Taller de Creación Literaria

Literatura y filosofía

José Martín Hurtado Galves

  · lunes 27 de mayo de 2019

*Poemas de los alumnos del de la Escuela Normal Superior de Querétaro


Maricruz Álvarez Aguilera


miradas al desnudo

Miro tus ojos y reparo en mí,

tus manos reafirman el perímetro de mi piel.

Eres agua, fuego, vaho que se estampa

en las paredes mudas de mi cuerpo,

tacto sin voz entre mis manos

que nombran el encuentro.


Como gotas en la tierra en ti me vierto

vacías en mis labios tu calor

al mirarme

tu reflejo atisbas .


Tu saliva se derrumba en mi vientre

dibuja el ansia de tu boca;

eres tierra fértil para las semillas de mi ocaso,

caricias dorsales

que hacen destilar mi néctar.


Soy pausa, melodía interna en ti.


Eres el silencio en el acorde de mis venas.


Somos el gris sublime en un lienzo

de trazos asonantes,

cordura entre los huesos del silencio,

ardor de notas al son de la victoria

besos sin sal,

miradas que se rizan al cariz del olvido.



Invierno

Vereda sin azul

calor cuando la puerta cierra el ayer,

música que disuelve la promesa

no cumplida,

río contigo en la humedad de tu tierra

donde el viento

funde tus latidos

y los míos.



Tiempo

Vacío circundante

prisa contenida-desbordada en los senderos

pared sin descanso.

Hora única que avanza

hacia el sitio de lo que no vuelve,

arena que se derrama

al paso de los segundos.


Ma. Julia Rivera Galván


Deseo

El calor de tu respiración

me hace temblar,

erizas hasta la última célula de mi ser.


Tocas mis montañas hechas deseos

resquebrajas mi voluntad.


Incitas mis caricias más pecaminosas

para irrumpir en el umbral del éxtasis.

siento como se acelera mi pulso

mientras tus manos recorren

hasta el último secreto de mi cuerpo.

tu lengua oleada de fuego,

estimula hasta mi silencio-gemido.

soy fragmento cuando tus manos

me tocan.



Conciencia

Los silencios del estruendo

sobresaltan mi inconsciente

haciendo que oscile mi imaginación.


Palabras

Se mueven, bailan, ríen, cantan…

Pero también se ponen tristes, lloran, sufren

Incluso llegan a ser malas:

Golpean, trituran, matan.

Cuando se enojan explotan todos sus sentimientos

Y entonces confunden lo bueno con lo malo,

Tu mano sólo sigue instintos de obedecer y crear.


Pedro Galicia Martínez


Amanecer

I

Con instinto

sin moral

con lujuria

sin reglas


Si peco al desearte

me condeno

al fuego de tu sexo


para saciar tu sed

humedezco mi deseo


eyacularemos caricias, besos, suspiros

hasta vaciar nuestras ganas.


II

Al amanecer

una huella de carbono


olvidó tu virginidad

en la blanca sábana.





No lo había notado

Un invierno prematuro

baja por su cien

el otoño

erosiona su faz


en su mirada

se alojaron los años

en su cuerpo

viven las penas


No lo había notado

ya no tiene la fuerza

para cargarme en su espalda

arrullarme en su pecho


ya no me reprende

ahora me da consejos

ya no me grita

hace oración.


(Marcelina Martínez. Felicidades)


Valle de los espejos

La sombra nocturna

devora la luz

de poniente a oriente


un coro de grillos

abre la velada


acto seguido

el ballet de luciérnagas

danza al ritmo de la lluvia

entre aleteo de aves


luego

cigarras-soprano

develan la reina de la noche


ella

arrogante y orgullosa

maquilla lentamente su rostro

con polvos de plata.


En el valle

espejos de agua

de variadas formas

colman su vanidad.


Carmen Jessica Pérez Salazar


Madre tierra

Siempre te quedas contemplando

desde el mismo ángulo,

verde,

café,

amarillo,

negro.


Insisto en hablar de ti

desde que nací,

pero desapareces.


Vientre materno

pasas desapercibida

te han urbanizado.


Tiempo

Perdí mis horas en el bolsillo

como las tarjetas de personas

que he olvidado.


El reloj, se colgó del cielo

creyó que así aprenderían a leerlo.


Pero todo fue inútil:

los niños se comieron el segundero

el calendario jugó con los adultos.


Así pasaron los días

restos de tiempo.



Palabras

Ayer sentí las palabras

por primera vez

fue extraño.


Se atoraron en mi garganta

quedaron en el estómago

salieron por mi pie

brincaron por el piso.


Las atrapé con la mano izquierda

y en mi memoria de manera insistente

se negaban a salir de la cabeza.


Las dejé huérfanas en un papel.



Serendipia

Era de noche,

la luna me acompañó

a tu encuentro.


Tuve sed de ti

bebí de tu cuerpo

había llegado al paraíso,

mi paraíso.


Rogelio González Hernández


[SIN TÍTULO]

Y así, tan de repente, todo se fue.

En un suspiro perdí tu esencia,

perdí tu ser y así te fuiste sin hablar.


No puedo reprochar, no puedo cuestionar,

no debo sufrir por mi apocalíptico error.

Solo puedo mirar, no me queda más que callar,

no me queda más que perderme en la profundidad de mi soledad,

en las penumbras de mis fatídicos errores,

en la inmisericordia de tu amor.