Para Elvira Sastre, la poesía se ha desempolvado y ha salido de los cajones, fungiendo como catalizador de las emociones más profundas, al grado que algunas de las frases de sus libros se tomaron como terapia de un grupo de mujeres que sufrieron maltrato, contó en su reciente visita a Querétaro.
Una lectura poética con su compatriota Andrea Balbuena en el Jardín Guerrero de esta ciudad, es la participación que Sastre tuvo en el Hay Festival. La poeta nació en 1992 y a los 15 años dio a conocer su blog “Relocos y Recuerdos”. Ha publicado poemarios como “Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo” (2013) y “Ya nadie baila” (2005), entre otros que combina con la ilustración.
Ante la prensa habló sobre distintos aspectos de su creación literaria y manifestó que su propia escritura poética ha representado un medio de expresión ideal. “Creo que al final, el poeta mira la realidad de otra manera, no se queda con lo sucio de las cosas y busca el detalle, el por qué; al final yo escribo de lo que me incomoda, ya sea desde la tristeza, desde la rabia, de la frustración. Si hay algo que me molesta, siento un dolor físico que se me mete en el cuerpo y que tengo que sacar con las palabras”.
La autora hispana también se refirió a la revolución literaria que considera, ha surgido en su natal España. “Cuando estaba en el instituto, nadie leía y mucho menos escribía; ahora te encuentras en librerías a jóvenes comprando poesía, de pronto hay un movimiento maravilloso, creo que también lo ha propiciado todo el tema de Internet, de una manera que antes parecía imposible que pudieras publicar un libro y seguramente ese estaría en las estanterías más bajas y eso ha cambiado, porque ahora te encuentras los libros poéticos en las mejores librerías”.
Sin embargo, la ganadora del premio Biblioteca Breve de Seix Barral 2019, por su primera novela “Días sin ti” aseguro que pese a estas victorias, aún falta camino por conquistar: “La situación ha mejorado muchísimo, creo que aún queda mucho que hacer y actos que llevar a cabo, se necesita también mucho apoyo de las instituciones, pero al final de cuentas la poesía ha salido de los cajones y los estantes, estaba ahí dormida”.
Al ser cuestionada sobre cómo utilizar la poesía como escudo frente a la violencia de género, habló desde la experiencia tenida con sus propias creaciones. “La verdad es que es increíble, nos llegan historias de todo tipo de unas personas, por ejemplo, de un sicólogo, creo que era mexicano, que utilizaba las frases de mi libro para terapia de un grupo de mujeres maltratadas y cuando llegaron al día doce. estaban en un momento de superarlo todo.
“Son cosas que me quedan un poco grandes porque, por suerte, no he pasado por nada de eso. Al final de cuentas uno habla de emociones, que a través de la escritura llevo a mi mundo y al final cada quién lo interpreta. Tengo la fortuna y la suerte de estar en un género (la poesía) que llega a muchísima gente sin pretenderlo”, concluyó.