Tao de la física II (último). La unión con todo

Alfonso Franco Tiscareño

  · miércoles 15 de agosto de 2018

… tú eres yo y yo soy tú

Rumi

Y ¿qué tendría de relevante saber que todo está unido? Son muchas las implicaciones de este concepto. Desarrollemos uno. Saber que todo está unido podría hacernos tomar conciencia del valor e importancia de la relación con nuestro semejantes. Son muchos los pensadores, profetas, místicos que han abordado está relación. Aunque parezca una verdad de perogrullo no estamos solos en el mundo, habitamos con otros, nos relacionamos con otros, amamos y odiamos a otros, trabajamos con otros, dependemos de otros, y aún así, no nos damos tiempo para pensar, reflexionar y transformar nuestra relación con los otros. Triste, lamentable y perniciosa paradoja.

Muchos sólo existen para ellos mismos, no piensan jamás en lo demás. Son ellos primero, luego ellos, y sí queda algo, ellos. El egoísmo es uno de los obstáculos más grandes para comprender el mundo. Un aporte importante que nos proporcionan las filosofías que analiza Fritjof Capra en su libro El tao de la física, es sacarnos del nefasto mundo del yo absoluto y lleno de egolatría. Tanto el hinduismo, como el budismo y las escuelas chinas invitan a que entendamos que somos parte integrante de un todo junto con el cosmos, el mundo, la sociedad, la familia, los amigos, los vecinos. Si comprendiéramos esta realidad nuestro entorno se transformaría profundamente.

Para los occidentales dicho concepto no nos es desconocido. En la cultura judeo-cristiana el amor por los demás es un precepto fundamental. Cuando a Cristo le preguntan cuál es el mandamiento más importante, Jesús contesta: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos pende toda la Ley y los profetas”. (Mateo 22, 36-40)

Y, ¿para qué amar al prójimo? Pues para empezar porque el mundo sería mejor, más habitable, menos perverso, porque estamos con otros, vivimos con otros, dependemos de otros. Diversas conclusiones podemos inferir de la lectura de El tao de la física. Por ejemplo, cuando Fritjof cita “…el mundo subatómico aparece así como una telaraña de relaciones entre las distintas partes de un todo unitario” (El tao de la física, p. 218), podemos aplicarlo o extrapolarlo sin problemas a la vida entre los humanos, vivimos en un mundo que a veces parece muy confuso, pero mucho nos ayudará saber que formamos parte de un todo unitario.

Aun entre los opuestos es factible distinguir la unidad. En el capítulo 11 titulado “Más allá del mundo de los opuestos”, Capra aborda este tema. Cita a Lao Tse: “Cuando todos en el mundo entienden la belleza como bella, están creando la fealdad, cuando todos entienden la bondad como buena, están creando el mal” (Tao te king, cap. 1). En el terreno de la física se da “la unificación de los conceptos opuestos (…) a nivel subatómico, donde las partículas son a la vez destructibles e indestructibles, donde la materia es continua y discontinua y donde fuerza y materia no son sino aspectos diferentes de un mismo fenómeno” (El tao de la física, p. 203). Es decir, la unión de los contrarios, esta es otra de las enseñanzas clave que podemos aprender de este libro.

Por ejemplo, el espacio y el tiempo están indisolublemente unidos, no pueden, de ninguna forma, estar separados. Nosotros, todas las cosas y los seres del planeta Tierra existimos en el espacio-tiempo, luego entonces, también estamos indisolublemente unidos. “La teoría de la relatividad ha demostrado que el espacio no es tridimensional y que el tiempo no es una entidad separada. Los dos están íntima e inseparablemente relacionados y forman un continuo cuatridimensional denominado 《espacio-tiempo》. (p. 231). Tomar conciencia de esta unidad es fundamental, no sólo desde un punto de vista ético y moral, sino político, social, económico. Comprender esto traerá nuevas perspectivas para combatir el racismo, la discriminación de las minorías, la violencia contra las mujeres, los supremacismos y toda forma de dominación autoritaria, porque todos somos uno.

No sólo en oriente se sabía esto, también las culturas originarias de lo que ahora es México, lo conceptualizaron. La cultura nahuatl manejaba la idea del Tloque nahuaque, “el que está cerca, al lado y alrededor de las cosas”, ellos también consideraban que todo está unido, y todo viene de la unidad.

Todo está en movimiento, es el movimiento el que produce la cohesión. Estar con los demás es estar en movimiento, en interconexión. Es lo que en occidente se conoce como otredad, los otros, estamos con ellos, existimos con ellos y por ellos. Por sí mismos no podemos existir. La unión de mujer y hombre genera un nuevo ser, la célula básica, tres personas. Dice Sebastià Serrano en su libro El regalo de la comunicación: “De hecho, una familia es un espacio muy complejo de interacciones comunicativas” (p. 33). Y es en estas relaciones que se establecen entre individuos, familia, sociedad, desde donde se construye todo lo que somos.

Una forma de comprender mejor a los otros y valorar la importancia de su presencia es por medio de la empatía. Nos dice Sebastià Serrano en libro antes citado que: “La empatía, precisamente, representa la habilidad sensitiva de una persona para ver el mundo a través de la perspectiva del otro, y constituye la manifestación más clara de la actitud positiva.” (p. 67) Así, amar a los demás, comprender a los demás, pensar en ellos, no sólo es una cuestión de buena onda o de manual de autoayuda, es un imperativo categórico que permite la construcción de una sociedad más solidaria, sana y productiva. Señala también Sebastià Serrano en otra de sus obras fundamentales Comprender la comunicación, que para que la vida humana garantizara su continuidadnecesitaba… del contacto, de la comunicación, y sólo aquellos seres con capacidad para establecer contactos podr(í)an sobrevivir” (p. 39). “…la cooperación -y cooperación es una forma de comunicación- es la base de exitosas estrategias perpetuadoras de la vida…solamente aquellos y aquellas que contacten podr(í)an sobrevivir. ” (p. 43). “Por eso no creemos estar exagerando nada si afirmamos que el principio de comunicación -regulador de la acción y la cooperación- impregna todas las formas de vida presentes en la Tierra”. (p. 44).

Queda claro que el concepto de unidad es muy importante, entendernos como parte del todo, no ajenos, no superiores, no dominadores, sino como parte integral. Esto debería permitirnos un desarrollo armónico con la naturaleza y con la gente, con los nuestros, y no en términos de una idealización bobalicona, sino a partir de la reflexión crítica y de la comprensión a partir de las contradicciones que implican las relaciones humanas, para que seamos capaces de construir siempre nuevas y más armónicas realidades. No por arte de magia, sino entendiéndonos en cambio y transformación permanentes. Es el conflicto el que representa la oportunidad de creación permanente en todos los terrenos de la vida humana. No se trata de establecer relaciones forzadas ni forzosas, se trata de entender que la relación entre humanos es necesaria y fundamental, que la interconexión, la comunicación y el trabajo conjunto son los que nos han hecho lo que somos. Hay que asumir plena y conscientemente esa responsabilidad, con un compromiso ético en favor de todos.

La relación entre física moderna y la unidad del todo no es directa, repito, son inferencias desarrolladas a partir de los planteamientos del modelo cuántico, a partir de la lectura -no de especialista, sino muy personal-, del libro de Fritjof Capra El tao de la física. Cada quien sus libros, cada quien sus lecturas, cada quien sus conclusiones.

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