“Igual que Sísifo, sólo es absurda la espera, como absurda es una vida sin sentido”, enuncia Víctor Bonilla, director, productor y uno de los responsables de la adaptación de uno de los grandes clásicos del teatro, para su estreno en El Sótano.
Se trata de Esperando a Godot, escrita por el dramaturgo irlandés Samuel Beckett (1906-1989) a finales de la década de los 40 y publicada en Éditions de Minuit (editorial francesa fundada por Jean Bruller y Pierre de Lescure en 1941) en 1952.
Se estructura en dos actos y pertenece al denominado teatro del absurdo, rama teatral que se caracteriza por presentar tramas que parecen carecer de significado, diálogos repetitivos y falta de secuencia dramática; sin embargo, tiene fuertes rasgos existencialistas y cuestiona a la sociedad y al ser humano.
En el caso de Esperando a Godot se introducen a cuatro personajes: Estragón, un vagabundo andrajoso e impaciente, con problemas de memoria y acompañante de Vladimir; Vladimir, también es un vagabundo pero que busca dignificarse al vestir elegante, en la obra él representa al hombre moderno, curioso, esperanzador, es él quien se encuentra esperando a Godot; Pozzo, un ser deseoso de la aprobación pública, representa la tiranía, justifica sus actos aún cuan malos estos sean; y Lucky, es el esclavo de Pozzo, se encuentra sometido, dominado, silenciado por la violencia, se niega a romper la cuerda que lo ata a su miseria.
En la obra, existe un quinto personaje no oficial, pero que juega un papel importante en el desarrollo de la historia. El árbol que es testigo de las conversaciones entre Vladimir y Estragón, el maltrato de Pozzo hacia Lucky, y la interacción entre los cuatro personajes juega un papel omnisciente. De acuerdo con el director, el árbol hace referencia al ensayo de Albert Camus, El mito de Sísifo. “El árbol es la piedra, es el punto de encuentro siempre. Cuando nos preguntamos por qué hacemos lo que hacemos, siempre regresamos a la raíz, el origen de nuestras acciones. En este caso eso es lo que refleja el árbol”, comentó.
“La obra original lleva mucha más carga religiosa y nosotros quisimos alejarnos un poquito de esa parte y abordarlo desde el existencialismo. Nosotros queríamos enfocarnos más en el duelo que llevamos todas las personas que tenemos fe en algo, no solo en un Dios, sino en la vida misma. A veces queremos renunciar a cosas, queremos acabar y de repente, como dice Estragón, nos encontramos con algo que nos produce existir, que le da sentido a nuestra vida, entonces al final no es sólo ‘esperar’”, señaló Victor Bonilla sobre la adaptación que presentan para el público queretano.
“[Como mensaje] quisiéramos dejar el ‘darle nuestro propio sentido a la vida’. Al final somos nosotros quienes tenemos la libertad de escoger la actitud con la que la enfrentamos día tras día”, añadió.
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El 22 y 23 de septiembre son las últimas funciones de esta producción en El Sótano Teatro. Los boletos pueden ser adquiridos a través del Facebook oficial de la compañía o al teléfono 442 121 4873. El costo de las entradas es de 300 pesos. La recepción es a las 20:00 horas pero la función comienza a las 20:30 horas.