El día de hoy el teatro queretano enfrenta un gran reto: encontrar los foros y los escenarios para presentar la abundante producción que se está haciendo.
En los últimos 20 años el crecimiento de los grupos en la ciudad ha sido exponencial. Se pasó de tres a cinco compañías en la década de los 80 (dos de ellas con foro propio), y a 12 agrupaciones en los 90. Actualmente, según lo que dicen los propios hacedores del teatro, hay por lo menos 52 grupos integrados, varios de ellos ya con un mínimo de tres años de existencia. Sin embargo, no todos cuentan con un espacio propio para llevar a cabo sus presentaciones, el montaje de las obras y las actividades propias de formación y entrenamiento que son parte de la dinámica de un grupo.
Al existir ofertas de formación de artistas escénicos, no solamente en instituciones oficiales sino también en privadas, el número de hacedores de teatro que se suman cada año va aumentando y alimentando esta condición. Agreguemos a esto que la demanda de espacios de representación y ensayo no solamente pertenece a los teatristas sino también a otros artistas escénicos que, con las propuestas contemporáneas, han aumentado en forma significativa.
En el caso de los espacios públicos –es decir, aquellos que dependen directamente de las instituciones de cultura–, anteriormente recibían solicitudes para temporadas teatrales de un mínimo de 30 funciones. Fue el caso de la agrupación La Compañía (antecedente de FORO 9) que, entre el 2001 y el 2003, realizamos 35 presentaciones con tres obras en el Museo de la Ciudad, y celebramos las 100 representaciones del Teatro Griego en Querétaro.
Hoy en día es difícil realizar una temporada de 10 funciones en un solo recinto; normalmente se consiguen pequeñas mini temporadas de tres o cuatro funciones en total, y luego se tiene que esperar de dos a cuatro meses para realizar otra debido a la gran demanda de espacio.
Esto plantea muchos retos y problemas para las compañías. Las obras de teatro viven de las temporadas; entre los miembros del gremio decimos que las obras crecen con la temporada porque es una de las artes que se enriquece enormemente tras el contacto con diversos públicos, pero al tener solo dos o tres funciones, con una periodicidad que puede ir de uno a tres meses, es difícil que esto suceda. Por otra parte, esto afecta principalmente a los jóvenes actores y actrices ya que las temporadas también permiten que, como se dice en el argot teatrero, “se adquieran tablas”, es decir, experiencia y solvencia para estar en escena y esto ninguna escuela te lo da, solo se consigue al estar frente al público.
Desde el punto de vista económico, por poco que un grupo o elenco le invierta a su producción -según sus posibilidades-, es difícil que con tan escasas funciones puedan recuperar la inversión. En cuanto a la promoción y difusión, estas son incosteables ya que además de las estrategias y marketing que cada grupo tenga, se sabe que la mejor publicidad es la que la propia gente hace de boca en boca, pero en las actuales condiciones resulta que cuando se pasa la voz y la gente busca asistir el espectáculo, este ya finalizó sus funciones y tardará algún tiempo en volver a presentarse.
Es cierto que hay agrupaciones que cuentan con un espacio propio y que esto les permite tener una mayor solvencia; también es cierto –y eso hay que agradecerlo– que muchos de estos compañeros abren sus foros a la presentación de los grupos que no lo tienen.
Sin embargo, hay compañías que, por sus propias dinámicas de funcionamiento –muchas de ellas participan en programas federales mediante los cuales consiguen apoyo para el espacio– tienen que presentar sus creaciones y recibir a grupos de otras partes del país. Esto por una parte es positivo para el Teatro y la comunidad escénica, pero también limita las posibilidades de presentación en estos foros para las agrupaciones locales, repitiéndose lo mismo que en los foros públicos.
Asimismo, los pocos espacios que hay en la ciudad se ubican en su mayoría en el Centro Histórico de la ciudad y muy pocos en otras delegaciones. En este artículo no hablaré de los municipios que también cuentan con agrupaciones que enfrentan sus propias problemáticas.
Con la mejor intención de aportar algo a esta problemática, y como creador escénico con casi 50 años de trayectoria, daré algunas consideraciones que espero lleguen tanto a las autoridades de Cultura como a los miembros de la comunidad teatral y escénica.
Considero, en primer lugar, que los espacios con los que actualmente se cuentan, tanto a nivel estatal como municipal, se deben equipar adecuadamente ya que algunos no tienen el equipo mínimo o suficiente para realizar una buena presentación. Asimismo, se debe procurar que cuenten con el mantenimiento necesario y con el personal suficiente y capacitado. Por otra parte, es importante que se apoyen las iniciativas de los grupos que propongan la apertura de nuevos espacios; en ocasiones hay lugares en la ciudad que pueden funcionar –y de hecho, con creatividad, los grupos los hacen funcionar– pero encuentran demasiadas trabas burocráticas para la utilización de los mismos.
En la historia de Banqueta y La Compañía, buscamos abrir, junto con otros compañeros, varios espacios como la Casa del Faldón, el Museo Regional de Querétaro, la cancha del Museo de la Ciudad (que ahora es el Foro Múltiple), el Patio Morisco, el CEFAC… que ahora están disponibles para la comunidad escénica, pero siguen siendo insuficientes. Reconocemos que en todos ellos siempre contamos con el apoyo de los directores y las autoridades correspondientes. Lo mismo pasó con la Escuela de Laudería que nos abrió la puerta en múltiples ocasiones.
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Otro elemento que podría colaborar a que los artistas escénicos puedan presentarse con una mayor regularidad, es la implementación continua de giras tanto a nivel estatal como municipal; anteriormente se realizaban y eso permitía también llevar diversos espectáculos a las comunidades. Hoy, que ya hay varios grupos en los municipios, esto también les permitiría mostrar su trabajo en la capital y en otros municipios. Algo que también podría implementarse son las presentaciones semanales en las diferentes plazas que estén en condiciones de servir de escenario. Estas presentaciones semanales, además de los festivales que ya se han consolidado, permitirían a los grupos darle continuidad a su trayectoria.
En fin, por la extensión de este artículo no puedo hablar más, pero sí quisiera que tanto grupos como autoridades tengamos en cuenta, como tema prioritario, esta problemática y creo que todavía es un buen momento, porque la paradoja de Querétaro es que siendo uno de los estados de la república con mayor oferta escénica y cultural no tenga teatros o espacios suficientes; mientras que otros estados con menor oferta, sí los tienen. Quizá habría que considerar la construcción de estos y la implementación de criterios y facilidades para que los artistas escénicos puedan acceder a ellos.