En los festejos del día del maestro, no se puede dejar de escribir de quien gracias a sus enseñanzas y aportaciones para la comunidad estudiantil, dejó una huella en el periodismo queretano, José Guadalupe Ramírez Álvarez. Guía e inspiración de muchos a quienes impulsaba para que leyeran, se informaran y emprendieran antes que esta última cualidad se pusiera tan de moda.
Oriundo de esta ciudad vio la luz un 12 de diciembre de 1920 en el seno de una familia humilde y que tal vez por esa condición siempre procuro que los estudiantes tuvieran apoyos y becas para que no desertaran en sus estudios, incluso creando un fideicomiso para que tras su partida los estudiantes no quedaran en el desamparo y continuaran en la escuela.
Desempeñándose en el ámbito del periodismo, así como profesor normalista y universitario, licenciado en derecho, contador privado, notario público, investigador, literato e historiador, pasó su vida entre libros que a decir de quienes han escrito sus memorias del ilustre queretano, en su casa de la calle Escobedo 65 poseía una de las más grandes bibliotecas y hemerotecas de Querétaro; pero sin duda una de sus grandes pasiones fue enseñar y guiar a jóvenes de varias épocas, mismos que después fueron y han sido grandes y respetados profesionistas.
Su vida, aportaciones y logros han trascendido y continúan aportando una importante influencia en el ámbito social, político, cultural y educativo del estado.