/ jueves 30 de mayo de 2024

Lupita Smythe abre el baúl de las “Memorias de una gaviota”

La obra es autobiográfica y se basa en la vida de la actriz y fundadora de La Gaviota Teatro 


Sus raíces, amores, pérdidas y algunos de los personajes que ha interpretado a lo largo de sus 56 años de trayectoria como actriz, es de lo que trata Memorias de una gaviota, el primer monólogo de Lupita Smythe.

Escrita por la dramaturga Conchi León y dirigida por su hijo, Jorge Smythe, la obra utiliza el teatro de objetos para adentrar al público en el universo interior de la actriz. Se estrenará este jueves 30 de mayo en La Gaviota Teatro, y tendrá una segunda función mañana en este mismo foro que la actriz cofundó junto a Guillermo Smythe.

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Para conocer más sobre esta obra de teatro, DIARIO DE QUERÉTARO fue invitado al espacio teatral unos días antes del estreno. Ahí conversamos con el director y la protagonista de la obra, quien compartió su sentir previo al lanzamiento de esta íntima y poderosa historia teatral.

  • ¿Cómo fue que surgió la idea de crear esta obra?

Lupita: Yo siempre había tenido ganas de contar la vida de mi abuela, que fue una tremenda, al igual que la de mi mamá, que también fue todo un personaje. Cuando se la planteé a la maestra Conchi, yo le decía que sentía que mi vida era mucho más plana y que si la queríamos incorporar tendríamos que inventarle cosas más dramáticas para que fuera digna de contarse, pero la maestra me decía que a la gente le gustaba escuchar historias de vida bonitas y sencillas.

Y es que mi abuela tuvo muchos hijos, pero en particular dos de ellos fueron ‘enemigos’. Uno fue cristero y el otro era federal, ambos se le murieron, no sé si se mataron entre ellos, pero sí fue algo demasiado trágico y doloroso para mi abuela. Luego, su esposo la apostó y la perdió, y la quiso mandar a pagar la deuda con el señor ese. Así que digamos que sí hay mucha tragedia en esas historias.

Ya cuando llega la parte de mi mamá, que ahí estamos ambientados en un pueblo de Guanajuato que se llama Santa Catarina, todo comienza cuando enviuda al estar embarazada de mí. Ante ello, una tía le dice que no se preocupe, que ella se encargará de todo, pero a la mera hora le sale con que le debe tanto dinero, y como no tenía nada para pagar su deuda, le empieza a decir que la casa y los terrenos es una forma de pago, y el resto será saldado si mi mamá trabaja como sirvienta para ella.

Y entonces, mi mamá dijo que no. Esa misma noche que le expusieron sus “deudas”, ella coge a sus tres chiquillos, a su panza, y se viene a Querétaro. Y yo creo que ya al llegar acá fue que se dio cuenta que no conocía absolutamente a nadie ni nada de la ciudad. Pero nunca nos hizo falta nada, inclusive yo llegué a pensar que éramos ricas porque siempre me traía arregladita. Fue toda una persona maravillosa mi mamá, que trabajó muy duro para mantenernos, y todavía cuando yo me casé y tuve mi propia familia, me apoyó para seguir haciendo teatro.

Foto: Miguel Cruz / Diario de Querétaro

  • ¿Cuándo se comenzó a escribir el libreto?

Jorge: Esta obra nace de una beca PECDA que mi mamá se ganó, y de hecho el período para llevarla a cabo fue muy cortito. Como tal, la propuesta nació hace un año, me acuerdo que estábamos en Costa Rica por un viaje personal y vi la convocatoria y, como yo soy el que redacta los proyectos, pues le dije “mira mamá, ¿cómo ves? vamos a hacer una obra sobre tu vida, sobre tus memorias, ¡vamos, vamos pronto!”.

Lupita: Estábamos en un retiro espiritual en Costa Rica, así que te imaginarás que yo anduve desconectada unas horas de todo y al volver ya traía todo el proyecto planeado y solo tenía que grabar un video explicándolo –comenta entre risas–.

Jorge: Sí, creo que fue el primer PECDA en el que pidieron un video, así que fue algo totalmente nuevo. Al final, cuando nos enteramos que fuimos seleccionados, fue que me puse en contacto con la maestra Conchi para comentarle sobre mi propuesta y a la primera accedió. Mi mamá tuvo una primera entrevista con Conchi y se llevaron tan bien que el trabajo comenzó a fluir de forma inmediata. Luego nos mandó los primeros libretos y así fue como nació esta obra.

  • ¿De dónde sale el título?

Lupita: Bueno, primeramente les digo que cuando nosotros decimos ‘La Gaviota’ no nos estamos refiriendo a la presidencial–bromea–. Nosotros usamos ese apodo desde antes, desde cuando yo comencé a trabajar con un pequeño grupo de niños en 1994, en ese entonces no teníamos un nombre, y surgió llamarnos La Gaviota por Antón Chéjov, así que en parte de ahí se quedó. Pero también porque de alguna manera me siento como esa gaviota, porque todos esos niños crecieron y la gran mayoría se dedica al teatro, lo que para mí es todo un orgullo. Me siento como la mamá teatral de esos pollitos.

¿Y por qué memorias? Bueno, porque quería escribir, bueno quiero algún día, escribir un libro, pero como ahorita no me sentía capaz de escribir el texto para la puesta en escena, pues se lo pedimos a la maestra Conchi, y de verdad nos hizo un trabajo muy bonito.

Jorge: Habíamos planteado varios títulos para la obra, pero la utilización del término ‘memorias’ nos pareció mucho más adecuado. Inclusive por el concepto que maneja la maestra Conchis de biodrama, que sería lo que en el cine se conoce como autobiográfico, y es que la historia pues no solo es de mi mamá hablando sobre su vida, sino que hay una construcción de varios personajes interpretados por ella, desde mi abuela hasta mi bisabuela. Hay una riqueza en la ficción que lo hace sumamente interesante.

  • ¿Cuáles son las obras que se interpolarán en la historia?

Jorge: El primer fragmento se llama La rebelión del barro de Horacio Ruiz de la Fuente, que es una obra que montó entre las décadas de los 60 y 70. Después La Poquianchis, sobre la trata de mujeres, luego nos iremos a la farsa con Olímpica, que como tal la obra es tragicomedia pero el tono que le da mi madre tiende más hacia la farsa. Y cerramos con realismo, que es con la obra de Instrucciones para abrazar el aire.

Lupita: Esa última obra es una que estábamos preparando para presentarla antes de que Guillermo, mi esposo, falleciera. Lamentablemente, él se fue antes de tiempo, así que nunca la trajimos a escena, y pues ahora me toca presentarla sola sobre el escenario –comenta con una sonrisa nostálgica-

  • Finalmente, ¿cómo ha sido la experiencia de trabajar juntos en esta puesta en escena?

Lupita: Todo un reto. Siendo sincera me encuentro muy muy nerviosa. Es mi primer monólogo y también es la primera vez que le ‘doy vida’ a los objetos, si bien lo he trabajado un poquito con títeres, es muy muy diferente y no es tan fácil como pudiera parecer. Para la edad que tengo, aprenderme todo el texto y manejar los objetos ha sido toda una aventura que se ha disfrutado, pero afortunadamente tengo un director que, aunque lo conozco y sé que es muy especial, ahorita se está portando de maravilla y ha sido muy paciente.

Jorge: Bueno, es que imagínate que mi actriz me falle y no tengo quien la reemplace -dice entre risas-. Ya fuera de todo, para mí ha sido todo muy bonito porque de alguna manera me ha permitido ver cerrar un ciclo. O sea, mi mamá me dirigió a mí por muchos años, y como niño en el teatro aprendí muchísimo de ella, así que al intercambiarse los papeles siento que el proceso de aprendizaje nunca para. Hemos tenido ensayos de casi tres horas que son pesadisimos, pero mi mamá no se baja del proyecto, siempre sigue con buen tono y alegre. Tiene una energía admirable, y ha sido todo un privilegio dirigirla en escena.

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Además, también estamos compartiendo mucho tiempo juntos, lo que me recuerda la forma en que compartimos tiempo cuando yo era pequeño, porque por las mañanas estaba en la primaria y al salir comíamos rápido para movernos a las clases de teatro, y ese era nuestro espacio de convivencia y así fue mi vida desde los 6 hasta los 12 años. Así que tener esta dinámica de vuelta, y muy similar, ha sido muy muy bello.

Este proyecto se encuentra beneficiado por el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) 2023 y tendrá funciones el 30 y 31 de mayo a las 20:30 horas. De momento, solo la función del viernes tiene boletos a la venta en 150 pesos, sin cargos por servicio. Se pueden adquirir a través de su boletera oficial: https://lagaviotateatro.boleteatro.com/, o directamente en taquilla. La obra contará con una temporada programada para todos los jueves de junio a las 20:30 horas.


Sus raíces, amores, pérdidas y algunos de los personajes que ha interpretado a lo largo de sus 56 años de trayectoria como actriz, es de lo que trata Memorias de una gaviota, el primer monólogo de Lupita Smythe.

Escrita por la dramaturga Conchi León y dirigida por su hijo, Jorge Smythe, la obra utiliza el teatro de objetos para adentrar al público en el universo interior de la actriz. Se estrenará este jueves 30 de mayo en La Gaviota Teatro, y tendrá una segunda función mañana en este mismo foro que la actriz cofundó junto a Guillermo Smythe.

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Para conocer más sobre esta obra de teatro, DIARIO DE QUERÉTARO fue invitado al espacio teatral unos días antes del estreno. Ahí conversamos con el director y la protagonista de la obra, quien compartió su sentir previo al lanzamiento de esta íntima y poderosa historia teatral.

  • ¿Cómo fue que surgió la idea de crear esta obra?

Lupita: Yo siempre había tenido ganas de contar la vida de mi abuela, que fue una tremenda, al igual que la de mi mamá, que también fue todo un personaje. Cuando se la planteé a la maestra Conchi, yo le decía que sentía que mi vida era mucho más plana y que si la queríamos incorporar tendríamos que inventarle cosas más dramáticas para que fuera digna de contarse, pero la maestra me decía que a la gente le gustaba escuchar historias de vida bonitas y sencillas.

Y es que mi abuela tuvo muchos hijos, pero en particular dos de ellos fueron ‘enemigos’. Uno fue cristero y el otro era federal, ambos se le murieron, no sé si se mataron entre ellos, pero sí fue algo demasiado trágico y doloroso para mi abuela. Luego, su esposo la apostó y la perdió, y la quiso mandar a pagar la deuda con el señor ese. Así que digamos que sí hay mucha tragedia en esas historias.

Ya cuando llega la parte de mi mamá, que ahí estamos ambientados en un pueblo de Guanajuato que se llama Santa Catarina, todo comienza cuando enviuda al estar embarazada de mí. Ante ello, una tía le dice que no se preocupe, que ella se encargará de todo, pero a la mera hora le sale con que le debe tanto dinero, y como no tenía nada para pagar su deuda, le empieza a decir que la casa y los terrenos es una forma de pago, y el resto será saldado si mi mamá trabaja como sirvienta para ella.

Y entonces, mi mamá dijo que no. Esa misma noche que le expusieron sus “deudas”, ella coge a sus tres chiquillos, a su panza, y se viene a Querétaro. Y yo creo que ya al llegar acá fue que se dio cuenta que no conocía absolutamente a nadie ni nada de la ciudad. Pero nunca nos hizo falta nada, inclusive yo llegué a pensar que éramos ricas porque siempre me traía arregladita. Fue toda una persona maravillosa mi mamá, que trabajó muy duro para mantenernos, y todavía cuando yo me casé y tuve mi propia familia, me apoyó para seguir haciendo teatro.

Foto: Miguel Cruz / Diario de Querétaro

  • ¿Cuándo se comenzó a escribir el libreto?

Jorge: Esta obra nace de una beca PECDA que mi mamá se ganó, y de hecho el período para llevarla a cabo fue muy cortito. Como tal, la propuesta nació hace un año, me acuerdo que estábamos en Costa Rica por un viaje personal y vi la convocatoria y, como yo soy el que redacta los proyectos, pues le dije “mira mamá, ¿cómo ves? vamos a hacer una obra sobre tu vida, sobre tus memorias, ¡vamos, vamos pronto!”.

Lupita: Estábamos en un retiro espiritual en Costa Rica, así que te imaginarás que yo anduve desconectada unas horas de todo y al volver ya traía todo el proyecto planeado y solo tenía que grabar un video explicándolo –comenta entre risas–.

Jorge: Sí, creo que fue el primer PECDA en el que pidieron un video, así que fue algo totalmente nuevo. Al final, cuando nos enteramos que fuimos seleccionados, fue que me puse en contacto con la maestra Conchi para comentarle sobre mi propuesta y a la primera accedió. Mi mamá tuvo una primera entrevista con Conchi y se llevaron tan bien que el trabajo comenzó a fluir de forma inmediata. Luego nos mandó los primeros libretos y así fue como nació esta obra.

  • ¿De dónde sale el título?

Lupita: Bueno, primeramente les digo que cuando nosotros decimos ‘La Gaviota’ no nos estamos refiriendo a la presidencial–bromea–. Nosotros usamos ese apodo desde antes, desde cuando yo comencé a trabajar con un pequeño grupo de niños en 1994, en ese entonces no teníamos un nombre, y surgió llamarnos La Gaviota por Antón Chéjov, así que en parte de ahí se quedó. Pero también porque de alguna manera me siento como esa gaviota, porque todos esos niños crecieron y la gran mayoría se dedica al teatro, lo que para mí es todo un orgullo. Me siento como la mamá teatral de esos pollitos.

¿Y por qué memorias? Bueno, porque quería escribir, bueno quiero algún día, escribir un libro, pero como ahorita no me sentía capaz de escribir el texto para la puesta en escena, pues se lo pedimos a la maestra Conchi, y de verdad nos hizo un trabajo muy bonito.

Jorge: Habíamos planteado varios títulos para la obra, pero la utilización del término ‘memorias’ nos pareció mucho más adecuado. Inclusive por el concepto que maneja la maestra Conchis de biodrama, que sería lo que en el cine se conoce como autobiográfico, y es que la historia pues no solo es de mi mamá hablando sobre su vida, sino que hay una construcción de varios personajes interpretados por ella, desde mi abuela hasta mi bisabuela. Hay una riqueza en la ficción que lo hace sumamente interesante.

  • ¿Cuáles son las obras que se interpolarán en la historia?

Jorge: El primer fragmento se llama La rebelión del barro de Horacio Ruiz de la Fuente, que es una obra que montó entre las décadas de los 60 y 70. Después La Poquianchis, sobre la trata de mujeres, luego nos iremos a la farsa con Olímpica, que como tal la obra es tragicomedia pero el tono que le da mi madre tiende más hacia la farsa. Y cerramos con realismo, que es con la obra de Instrucciones para abrazar el aire.

Lupita: Esa última obra es una que estábamos preparando para presentarla antes de que Guillermo, mi esposo, falleciera. Lamentablemente, él se fue antes de tiempo, así que nunca la trajimos a escena, y pues ahora me toca presentarla sola sobre el escenario –comenta con una sonrisa nostálgica-

  • Finalmente, ¿cómo ha sido la experiencia de trabajar juntos en esta puesta en escena?

Lupita: Todo un reto. Siendo sincera me encuentro muy muy nerviosa. Es mi primer monólogo y también es la primera vez que le ‘doy vida’ a los objetos, si bien lo he trabajado un poquito con títeres, es muy muy diferente y no es tan fácil como pudiera parecer. Para la edad que tengo, aprenderme todo el texto y manejar los objetos ha sido toda una aventura que se ha disfrutado, pero afortunadamente tengo un director que, aunque lo conozco y sé que es muy especial, ahorita se está portando de maravilla y ha sido muy paciente.

Jorge: Bueno, es que imagínate que mi actriz me falle y no tengo quien la reemplace -dice entre risas-. Ya fuera de todo, para mí ha sido todo muy bonito porque de alguna manera me ha permitido ver cerrar un ciclo. O sea, mi mamá me dirigió a mí por muchos años, y como niño en el teatro aprendí muchísimo de ella, así que al intercambiarse los papeles siento que el proceso de aprendizaje nunca para. Hemos tenido ensayos de casi tres horas que son pesadisimos, pero mi mamá no se baja del proyecto, siempre sigue con buen tono y alegre. Tiene una energía admirable, y ha sido todo un privilegio dirigirla en escena.

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Además, también estamos compartiendo mucho tiempo juntos, lo que me recuerda la forma en que compartimos tiempo cuando yo era pequeño, porque por las mañanas estaba en la primaria y al salir comíamos rápido para movernos a las clases de teatro, y ese era nuestro espacio de convivencia y así fue mi vida desde los 6 hasta los 12 años. Así que tener esta dinámica de vuelta, y muy similar, ha sido muy muy bello.

Este proyecto se encuentra beneficiado por el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) 2023 y tendrá funciones el 30 y 31 de mayo a las 20:30 horas. De momento, solo la función del viernes tiene boletos a la venta en 150 pesos, sin cargos por servicio. Se pueden adquirir a través de su boletera oficial: https://lagaviotateatro.boleteatro.com/, o directamente en taquilla. La obra contará con una temporada programada para todos los jueves de junio a las 20:30 horas.

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