Tras cerrar teatros, cancelar giras y suspender funciones, los teatreros queretanos reflexionan acerca del impacto económico que ocasionará la contingencia a sus bolsillos.
Mientras varios sugieren la posibilidad de llevar su arte a las plataformas digitales, hay quienes consideran que lo mejor es aguardar y aprovechar este tiempo para desarrollar nuevos proyectos.
Tal es el caso de Ana Bertha Cruces, directora de la compañía Atabal Creación Artística. “Para nosotros esto no es una pausa, es un tiempo que debemos aprovechar. El trabajo para un artista nunca se detiene, y sólo nos queda reorganizar una serie de actividades que giran en torno al arte escénico (…) Tenemos otras actividades como la gestión, la planeación, la elaboración de planes de producción, la investigación, la lectura, el entrenamiento personal, la proyección de un plan de trabajo enriquecido…. Hay mucho que escribir”, detalla.
Aunque lamenta que por la situación actual tuvieran que suspender una gira por Brasil, adelanta que en julio estrenarán una puesta en escena titulada ‘Yo soy Bruno’, un unipersonal de Adrián Palomo, dirigido por Caín Coronado.
Sin embargo, aclara que desde su perspectiva, no ve en el teatro por streaming una alternativa. “El teatro es un arte de la presencia, un arte vivo. Por ello no estoy de acuerdo en hacer transmisiones virtuales, (…) me parecería contraproducente, porque la gente se acostumbra muy fácilmente a lo visual, porque es más fácil, es más cómodo, y sería otro punto menos para el teatro”.
Sobre el impacto económico de la contingencia, Verónica Carranco, la directora de El Sótano Teatro, informó que buscarán reunirse con el Ayuntamiento de Querétaro y la Secretaría de Turismo –institución impulsora de la Ruta Ciudad de Teatros–, para proponer la implementación de un plan de rescate que “nos pueda dar más chamba a todos una vez que pase la contingencia”.
“Y es que se va a hacer un lío laboral porque, si no hay funciones, no hay ingresos, no hay lana, y si no hay lana, ¿cómo? Tenemos que ponernos las pilas para generar un plan b que nos rescate de la crisis económica en la que vamos a entrar, porque las cuentas no esperan; no estamos en Francia donde el gobierno dijo que se haría cargo de sus rentas durante un mes, así como de otros gastos de la gente”.
En tanto, Alonso Barrera, director de La Fábrica, aseveró que aunque la contingencia es una medida que en lo económico afecta tanto al equipo actoral, como al técnico y directivo, considera que es un momento fundamental para demostrar la responsabilidad social de las compañías “y sumar con un granito de arena. Confiamos en que cuando esto pase, la gente necesitará de una buena dosis de teatro”.
Finalmente respecto a la reapertura de teatros, Diego Rabell, director de Corral de Comedias, adelantó que planean la nueva cartelera, para la cual ofrecerán precios populares muy accesibles al público y duplicarán funciones con el objetivo de que la gente se despeje y se divierta después de todo el tiempo de encierro. “Siempre en las crisis humanas, hemos visto, que lo que sale a flote es la cultura, el teatro, la música… opciones artísticas para todos aquellos que pasaron tanto tiempo en crisis”.