La noche se sentía fresca, desde antes de las 20:00 horas los alrededores de La Arena CDMX se comenzaban a rodear de personas, la mayoría lucían atuendos propios del movimiento gótico, aunque no era una estricta regla de etiqueta. A este evento también acudieron fans desde todas partes de país, Vans y Camiones se encontraban en las calles aledañas al recinto, y no era para menos, Therion, banda sueca con más de 30 años de trayectoria, estaba por dar unos de los shows más esperados de su carrera.
Desde el anuncio oficial del concierto en septiembre del 2023, se alzaron las expectativas, ya que si bien, esta agrupación ha tenido innumerables presentaciones en tierras mexicanas, hacía más de 15 años que no se presentaba en compañía de una orquesta y ensamble coral; combinación que muchos fans del género aseguran es la ideal, lo cual significó la presencia de más de 100 músicos en escena, además, y dos horas con las mejores canciones de la banca sueca formada desde 1988.
Los músicos de la Orquesta Sincrophonia fueron los primeros en ocupar sus lugares, seguidos del ensamble coral Cuícatl, y así, ante más de 11 mil asistentes –según las cifras dadas en las redes sociales de la banda–, inició el concierto con The Blood of Kingu y un despliegue de energía intenso que se mantuvo por todo el set conformado por 20 canciones extraídas de sus 19 discos de estudio.
Therion tiene una larga relación con su publico mexicano, desde 1993 que dio su primer concierto en el país, se ha presentado de manera consecutiva y por varias ciudades, Querétaro incluido; por este y otros motivos, el concierto fue elegido para la grabación oficial de la gira, por lo que más de 10 cámaras –muchas de ellas drones–, estuvieron sobrevolando el escenario.
Lamentablemente la dirección de las cámaras destinadas a las pantallas de la Arena no fue muy acertada, sobre todo en la primera mitad del concierto donde se perdieron varios solos de guitarra, se dejó completamente de lado las participaciones del coro y la orquesta, aún cuando las cantantes principales lograron alinearse con los músicos. Otro detalle a remarcar fue el audio que en momentos se viciaba y en otros se deslucía la participación de la orquesta.
Sin embargo, fue un evento épico, en el que la interpretción de Mon Amour Mon Ami no pudo faltar, con una emotiva confrontación entre las sopranos Lori Lewis y Rosalia Sairem y Thomas Vikström arrodillado a la mitad: un cuadro para la posteridad.
Antes del intermedio sonó Vía Nocturna, canción que resaltó por sus arreglos orquestales, mismo caso con la ultima canción de la primera mitad Draconia Trilogy, la cual estuvo acompañada de llamaradas de fuego desde el escenario, percusiones, coro, violín, una maravilla del género sin lugar a dudas.
Si bien el metal sinfónico puede parecer estridente, también tiene una gran carga sentimental, la cual se dejó sentir con especial presencia en Siren of the Woods y Lemuria, pertenecientes a la segunda parte del show, en donde las luces de los celulares de los asistentes enmarcaron el bello momento que enchinó a todos la piel.
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En una apreciación personal, las luces no jugaron el mejor papel en complementar la ambientación; en algunos momentos se sentían desincronizadas con la acción en el escenario y otras veces saturaban la escena llegando a destellos similares a un flash de cámara; sin embargo, uno de sus mejores momentos fue cuando se pintó el escenario con los colores patrios para acompañar la canción Quetzalcoatl, y los violinistas se pararon de sus asientos a la par que la banda hacia una reverencia.Antes del cierre, se hizo silencio absoluto: los violines comenzaron a sonar in crescendo para después ser acompañados por el magnifico solo de Christofer Johnsson, fundador y líder de la banda, y así iniciar con The Rise of Sodom, uno de los momentos más épicos de todo el show. Como preludio a su ultima canción , Christofer compartió: “En los 80’s yo estaba desolado, estaba en quiebra y a nadie le gustaba mi música… entonces empecé a tocar mi guitarra, dando los acordes que después serían Mega Therion”.
El líder aprovechó la ocasión para hablar de sus dos presentaciones favoritas en toda la historia de la banda; la primera fue en Moscú en 2018, ya que el concierto se transmitió en vivo para la Estación Espacial Internacionalm como parte de la conmemoración del día Internacional del Espacio, y “el segundo es sin duda este momento, rodeado de grandes maestros con miles de personas asistentes”.