En el insondable azul del cielo
donde pierde el mar su dimensión
pinté en el horizonte un arcoiris
perecido a una aurora boreal.
Busqué tu rostro en una estrella
y nada más la soledad quedó
como una suave melodía
entonces tu voz apareció.
Yo habito tras de las montañas
y me levanto cuando sale el sol
mi nombre viene del espíritu
alumbro pues de Sirio soy.
Te quiero y soy también tu nombre
juntos perfumamos la flor
en el desierto somos cactus
y los colores son nuestra expresión.
Ven dame un beso y caminemos
dame tu mano siempre así
que iluminen tu ojos el sendero
que lata ardiente nuestro corazón.
Tu aliento y mi aliento viento son
la guerra no perdona vidas
pero resucitemos al amor
insisto, resucitemos al amor.