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Basados en los grabados del pintor flamenco Pedro Pablo Rubens, a petición del duque de Lerma, Cristóbal De Villalpando reprodujo e imprimió en 1611 con su estilo claroscuro esta serie de 12 pinturas sobre los apóstoles. En donación de César. González Mejía, el Museo Regional recibió una de estas piezas, Santiago el Mayor, sumándose a las ya resguardadas en el recinto.
El suceso reviste gran importancia porque en dicho recinto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se conservan nueve pinturas, de una serie de doce, realizadas por el famoso artista novohispano. “Con la incorporación de Santiago el Mayor se enriquece el conjunto a diez obras, además de obtener una lectura más completa de un tema muy importante desarrollado durante el periodo virreinal”, expresaron.
“Es un suceso histórico, esta serie de Villalpando ha estado incompleta desde la fundación del museo en 1936 (…) hay unas piezas que no estaban aquí, ahora recuperar una pieza más ayuda a además de incrementar el acervo a hacer una prueba de cómo es importante que el patrimonio se resguarde (…) le das acceso a toda la población de ver una serie completa y entender los procesos de cómo se llevaron las piezas a otros lugares”, dijo en entrevista Bernardo Sarvide Primo, director del Museo Regional de Querétaro.
La única información sobre la procedencia de esta serie de pinturas proviene del historiador Francisco de la Maza, quien consignó que se hizo para el Convento El Carmen, en la ciudad de Querétaro. Las obras estuvieron a principios del siglo XX en la que fuera la Academia de Bellas Artes, para pasar después al acervo del Museo Regional de Querétaro. De las nueve pinturas realizadas por De Villalpando que resguarda el museo, siete están firmadas sólo con su apellido, mientras que las otras dos, más la que se recibe en donación, se infiere su atribución por la técnica de manufactura, estilo, composición y representación.
Rosario Bravo, restauradora y perito del Museo Regional aseveró que con esta donación estarían pensando que sólo faltan dos piezas y quizá un Cristo Salvador, “fue parte de la serie aunque no tenemos mayor información, la serie original llevaba un Cristo Salvador, así que seguramente esta serie también lo tiene”, dijo. Asimismo enmarcó que la trascendencia de la pieza más allá de los valores estéticos y religiosos, es una representación de los tratados durante esa época, “el arte florece bajo la tutela de la iglesia y es la que marca los cannones, las tutelas de lo que se tenía que hacer y cómo, ello da pauta a que se hagan los tratados, los artistas comienzan a decir cómo hacer la cosas. Cuando se difunde, marca un boom, más allá de su origen religioso se puede ver con los ojos de como trabajaba la nueva España”, sumó.
El donador de la pintura Santiago el Mayor, César González Mejía, refiere que compró la pintura en los años sesenta, la mandó restaurar y después de muchas indagaciones, supo que existía un apostolado en el Museo Regional de Querétaro. El interés de la donación responde a que la pintura se integre al resto del conjunto, contribuyendo con INAH en el rescate, conservación, protección y difusión del patrimonio cultural. “Cuando yo vi la serie vi que estaba inspirada en Rubens y me di cuenta que faltaba esta pieza –Santiago Mayor- y deduje que pertenecía aquí, seguí investigando”, dijo.
Acerca de Cristóbal de Villalpando, se sabe que nació en la ciudad de México hacia 1649 y murió en la misma, en 1714. Es considerado el último gran pintor del periodo barroco, se distinguió por el manejo suelto en el dibujo y sobre todo, por ser audaz en las composiciones, haciendo de ellas escenarios complejos llenos de color, luz y creatividad. Los historiadores del arte consideran que Cristóbal de Villalpando alcanzó la plenitud artística entre 1690 y 1710. En este periodo, el pintor intensifica los colores verdes, azules y bermellones, enriquece los matices ricos en veladuras, causando gran impacto en las composiciones, algunos de los cuadros de este periodo pueden admirarse en la pinacoteca de La Profesa, en la Ciudad de México.
