Diversidad ambigua e incompleta

Tinta para un Atabal

Adrián Palomo | Colaborador Diario de Querétaro

  · viernes 7 de abril de 2023

Vilton, el valiente de Estefan Esquivel. Dirección Ana Bertha Cruces. Foto: Cortesía | Atabal


Dentro de la diversidad de proyectos que uno puede realizar a lo largo de su carrera profesional -en mi caso obras de teatro-, de pronto llegan propuestas que resuenan en mi ser porque conectan y dan sentido a mi visión, mi identidad y mis experiencias al generar emociones y actitudes positivas y esperanzadoras que potencian la creación de algo significativo y generador de acciones en sentido social y artístico. Tal es el caso de la obra Versos sin reversos escrita y dirigida por Cecilia Navarro, obra que representa una oportunidad para dialogar con las jóvenes audiencias y la sociedad en general sobre la identidad, la diversidad y el género, además de la posibilidad de trabajar con el grupo Serendipia Escénica que para este proyecto también involucra la participación creativa de Karen Frías, Luzma Espinosa, María José Delgado, Rafael Cmacho y un servidor.

La visión de Cecilia para abordar estos temas de suma importancia viene de su sensibilidad creativa que está sostenida y alimentada por su experiencia como madre de una pequeña de seis años, desde la cual crea un vínculo entre las distintas generaciones occidentales (Niños de la posguerra, Baby Boomers, Generación X, Millenials, Generación Z y Alfas, a partir del modelo teórico generacional de Strauss–Howe) que conviven y dialogan en este 2023. Es importante considerar a las brechas generacionales para tener un mejor panorama de hacia dónde se está moviendo la sociedad. Desde 1995 he estado haciendo teatro dirigido a niños y jóvenes, obras que en su momento estuvieron determinadas por diferentes objetivos, contextos sociales y culturales. Sin ser un especialista en el tema, claramente puedo evidenciar, tanto en el trabajo propio como en el de otras y otros, una transición en las formas pero sobre todo en el abordaje y diversidad de temas que van de la mano de los cambios sociales.

Sendebar Carro de Comedias. 13ª Cruzada Central por el Teatro. Foto: Hugo Arciniega | Diario de Querétaro

Estos rasgos evolutivos, determinados por el capitalismo, la tecnología, el poder y la pandemia, se desarrollan a partir de la hiperconectividad; las nuevas generaciones buscan autonomía en la toma de decisiones y, por lo tanto, una conciencia más abierta en temas de diversidad en todos los sentidos: étnicos, de género, de estilos y puntos de vista, etc. De esta manera se abre camino a nuevas generaciones cada vez más abiertas a la diversidad e inclusión. ¿Pero qué es la inclusión y por qué es importante la diversidad?

La UNESCO, en su Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural de 2011, dice que “la diversidad se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades que caracterizan a los grupos y las sociedades que componen la humanidad (...) y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras”.

Por su parte, en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su Título Primero, Capítulo I De los Derechos Humanos y sus Garantías se asienta que queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.

ChatGPT es una página de inteligencia artificial de libre acceso en internet. Foto: EFE

Todo esto lo traigo a colación porque del 26 al 29 de enero de este año se celebró el Festival Artístico Inclusivo 2023, inaugurado por Carmen Herrera de Kuri, presidenta del Patronato del Sistema Estatal DIF (SEDIF) en el Centro de las Artes de Querétaro (CEART) en compañía de la secretaria de Cultura, Marcela Herbert Pesquera. El programa de este festival asegura que “está diseñado desde el enfoque de inclusión para propiciar la participación igualitaria de todas las personas en la sociedad, reuniendo diferentes disciplinas artísticas como la música, la pintura, la literatura, la danza y el circo social mostrando el talento, las formas de expresión, el conocimiento y las experiencias de artistas, creativos y especialistas sin importar su condición física, social o económica. De igual forma, el Festival Artístico Inclusivo considera talleres dirigidos a especialistas, asociaciones u organizaciones que trabajan en temas de inclusión social, así como conferencias para el público en general. Invitamos cordialmente a toda la población a participar en el disfrute y consumo cultural de nuestras actividades, mismas que nos enriquecen y nos encaminan hacia una sociedad más diversa, empática y tolerante.” (https://culturaqueretaro.gob.mx/iqca/admin/galmultimed/files/efae250783004e78e1fd74e3951e1585.pdf)

Con la inclusión viene la diversidad, al menos esto es lo que se espera de este tipo de programas. Sin embargo, el festival dedicado a la inclusión fue insuficiente porque claramente estuvo enfocado, en su gran mayoría, a la comunidad de personas con discapacidad. Reconozco la labor y la urgencia de atender a esta población ya que, según datos del INEGI, en 2020 se identificó que el 15% de la población del estado de Querétaro vive con algún tipo de discapacidad. Por esta razón existen puestas en escena que tratan este tema, como Vilton, el valiente, producción en la que trabajo en el área técnica y que tuvo participación en este mismo festival.

En realidad, mi señalamiento va dirigido a la coherencia y congruencia entre el discurso del título y la descripción de la festividad y las acciones de las instituciones y los eventos que se presentaron, ya que entre los 84 eventos pocos dialogaban acerca del género o los pueblos originarios y ninguno acerca de la comunidad LGBTTTIQ+, lo cual llama la atención porque sí se presentaron diversas propuestas con estos enfoques. Lo anterior demuestra que lejos de que en el Estado se caracterice por promover una cultura inclusiva, sus formas y contenidos son exclusivos.

En el artículo sobre los derechos humanos de nuestra Carta Magna, que se mencionó líneas arriba, se establece que: “Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley“.

Pero la realidad es que la sociedad rebasa a un Estado que solo intenta sujetarla bajo sus propias ideologías exclusivas. Querétaro se nutre cada vez más con la llegada de personas provenientes de todos los rincones de la República y con ello, como el mundo todo, está siendo más diverso.

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A través de estas líneas, exijo a las instituciones nos sumen a todos. Pero sobre todo, las invito a que ellas mismas se sumen y se incluyan en esta realidad que vivimos en la actualidad. Si pretenden convertir a Querétaro en un estado de primer mundo, en sus acciones deben tomar en cuenta los tratados nacionales e internacionales de derechos humanos que ha firmado nuestro país. Si quieren que el pueblo los siga incluyendo en las boletas electorales, incluyan y representen al pueblo en general porque de otra forma, y aunque lo nieguen, sus prácticas conservan y fomentan la desigualidad y los discursos de odio.

Ojalá que festivales como estos sigan ocurriendo pero que se pinten de colores y no de azul y blanco, que de eso ya estamos cansados, cansadas, cansades y “cansadxs”.