecto posteriormente. Con estos primeros resultados, pudimos hacer el ajuste en el intervalo de edad, y volvimos a realizar nuestra convocatoria abierta al público.
¿Qué es lo que hacen los adultos mayores en las sesiones?
Natalia: En las intervenciones, los participantes usan los instrumentos musicales, en este caso de percusión, ya que no se requiere de conocimientos previos para saber utilizarlos y son de mayor accesibilidad para ellos. En la sesión activa, ellos son los que producen la música, mientras que en la receptiva, son ellos quienes la escuchan y disfrutan de lo que se interprete. De igual manera, existen ejercicios de retención de la memoria, donde se les solicita que repliquen un patrón musical o que recuerden las letras de las canciones, etcétera.
¿Con qué género musical trabajas?
Natalia: Influye muchísimo el gusto personal de cada participante, pero por lo regular los adultos mayores tienen buena respuesta al folclore mexicano. Ese es el género que mejor reciben durante las sesiones.
“Es importante mencionar que estas terapias no consisten solamente en poner música y ya, sino que el terapeuta coordina ejercicios específicos para fomentar el trabajo cognitivo, desde tocar instrumentos, hasta la realización de otros ejercicios más complejos de memorización. Es importante señalar que es posiblemente una estafa si alguien lo promueve como una cura, ya que, tal como lo señalamos en nuestro protocolo, estos son ejercicios de prevención”, agregó el investigador.
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¿En qué resultará el proyecto de investigación?
Natalia: Como tal se está trabajando en una tesis donde se está documentando todo el proceso; sin embargo, se buscará realizar un manual a partir de las intervenciones para que pueda ser compartido con las casas geriátricas y el público en general.
¿Hay alguna forma que el público interesado se pueda poner en contacto con ustedes?
Natalia: Claro, mi teléfono es el 442 782 5381 y mi correo es nmatehuala09@alumnos.uaq.mx.
Elías Iván: Mi teléfono es el 442 146 7829 y mi correo es elias.rodriguez@uaq.edu.mx.