Como actriz, se define en evolución, abierta a hacer papeles nuevos y probar distintas técnicas. Y como principal valor, practica la humildad; humildad para reconocer que tiene mucho por aprender, que sus maestros pueden seguir guiándola y que sus compañeros pueden sugerirle cosas. Es lo que afirma Gabriela Galván, quien desde 2007 pertenece a la compañía del teatrito La Carcajada, pero sus orígenes en la comedia datan de mucho antes, cuando era estudiante de prepa e imitaba la voz de sus maestros.
Gabriela Galván empezó como empezaron muchos actores cómicos: participando en cuanto festival escolar se le presentaba siendo estudiante. “Si había que cantar, ahí estaba yo”, narra. Al terminar la prepa entró a la carrera de Comunicación pero la dejó para dedicarse al teatro. Tomó entonces un taller con Ruth de la Colina en la casa de cultura “Ignacio Mena” y después trabajó en La Casona del Árbol, bajo la dirección de Xavier García Santana, donde conoció a Jorge Izquierdo y Ricardo Ortega.
Desde sus años escolares hacía papeles cómicos y cuando decidió dedicarse profesionalmente a la actuación, nunca se le presentó un papel dramático, si bien reconoce que le gustaría incursionar en otros géneros distintos a la comedia. Gaby ha seguido preparándose en las artes escénicas, preparación que va desde talleres con Pamela Jiménez a una residencia en el laboratorio del Odin Teatret, en Dinamarca.
El punto de inflexión de su incipiente carrera como actriz surgió precisamente cuando Jorge Izquierdo, ya como director del recién fundado Teatrito La Carcajada, vio a Gaby interpretando el papel de una cubana. Jorge y su socio Ricardo Ortega tenían la intensión de montar una recreación de la serie radiofónica La Tremenda Corte, como un homenaje al personaje Tres Patines; necesitaban una actriz que interpretara a Luz María Nananina y Gaby era perfecta para el papel. “Yo no conocía a La Tremenda Corte ni a sus personajes” confiesa Gaby, pero escuchó los discos que Izquierdo le prestó para lograr darle voz al personaje; cuando lo tuvo listo, se integró al elenco que completa Gerardo Pacheco como el secretario, Izquierdo como el juez y Ortega como Tres Patines.
Era el año 2007 y ninguno de los integrantes de la nueva compañía, que había cambiado su sede del desaparecido restaurante bar Quadros a la que ocupan ahora en 5 de Mayo 48, se imaginaron que con esta obra se consolidarían como una de las más exitosas propuestas teatrales del estado.
“Cuando Jorge Izquierdo me llamó para hacer el papel yo estaba trabajando en algo completamente distinto así que tuve que decidir porque sabía que era ocupar viernes y sábados en la noche; pero dije que sí y bueno, ya tengo once años en la compañía”.
Gaby es parte de la evolución exitosa de Teatrito La Carcajada, pues en 2009 nació el proyecto que consolidó a la compañía: Queretanas asesinas, donde interpreta a Crepúscula.
“Desde el principio nació una gran amistad con todo el elenco de la compañía; y cuando llegó Queretanas asesinas, Jorge Izquierdo y yo hicimos una gran química él con su personaje de Poma Rosa y yo como Crepúscula, su criada. Crepúscula es la típica criada malcriada: contestona, que le vale lo que le ordenen pero que es sumamente fiel y leal a la patrona”. En la segunda temporada de Queretanas asesinas (una especie de spin off titulado A Tita la entierran mañana), Galván interpretó a la licenciada, pero cuando se hizo la tercera temporada el elenco propuso que volviera Crepúscula. “Me divierte mucho hacer Crepúscula porque es un personaje lleno de matices para mí, lo mismo es despreocupada que fiel a su patrona; sabe que la patrona es una asesina pero le ayuda”. Incluso, en la última temporada, que en 2007 duró nueve meses en cartelera con el titulo de Turbulentas y despistadas. Un escape sin escalas, se vuelve cómplice de la patrona integrándose al ‘equipo’ de queretanas asesinas.
¿Te imaginaste que durarían tanto con tanto éxito?
Jamás pensamos que tendría tanto éxito. La Tremenda Corte fue lo que ayudó al Teatrito a que despuntara como compañía porque mucha gente de todas las edades nos vio y nos recomendó, ya fuera que escucharon el programa o por la gente que venía. Desde 2007 llevamos diferentes temporadas y no me imaginé tener ese desarrollo en el personaje y ese éxito en la temporada.
¿Por qué continuar con un mismo personaje tanto tiempo? ¿no te cansa?
A Nananina y a Crepúscula les tengo mucho cariño. Estaba en el destino que Nananina se pusiera en mi camino y la verdad es que, sin querer, físicamente todos nos parecemos al elenco original de la serie radiofónica La Tremenda Corte. Y a lo largo del tiempo fui creándole cositas, desde el vestuario hasta el humor, fui haciéndolo mío y con el tiempo ya le tengo mucho cariño.
SALIR DE LA COMEDIA
Por alguna razón Gaby nunca ha podido hacer algo distinto a la comedia, cosa que le gustaría. “No tengo un papel específico que quisiera hacer pero sí me gustaría” dice y asegura que en los cursos y talleres que tomó nunca se le dificultó encarnar papeles dramáticos. Además de los que ha interpretado con Teatrito La Carcajada, ha trabajado en las puestas Razones de peso y Engáñame si puedes otra vez, también haciendo comedia.
“La compañía a la que pertenezco hace comedia, lo sé, pero no descarto en un futuro hacer drama”, sostiene. “En teatro decimos que es más fácil hacer llorar que hacer reír, sin embargo, para mi no ha sido difícil ninguna de las dos”. Para Gaby, crear un personaje, pararse en el escenario a ser gracioso y que la gente no se ría sí es un drama.
“Sí es una limitante pertenecer a esta compañía y sé que si yo quiero hacer otro teatro tengo que buscar una opción diferente; pero no está en mis planes ahora” puntualiza.
¿Cómo hacer para evolucionar como actriz si interpretas desde hace una década el mismo personaje?
Cada función es diferente; puedes repetir pero esa repetición te lleva a la improvisación, no soy una actriz mecánica, todo el tiempo me estoy refrescando para no aburrirme de hacer lo mismo; debo hacer juegos con mi compañero para improvisar, así refrescamos al personaje y lo que pasa es que la misma obra cambia con el paso de las funciones”.
Aunque los papeles se repiten a lo largo de las temporadas anuales de la compañía, sí hay retos que enfrentar como actriz, por ejemplo en la pastorela actualmente hay dos actores que se integraron al elenco luego de la salida de Gerardo Pacheco –que abrió su propio teatro Jaja- y Jessica Zermeño –que también abrió su espacio de nombre La Mirruña-; además, su personaje interactúa con el público porque debe dirigir un concurso. “Debí conocer a mis nuevos compañeros, sus tiempos y ritmos para sacar las escenas porque yo ya estaba muy acostumbrada a Jessica y Gerardo, pero ahora tengo una escena con ellos y eso fue un reto para mi”.
LA DOCENCIA
Instalada en el teatro cómico y haciendo papeles en La Mirruña Teatro y Teatrito La Carcajada, Gabriela Galván también explora la docencia. Es egresada de la licenciatura en Docencia del Arte, de la Facultad de Bellas Artes y está por abrir un taller junto con Jessica Zermeño dirigido a niños y jóvenes; además, es maestra en la Escuela Multidisciplinaria Profesional de Actuación, de la también actriz y directora queretana Verónica Carranco.
“Me gusta mucho enseñar a los niños el teatro, de qué manera pueden mejorar su seguridad, su confianza, su dicción y memoria. Aprendo mucho de ellos también porque los ponemos a escribir sus obras y me sorprende su ingenio” relata.
También se encuentra montando Aladino en una escuela y la experiencia ha sido muy completa. “Es muy motivante ver el talento e imaginación de niñas y niños de todas las edades”.
EL TEATRO QUERETANO
En su opinión, la comunidad teatral local está creciendo gracias a que toma riesgos. “Los jóvenes que están egresando de las licenciaturas están creando sus propias fuentes de trabajo porque en esto de actuar, si no te llaman a una compañía tu debes generar tus proyectos”. El ejemplo es la calle 4 de Mayo que en los últimos años se ha convertido en sede de nuevos teatros, no sólo La Carcajada y La Tercera Llamada, también La Mirruña y Forito 3Pesos. 2Que estén creando, organizando y escribiendo sus propias obras, coloca a Querétaro como un ejemplo de diversidad” sostiene la actriz.
Actualmente, contados son los espacios teatrales que no están en el Centro Histórico del municipio de Querétaro, tal es el caso de La Fábrica y el teatro del IMSS; en Corregidora está Teatro Clandestino Foro G, y en los demás municipios conurbados no hay teatros, lo cual hace muy disparejo el desarrollo artístico no sólo de la ciudad sino del estado. Sin embargo para Galván esto no es un problema “la gente se ha adaptado a que todo es en el Centro, pues el público llega en taxi o Uber y ya sabe que en 5 de Mayo hay teatros, o que está el Museo de la Ciudad”.
¿En tu opinión, no es necesario que los teatros se salgan del centro o que se abran espacios que no estén en el primer cuadro de la ciudad?
Yo creo que cuando algo te gusta, vas. Por ejemplo, Miguel Septién ofreció temporada en el Teatro Metropolitano y lo llenó. Es decir, si tiene su producto de calidad y un buen marketing, la gente va a donde estés. Ha costado trabajo a que el público tenga la costumbre de ir al teatro, de desplazarse para ver algo que le guste”.
¿El público ha cambiado en la década que tienes sobre los escenarios?
Sí, sobre todo por los espacios que se han abierto. Lo que veo es que la gente que nunca se ha metido a ver una obra, dice: ya estamos aquí en el Centro, vamos al teatro”.
¿A qué crees que se deba: a que hay mucha oferta o a que hay eventos gratuitos en las plazas?
Yo sí sé de compañeros que te dicen que el evento gratis les robó público pero también sé de otros que gracias a que se presentaron gratis en algún festival, la gente los conoció y pagó después por ver una obra suya en el teatro”.
Sin embargo, considera que los gobiernos al organizar festivales y eventos gratuitos en plazas, deben equilibrar lo que traen de fuera con lo que se ofrece aquí. “Creo que debería hacer un equilibrio entre lo local y lo foráneo, porque muchas veces la gente ve algo en la calle y nunca pensó que fuera queretana o algo que nunca se hubiera propuesto ver”.
¿Por qué la gente debe ir al teatro?
“Porque haces algo fuera de tu rutina para ver una obra que te va a divertir, que te va a hacer reflexionar y te va a meter en un mundo diferente”.
Para ella, la máxima satisfacción es ver que su esfuerzo sobre el escenario fue recompensado con un público abandonando el teatro sonriendo. “El teatro es mi pasión y me ha hecho crecer como persona” describe la actriz “cada personaje es un reto y me ha ayudado a ser humilde, a quitar el ego y a entender que esto es un trabajo en equipo y que tus compañeros son parte de mi propio proceso” finaliza.