Por Andrés Garrido del Toral
Cronista de Querétaro
Ríos de tinta y saliva han corrido enunciando el papelprotagónico de la ciudad de Santiago de Querétaro en los fastosmás gloriosos de la Historia mexicana, pero menos se escribe yhabla de los momentos en que nuestra urbe fue sede de los poderespúblicos nacionales, tanto en el sistema federalista como en elsistema centralista.
La primera vez que fue Capital de la República mexicana esdurante la Guerra de Intervención Americana (1847-1848), en quelos tres poderes federales se trasladaron a la ratificación o node los tristes y célebres Tratados de Guadalupe Hidalgo, despuésde ardientes debates que tuvieron lugar en la Cámara de Senadores(Anexo de La Congregación) y en la Cámara de Diputados (Academiade Bellas Artes). Según José Guadalupe Ramírez Alvarez, en suobra “Teatro de la República, Aula Magna del Derecho Social”,el presidente de la República, Manuel de la Peña y Peña,instaló su despacho presidencial en la casona de la calle deHidalgo número 48, en que fueron ratificados los mismos.
La siguiente ocasión fue cuando don Benito Juárez pasa porQuerétaro en enero de 1858 defendiendo la Constitución de 1857,siendo gobernador José María Arteaga, instalándose el patricioen la casona de aquél, ubicada en el anexo de lo que hoy es elPalacio de Gobierno, sobre la hoy calle de Pasteur. Juárez sedirigía a Guanajuato para finalmente llegar a Guadalajara dondepretendieron fusilarlo sus enemigos, sino fuera por aquellaintervención de don Guillermo Prieto donde les espetó a losfusileros conservadores la famosa frase de “los valientes noasesinan”.
Otra ocasión que se puede contar es la del 19 de febrero al 15de mayo de 1867 en que Maximiliano residió en Querétaro comoemperador en un intento de conservar su trono, sin embargosolamente le acompañó su ejército de nueve mil hombres, elRegente del Imperio (Leonardo Márquez) y un solo ministro que fueel de Justicia e Instrucción, don Manuel García Aguirre, quienpocas oportunidades tuvo de desempeñar su función legal y sededicó a levantar barricadas y parapetos. El Consejo de Estado yel resto de los ministros se quedaron en la Ciudad de México.
Aquí surge mi duda si en 1867 fue o no Querétaro Capital delSegundo Imperio, pero el auto llamado Jefe de Estado imperialradicaba en Querétaro.
La siguiente vez es cuando don Benito Juárez pernocta en el hoyedificio de Madero 70, sede del Archivo General del Estado, lanoche del 5 y madrugada del 6 de julio de 1867, en su recorridorumbo a México capital para su entrada triunfal del 15 de julio.Por cierto que se alojó y alcanzó a despachar asuntos en lo quehoy se llama “despacho Juárez” en el citado edificio, en elque despacha el titular de la Secretaría del Trabajo.
Pero la ocasión más firme, publicada en el Diario Oficial, fuela relativa a ser sede del Congreso Constituyente de 1916-1917 yasiento del Primer Jefe y Encargado del Poder Ejecutivo.