Estela ha comenzado a perder la memoria y Macaria, su nieta, hace de todo para que ella no la olvide o, por lo menos, no tan pronto; esta es la historia detrás de “Blanco atardecer”, un unipersonal escrito por María José Delgado que ha inspirado en su propia historia y en la de los abuelos del Asilo San Sebastián.
En entrevista con Diario de Querétaro, la también actriz de Atabal Creación Artística cuenta que se trata de su primera dramaturgia, un proyecto que nació luego de que su abuela fuera diagnosticada con Alzheimer.
Asevera que esta experiencia fue su primer acercamiento a la demencia, que posteriormente la vinculó con la realidad de muchas personas que son acompañadas durante la evolución de este síndrome o abandonadas por sus familias.
“A mi abuelita le dio Alzheimer, me tocó cuidarla (…) Fue un proceso muy doloroso pero al mismo tiempo muy amoroso porque era pasar tiempo con la familia, aunque de una manera distinta. Cuidar a un enfermo nunca ha sido una tarea sencilla”, asiente.
Tras la muerte de su abuela, Macaria decidió adentrarse en el fenómeno de la demencia y trasladar al teatro la experiencia del olvido que, aunque suene muy extraño – dice la actriz– no es lineal.
“Cuando mi abuelita de pronto recobraba la memoria, me contaba una historia; en esos pequeños momentitos parecía que volvía a la vida otra vez (…) Todo el texto de Blanco se trata de ello: es una recapitulación de esas historias, tanto de ella como de los abuelitos, que los hace recobrar la conciencia sobre sí mismos y de la presencia del otro”, asiente.
Como parte del proceso de investigación, la artista trabajó cuatro meses en el Asilo San Sebastián, tiempo en el que platicaba, escuchaba a los abuelos y compartía tiempo con ellos.
“Desde su lenguaje corporal, cómo hablaban, cómo me miraban, cómo movían sus manitas para explicarme ciertas cosas, todos esos detalles yo los apuntaba en mi bitácora “, recuerda.
Además de las imágenes, olores y recuerdos que fue anotando durante esos días, no olvidó hablar de las dificultades que se viven durante ese proceso y la importancia de hablar sobre el cuidado afectivo y el derecho a una muerte digna.
“Lo que quiero con esta obra es que no nos olvidemos de los abuelos (…) Los vemos en la calle pidiendo dinero; en el asilo sin recibir visitas… y la verdad, terminar sus últimos años con tanta soledad, sin que nadie los voltee a ver, me parece algo muy doloroso (…) Creo que nunca nos ponemos a pensar en qué es lo que va a pasar con nuestra vejez: nadie sabe si a esa edad van a ser dependientes de alguien, si van a tener que usar pañal o silla de ruedas… y si van a estar solos (…) Es importante reconocer que vamos para allá y pensar cómo mejorar la calidad de vida para que el final no sea triste o tan desolado y eso posibilite vivir con más amor”, asiente.
Finalmente, Macaria comparte que ampliará su investigación sobre la demencia para como parte de su trabajo teatral, buscando visibilizar la situación de muchas personas que viven con este padecimiento y abonar a la sensibilización.
“Blanco atardecer” cuenta con la dirección de Naolli Eguiarte y fue realizado a través del PECDA 2020 del Fonca.
Actualmente se encuentra en temporada en el Museo de la Ciudad con funciones a las 20:00 horas los días jueves 11 y 18 de noviembre; viernes 12 y 19, y sábados 13 y 20 de noviembre.
El costo es de 200 pesos y de 150 pesos para estudiantes, maestros e INAPAM con credencial vigente.