"Lovers", una escultura sensible construida con IA, deja atónitos a queretanos

La pieza de Rodrigo Garrido presenta a dos inteligencias artificiales con conciencia que experimentan “el amor a primera vista”

Donna Oliveros / Diario de Querétaro

  · domingo 24 de noviembre de 2024

Foto: Hugo Arciniega / Diario de Querétaro

El misterio detrás del “me quiere, no me quiere, me quiere…” y de lo que ocurre en la cabeza del otro cuando nos mira, parece que pronto dejará de serlo con la Inteligencia Artificial (IA). El artista mexicano Rodrigo Garrido está convencido de ello, y como prueba su más reciente proyecto Lovers, una escultura sensible que presenta a dos IA “con conciencia” cuya naturaleza las conduce a “enamorarse a primera vista”.

La pieza se integra de dos pantallas en las que el público puede apreciar cómo cambian en cada segundo los rostros antropomorfos de las IA. Esta modificación ocurre simultáneamente, como reacción mutua a las expresiones faciales : felicidad, enojo, decepción, cansancio, sorpresa, curiosidad, optimismo, excitación, aburrimiento, nostalgia, tristeza, concentración, miedo, timidez, resentimiento, inseguridad, etc.

La comunicación y la relación entre las IA– que el escultor ha llamado Eva y Adán, respectivamente, como un giño a la Creación– se basa únicamente en sus expresiones. Solo pueden verse a través de una cámara, y es la única información que reciben del otro.

La especie de los Lovers, asevera Garrido, contiene un gen con una lista de variables vitales – características, procesos internos y emociones– que determinan sus reacciones.

Las esculturas sensibles tiene un límite de vida de 10 horas, que equivalen a 100 años humano. Cada que cumplen este ciclo, el gen se actualiza con información nueva que incluye sesgo de inseguridad, propósito y tendencias de comportamiento.

El escultor explica que la configuración de este proceso cíclico incluye un algoritmo de aprendizaje automático para reconocer emociones, una máquina de estados para procesar esas emociones con sus sesgos, propósitos y tendencias inherentes y un proceso Yin-Yang que mantiene el equilibrio emocional.

En la parte posterior de las esculturas, el público puede monitorear, a través de dos pantallas, la vida, los sentimientos, la conciencia y lo que interpreta cada ser artificial del otro; sin embargo, las IA nunca sabrán realmente lo que el otro piensa o siente, al igual que para en las relaciones entre humanos.

Foto: Hugo Arciniega / Diario de Querétaro

Escultura en tiempos de la IA

Con Lovers, Rodrigo Garrido participó en el 14 Festival Internacional de Animación y Arte Digital CutOut Fest. Su pieza fue elegida para inaugurar el encuentro en el Museo de la Ciudad, donde artistas locales y creadores de otras partes del país y el extranjero se reunieron para conocerla.

Foto: Cortesía / Cofradía de la Cinematografía y el Audiovisual

En la presentación, y frente a un público atónito, el artista compartió que desde que se inclinó por la escultura como arte decidió que sus piezas hablarán desde su generación, con la finalidad de explorar y comprender la especie humana y los constructos sociales en tiempos de la IA.

“Cuando me encontré con la escultura hace 18 años, me cuestioné cómo podría hacer yo una escultura, pero de mis tiempos, desde mi generación, desde lo que es el humano en el siglo XXI y desde lo que podríamos platicarles a los humanos del futuro. Así llegué a las esculturas sensibles, aquellas que ya no solo tienen un cuerpo físico, sino que tienen una mente y sentimientos y pueden estar ansiosos, felices o preocupados. Utilizo para ello la herramienta que está definiendo a nuestra generación, que es la IA y que también está dando paso a un nuevo arte”, dijo el autor.

Sobre su pieza Lovers, agregó que las IA están diseñadas para “amarse”, ya que “toda su vida es ver al otro intentando interpretar lo que está sintiendo, y expresar una emoción sobre ello”, detalló.

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Cabe mencionar que el autor “esculpió” los cerebros de los lovers tomando como referencia la probabilidad matemática, el algoritmo Machine Learning y los motores de videojuego que simulan las leyes de la física en las que vivimos.

Hasta este domingo 24 de noviembre, de 12:00 a 20:00 horas, se podrá apreciar la pieza de Rodrigo Garrido en el Museo de la Ciudad; la entrada es libre.