Yo que sólo canté de la exquisita / partitura del íntimo decoro, / alzo hoy la voz a la mitad del foro / a la manera del tenor que imita / la gutural modulación del bajo / para cortar a la epopeya un gajo.
Fragmento de La Suave Patria. Ramón López Velarde.
In Memorian de Mi madre Naya en el Centenario de su nacimiento.
Códigos culturales
En el Teatro recién construido en 1854 se festejó por primera vez –en ese espacio–, el aniversario del inicio del movimiento insurgente así como la culminación del mismo. El acto tendría además el valor agregado de que se estrenaría el Himno Nacional en tierras queretanas. Por lo cual el gobernador constitucional del estado, coronel Ángel Cabrera puso en las manos y en el arte de Luciano F. y Soto la organización y publicidad del trascendental acontecimiento. La escenografía teatral al gusto de la época estuvo a tono con los personajes; la noche del 15 de septiembre el Teatro de Iturbide lucía adornado con banderas tricolores de seda, coronas de flores, palmas y "adornos especiales". Una vez cumplida con la liturgia patria, la orquesta que dirigía el maestro Bonifacio Sánchez, interpretó el sonoro y bélico Himno Nacional mexicano.
La Junta Patriótica de 1861
En 1861 con un país en constante conflicto por los diversos proyectos de nación, en la ciudad de Querétaro el complejo franciscano estaba siendo destruido, al igual que otros atrios. Los liberales habían recuperado la plaza tomada por Tomás Mejía, del 22 mayo al 4 de junio. En este entorno se realizaron los festejos de septiembre bajo el programa dispuesto por la Junta Patriótica. En el escenario del teatro fue colocado un “adorno dedicado a Don Miguel Hidalgo" compuesto de “luces, cuadros, espejos e inscripciones”. Las solemnidades iniciaron a las 20:00 horas del 15 de septiembre con la lectura del Acta de Independencia, un discurso cívico, y culminó con un recital de poesías y composiciones literarias. En ese acto fue obsequiado a las damas un listón azul con la inscripción “La junta Patriótica al bello sécso [sic] queretano la noche del 15 se septiembre de 1861” (AHMQ. Bandos Históricos). La junta regaló ropa a 12 niños “aplicados” de la Escuela del Estado, quienes entonaron el Himno Nacional. El día 16, desde las cinco de la mañana una banda recorrió las principales calles y en los faroles se colocaron banderolas con los colores patrios. Posteriormente desde el palacio de gobierno (Madero y Ocampo] la comitiva se enfiló hasta las inmediaciones de la Plaza de Armas donde se desarrolló un acto cívico. Al finalizar el acto, el gobernador puso en libertad a presos por “delitos leves”. En esa ocasión a las tres de la tarde fue inaugurado el Hospicio para Pobres, donde tomó la voz el presbítero D. Nicolás Campa. En el mismo acto se recitaron poesías en honor de Doña Josefa Vergara, también fue inaugurada la Escuela de la Cruz. El gobernador obsequió “25 libros elementales de doctrina, moral y urbanidad,” los festejos culminaron al anochecer con una serenata y fuegos artificiales en la Plaza de Armas.
Nueva Independencia: 1867
Tal fue el sentir de muchos liberales queretanos cuando fueron convocados para formar la Junta Libertaria, que entre otras cosas se encargaría de la organización de las fiestas patrias, recién había concluido un episodio intervencionista en nuestro país –siendo nuestra ciudad protagonista de su epílogo–. La Junta Patriótica quedó conformada a finales del mes de julio y a través de una Hoja Volante incitaba a los queretanos a las celebraciones de las Fiestas Nacionales: GEFATURA POLITICA [sic] / Convocatoria / Estando próximos los días 15 y 16 de septiembre y siendo el primer aniversario de la independencia Nacional que ha de solemnizarse en esta ciudad después de la Invasión Francesa [...] Colección Particular.
¡Vivan los héroes!
El 15 de septiembre de 1882 a las 23 horas fue el momento crucial de las festividades, cuando el gobernador Manuel González de Cosío ovacionó a los héroes ondeando el lábaro patrio: "A las once en punto de la noche empuñó la Bandera Nacional el Sr. Gobernador y pronunciando una breve y patriótica alocución, vitoreó á la Independencia y á la Libertad. En esos momentos los acordes de las músicas, los repiques á vuelo los disparos de la artillería y las aclamaciones populares dieron al acto una solemnidad severa y agradable."(LSA, 1882). Esa noche y las consecuentes, los edificios públicos fueron iluminados en su fachada principal, algunos particulares contagiados por el espíritu festivo también lo hicieron con sus domicilios particulares y negocios. Las bandas de música tocaban en el jardín Zenea y en el kiosco de la Alameda Hidalgo, concluyendo sus serenatas en un desfile por las principales calles de la ciudad.
Transmisión de valores
Una forma simbólica de trasmitir los valores y rasgos culturales a los jóvenes eran los actos públicos. En el contexto de las Fiestas Cívicas se integraba a la comunidad estudiantil para entregar premios y distinciones a los jóvenes queretanos. Estos actos cívicos eran realmente formativos en los valores del grupo social en que eran recreados. La crónica de la época expresaba: [...] "La distribución de los premios a los estudiantes fue hecha en la noche del 15 y es evidente que estos jóvenes a quienes pertenece el porvenir, al recordar mañana sus triunfos literarios, porque obtuvieron aquellos en los días solemnes de setiembre, [sic] siempre bellos y siempre memorables para México". (Ídem).
¡Salvas, Dianas y Repiques!
El día 16 de septiembre a la hora del alba se enarboló la Bandera Nacional en todos los edificios públicos, los cuales eran saludados por una salva de artillería y repiques a vuelo. Las bandas militares recorrían las calles del que hoy conocemos como Centro Histórico tocando dianas. A las doce del día y a las seis de la tarde atronaron las salvas y la ciudad se llenó de repiques; en el barrio de Santa Ana y el jardín Zenea se quemaron fuegos de artificio. En este día también se hacía la apertura de la Cámara Legislativa del Estado; precisamente a las once horas con los discursos y parafernalia oficial. “En la tarde las músicas militares se colocaron en la Alameda, y los concurrentes pudieron recrearse con el gratis espectáculo de una compañía de acróbatas que colocó sus aparatos gimnásticos entre la explanada del antiguo cuartel y la nueva calzada del ferrocarril”. –Actualmente Colón entre Zaragoza y Constituyentes–. (ídem).
Premios al finalizar el siglo
La distribución de premios estaba dispuesta como un doble homenaje; a los símbolos patrios y a los niños marcando un esquema de paternalismo y gestión ante la pobreza, (hasta nuestros días forma parte del discurso asistencial del estado). "En la noche en el gran Teatro Iturbide se verificó la distribución de premios á los alumnos y alumnas de las escuelas públicas sostenidas por Gobierno. Ese acto fue conmovedor, niños pobrísimos, cubiertos algunos de blanco, con pobres harapos, se acercaron ante el Primer Magistrado del estado y recibieron temblantes de emoción, premios consistentes en ropa y libros. A cada uno de los niños agraciados se les hizo comprender con frases oportunas, que el premio era un estímulo a su aplicación y se hacía en Aniversario de la Independencia como un justo homenaje a recuerdo de Hidalgo, de Morelos y de Allende y Héroes mil á quienes debe la Patria su libertad y Soberanía" (LSA-1900).
APOSTILLA Debido a la pandemia, este año no se prevén los actos y ceremonias de las Fiestas Patrias –al menos de la manera tradicional–. Diría el poeta chiapaneco: "no lo sé de cierto, lo supongo..." El Ritual Patrio tiene su origen en Huichapan, Hgo., cuando Ignacio López Rayón conmemoró la arenga de Dolores, Gto., en septiembre de 1812. En Querétaro la primera celebración del "Grito de la Libertad" fue en septiembre de 1822.
Desde Anbanica - Teocalhueyacan. Septiembre de MMXX.
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