Jesús Estrada es un gestor cultural, sociólogo y músico independiente, que ha dedicado los últimos años al estudio de la escena musical en Querétaro, así como al análisis de la producción, distribución y consumo de la música en el estado.
Actualmente, el también autor del documental “Cómo suena la escena” (2019) ha focalizado su atención en la manera en que los cambios tecnológicos y nuevos dispositivos han impactado tanto en la forma en que se consume música, como en las preferencias por tal o cual género.
Su inquietud, le ha llevado a realizar múltiples estudios frente al colectivo “Como suena la escena”, a través del cual propone la búsqueda, estudio y activación de proyectos relacionados con la música y sus audiencias.
Derivado de ello, Chucho– como es conocido en el medio– se encuentra trabajando en un proyecto sin precedentes, centrado en el origen y devenir de las rockolas en México.
Se trata de una propuesta apoyada por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), a través del programa de jóvenes creadores, cuyo planteamiento y enfoque resulta en una odisea de cuestionamientos que apuntan hacia las prácticas en torno a cómo escuchamos la música –más allá de los gustos y etiquetas–, centrándose principalmente en los rituales, uso de dispositivos, nuevas modalidades y la individualización de esta práctica cultural.
“El gusto musical normalmente se asocia con la música que escuchamos como un juego de identidades; pero más allá de eso, el gusto musical es una práctica (…) [que involucra] ciertos rituales desde cómo se arma un playlist, que en sí ya es un ejercicio reflexivo. Desde ahí se está llevando la práctica del gusto, que es justamente mi punto de interés”, explicó en entrevista con DIARIO DE QUERÉTARO.
Es por ello que propone a las rockolas como concepto y medio, no sólo musical, sino también de encuentro y socialización de las propuestas musicales.
“A mí en lo personal, me gusta mucho ir a los lugares con rockola. Me gusta tener la posibilidad de disfrutar lo que me nace escuchar al calor de las copas, la plática (…) Se me hace una práctica interesante y una forma distinta de practicar el gusto musical”, compartió.
Antes de la pandemia de Covid-19, y como parte su investigación, Chucho lanzó una convocatoria para el gremio musical local, que buscaba actualizar las rockolas de la ciudad con música de bandas queretanas, así como generar un consumo cultural diversificado. Sin embargo, el proyecto quedó en standby por la contingencia sanitaria.
“Me considero un usuario de la música y de uno años para acá comencé a interesarme en la música local, no sólo por la música en sí, sino también por los músicos, porque a veces se tiende a separar la propuesta del creador. Como usuario de la música, sé que es importante y creo que en lo personal ,y en lo social, la música mejora la calidad de vida en la ciudad. En ese sentido, este proyecto es una manera de aportar a ese tema, así como al esfuerzo colectivo de generar una ciudad cada vez más musical”, aseveró.
La iniciativa tiene como objetivo contribuir a la vida pública de la ciudad, compartiendo la música que gusta e identifica; propiciando la conexión con otros a través del oído y generando interesantes encuentros que sumen al proyecto final.
A la fecha, y a pesar de la situación actual, a través de mixcloud (CSLE- Como Suena La Escena) ha puesto a disposición de las y los melómanos, alrededor de 150 producciones; entre sencillos, EP's y álbumes digitales.