/ martes 27 de septiembre de 2022

Tras dos años de pandemia, pueblo de Tolimán se une para el tradicional levantamiento de Chimal

Miles de personas se reunieron ayer para agradecer a San Miguel Árcangel la buena cosecha, fiesta pastronal con la que también celebran su cultura y su sentido de comunidad

Con la fuerza de la fe, cerca de 300 hombres hicieron el tradicional levantamiento de Chimal, la ofrenda más grande dedicada a San Miguel Arcángel y con la que el pueblo de Tolimán agradece la buena cosecha y pide a su santo patrono una buena temporada de lluvias.

La estructura de más de 20 metros de altura y de casi una tonelada, fue construida con carrizo y xotol, además de ser adornada con flores y productos de la región como guayaba, chirimoya, cacahuate, tortillas y pan de pulque.

“La ofrenda es un agradecimiento y una petición a Dios nuestro señor de que nos mande la lluvia, que nos mande el agua para nuestras tierras que cultivamos aquí”, refirió Carlos Santiago, uno de los Cargueros de San Miguel Tolimán –como se le llama a los encargados de mantener viva la tradición de la Fiesta patronal a San Miguel Arcángel–.

Coincidentemente, este 27 de septiembre llovió sobre el pueblo de San Miguel Tolimán, lo que no impidió que continuara el ritual y la celebración en esta fiesta en la que se fusionan elementos indígenas y de la religión católica.

“Como parte del proceso de evangelización adoptamos y nos adaptamos a las nuevas circunstancias para conservar muy buena parte de nuestras tradiciones. El levantamiento de Chimal, el sistema de cargos que tenemos, la organización comunitaria es parte de esa tradición indígena. ¿Por qué en septiembre se hace el levantamiento de chimal? Porque en la tradición indígena es el fin de las lluvias y el fin de las cosechas principales, por eso el adorno del chimal se hace con pura ofrenda natural de la región, con frutos que la tierra produces. Intencionada o coincidentemente, se fueron fusionando fechas, tradiciones, rituales con la nueva tradición católica que ahorita también respetamos y estamos acorde con ello”, agregó el carguero.

La Fiesta de San Miguel Arcángel es considerada la fiesta popular con mayor extensión en el país, ya que los rituales y preparativos comienzan desde el 30 de junio y culminan hasta el 1 de octubre, cuando se vuelve a renovar su organización.

Después de dos años de pandemia, hoy se volvió a realizar en el pueblo de San Miguel Tolimán, con la asistencia de miles de personas de todo el municipio y lugares aledaños.

482 años de adoración

De acuerdo con la historial oral, San Miguel Arcángel o “Sanmiguelito” como lo conoce la población, se apareció en el cerro de El Cantón en 1540, y desde entonces los Cargueros se encargan de resguardar el hallazgo, una escultura del arcángel que acompaña toda la fiesta.

“Viva el arcángel San Miguel, viva también su bandera, vivan sus generales que marcharon a la guerra”, canta la población mientras el chimal es sahumado horas antes de su levantamiento.

El adorno y la bendición del Chimal con “agua”– como le dicen los tolimenses al aguardiente, vino, tequila, pulque y otras bebidas embriagantes– corre a cargo de los hombres, mientras que las mujeres aguardan el momento para invitar a todos los asistentes, sin importar si son de Tolimán o no, un “taquito” tras el levantamiento de Chimal.

Las cuadrillas de danzantes también ofrendan su baile a Sanmiguelito, por lo que al ritmo del tambor, los niños vestidos como Moctezuma, Hernán Cortés, La Malinche y los soldados, reviven el enfrentamiento entre indígenas y españoles.

Con la fuerza de la fe, cerca de 300 hombres hicieron el tradicional levantamiento de Chimal, la ofrenda más grande dedicada a San Miguel Arcángel y con la que el pueblo de Tolimán agradece la buena cosecha y pide a su santo patrono una buena temporada de lluvias.

La estructura de más de 20 metros de altura y de casi una tonelada, fue construida con carrizo y xotol, además de ser adornada con flores y productos de la región como guayaba, chirimoya, cacahuate, tortillas y pan de pulque.

“La ofrenda es un agradecimiento y una petición a Dios nuestro señor de que nos mande la lluvia, que nos mande el agua para nuestras tierras que cultivamos aquí”, refirió Carlos Santiago, uno de los Cargueros de San Miguel Tolimán –como se le llama a los encargados de mantener viva la tradición de la Fiesta patronal a San Miguel Arcángel–.

Coincidentemente, este 27 de septiembre llovió sobre el pueblo de San Miguel Tolimán, lo que no impidió que continuara el ritual y la celebración en esta fiesta en la que se fusionan elementos indígenas y de la religión católica.

“Como parte del proceso de evangelización adoptamos y nos adaptamos a las nuevas circunstancias para conservar muy buena parte de nuestras tradiciones. El levantamiento de Chimal, el sistema de cargos que tenemos, la organización comunitaria es parte de esa tradición indígena. ¿Por qué en septiembre se hace el levantamiento de chimal? Porque en la tradición indígena es el fin de las lluvias y el fin de las cosechas principales, por eso el adorno del chimal se hace con pura ofrenda natural de la región, con frutos que la tierra produces. Intencionada o coincidentemente, se fueron fusionando fechas, tradiciones, rituales con la nueva tradición católica que ahorita también respetamos y estamos acorde con ello”, agregó el carguero.

La Fiesta de San Miguel Arcángel es considerada la fiesta popular con mayor extensión en el país, ya que los rituales y preparativos comienzan desde el 30 de junio y culminan hasta el 1 de octubre, cuando se vuelve a renovar su organización.

Después de dos años de pandemia, hoy se volvió a realizar en el pueblo de San Miguel Tolimán, con la asistencia de miles de personas de todo el municipio y lugares aledaños.

482 años de adoración

De acuerdo con la historial oral, San Miguel Arcángel o “Sanmiguelito” como lo conoce la población, se apareció en el cerro de El Cantón en 1540, y desde entonces los Cargueros se encargan de resguardar el hallazgo, una escultura del arcángel que acompaña toda la fiesta.

“Viva el arcángel San Miguel, viva también su bandera, vivan sus generales que marcharon a la guerra”, canta la población mientras el chimal es sahumado horas antes de su levantamiento.

El adorno y la bendición del Chimal con “agua”– como le dicen los tolimenses al aguardiente, vino, tequila, pulque y otras bebidas embriagantes– corre a cargo de los hombres, mientras que las mujeres aguardan el momento para invitar a todos los asistentes, sin importar si son de Tolimán o no, un “taquito” tras el levantamiento de Chimal.

Las cuadrillas de danzantes también ofrendan su baile a Sanmiguelito, por lo que al ritmo del tambor, los niños vestidos como Moctezuma, Hernán Cortés, La Malinche y los soldados, reviven el enfrentamiento entre indígenas y españoles.

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