/ miércoles 12 de julio de 2023

“Una gran orquesta es el rostro de una ciudad”: Jesús Almanza

Jesús Almanza Castillo debutó de manera profesional en 1996 con la Orquesta Filarmónica de Querétaro, de la cual fue pianista titular durante 10 años y después director asistente

Jesús Almanza Castillo es un hombre alto y de gran presencia como los hombres de su tierra, Tamaulipas; tiene una mirada penetrante y voz profunda que rápidamente contrasta con una sonrisa afable. Muchos lo conocen por su labor en la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (OFEQ), donde debutó como director hace 25 años; pero también por ser el creador de la Orquesta Sinfónica Juvenil Silvestre Revueltas del Conservatorio de Música y Artes de Celaya –una de las más importantes en el centro del país–, y por estar al frente de la Camerata Santiago de Querétaro desde hace más de una década.

Nació en el seno de una familia de artistas, donde el piano era tan cotidiano como lo es la televisión en otras familias; así que no fue extraño que a los 13 años, con una confianza y convicción atípica en un niño de esa edad, decidiera hacer sus maletas e inscribirse en una escuela de música sacra en León, Guanajuato, porque en su ciudad no existía un espacio donde pudiera continuar con su formación.

“Desde muy joven salí de allá porque no había una oferta cultural, no había una escuela de música (…) Así que me fui a un internado, pero de música, dirigido por el padre Silvino Robles Gutiérrez. Era la escuela de música sacra del obispado de León”, compartió en entrevista.

Tras terminar sus estudios, el joven músico se trasladó a la ciudad de México para continuar con su formación en el Conservatorio Nacional de Música, y posteriormente en la Ollin Yoliztli; pero fue hasta conseguir un trabajo como profesor de música en la Universidad Autónoma de Querétaro, que empezó a trazar su camino en la dirección.

Realizó un diplomado en dirección orquestal en esta universidad, impartido por Sergio Cárdenas, que en aquella época era el director titular de OFEQ. Como parte del cierre del curso, fue que debutó en concierto con la camerata de esta orquesta, en el templo de San Antonio, donde mostró la destreza que hasta hoy lo caracteriza.

“Tenía unos 35 años , dirigí unas danzas alemanas de Schubert, aún lo recuerdo. Ahí inició mi carrera como director orquestal”, recordó.

A propósito del Día Internacional del Director de Orquesta, hablamos con Jesús Almanza sobre esta labor; en la que explica al público cuál el origen de la figura del director y su función dentro de las orquestas, además de reflexionar sobre la situación actual de este sector en el país y en el estado.

  • ¿Qué es un director de orquesta?

Es un músico que tiene un instrumento vivo que se compone por cerca de 80 músicos, por lo que es un instrumento muy complejo y muy costoso. Uno de los grandes retos de un director es unificar los criterios de todos para llegar a un concierto y ofrecer excelencia.

En la historia de la música, ¿en qué momento aparece la figura del director?

La figura del director se hace necesaria con la aparición de obras complejas como las sinfonías de Beethoven; entre las primeras figuras de la dirección están Franz Liszt, Hans von Bülow, Wagner, Felix Mendelssohn... ellos se dedicaron a ejecutar aquellas sinfonías que eran realmente muy nuevas, y que mostraban un lenguaje atrevido, revolucionario y complejo, en pleno siglo XIX.

Hay que decir que desde el barroco ya existía la figura de un concertino, que era el músico principal y líder de las cuerdas, él hacia la figura de un lector (de las piezas). O el compositor, que era quien dirigía desde el chémbalo a los músicos a la hora de que se ejecutaban sus obras, y así digamos que fue surgiendo esta necesidad de dirección, pero fue más apremiante con las sinfonías de Beethoven.

Fotos: Donna Oliveros| Diario de Querétaro


  • ¿En ese proceso, el director hace una labor de interpretación de la obra?

Gustav Mahler tenía una frase que decía que en la partitura está todo, pero falta lo más importante: darle vida, interpretar de alguna manera lo que está ahí escrito para que así sea; sin embargo, hay directores que dicen que la interpretación no existe, y que el director de orquesta debe ser tan hábil para permitir que la música se defina así misma.

  • ¿Y tú qué piensas?

Yo creo que así es, la música se define así misma; el sonido tiene vida propia y tú como director debes de permitir o crear las condiciones para que aquello se desarrolle de manera correcta: una frase que tenga su punto inicial, su pare climática y final; eso también lo vemos en una gran obra, es una especie de arco de tensión (…) De eso vive la música, de la tensión y distensión. Entonces el director debe desarrollar la habilidad para descubrir estos puntos que provocan el ritmo, el sonido y los elementos musicales: la armonía, el contrapunto, etcétera.

  • En el entendido de que la subjetividad del director no participa en la interpretación de la obra, ¿qué hace entonces que una misma pieza suene diferente bajo la batuta de un director u otro?

Son muchos elementos, por ejemplo, la sala; una buena acústica te permite elegir tempos (velocidad en la que se interpreta una pieza musical) de una manera, pero en otras condiciones acústicas los tempos que elegiste no serán los mismos, entonces ya hay ahí una fluctuación.

  • Y bajo las mismas condiciones acústicas, ¿es posible que dos directores hagan sonar a la orquesta igual?

No, no, definitivamente no, porque es un arte que está vivo, que siempre nace y muere. En el momento en que tú haces música estás dando nacimiento a algo y como un arte vivo, ese instante tiene sus propias particularidades. Es un arte que está muy ligado a nuestro mundo emotivo, desde esa perspectiva es tan distinto como los seres humanos lo somos.

  • ¿Y es posible que una orquesta toque sin un director?

Sí, es posible. Los músicos son de verdad gente muy preparada, ¿sabes? Llevan muchos años interpretando las mismas obras, las conocen muy bien, y podrían hacerlo, pero resulta muy complicado. Al final de cuentas de lo que se trata es de unificar criterios y si no hay un liderazgo, empieza a haber muchos problemas… se acaba la armonía, por lo que es una condición necesaria en toda orquesta que exista un liderazgo, aunque dentro de ella hay varios como el concertino y el principal de cada sección.

  • ¿Cuáles son las labores concretas de un director de orquesta?

Primero está el ejercicio musical, un director debe estudiar la música para poder apropiarse de ella al estar frente a una orquesta y compartir su idea de la obra. Esto, por supuesto, requiere de entrenamientos, de tener un buen nivel instrumental. En mi caso, yo soy pianista, entonces me siento al piano para conocer la obra y analizarla.

Un director debe tener conocimientos teóricos, de armonía, de contrapunto, de análisis musical para conocer el estilo y el acorde que está ahí provocando cierta tensión, y saber también por qué se crea esa tensión.

Por otro lado ,el director tiene que crear una serie de temporadas de conciertos con buena calidad y que integre música mexicana, latinoamericana, europea… de distintas épocas; por lo que hacerlo no es cosa simple. Tienes que pensar en todos estos aspectos, y en qué músicos tienes y qué obras se acomodan a ellos.

El director también observa aspectos administrativos y de promoción, además de la gestión de recursos, que es muy importante; en otras latitudes quizás las orquestas tienen a gente que se dedica a ello, pero en nuestro país no, al menos no en todas. Entonces, el director tiene que ver que las condiciones laborales de los músicos sean las más idóneas, ver temas como la compra de instrumentos y de música nueva o tener que generar recursos para el pago de derechos.

Fotos: Donna Oliveros| Diario de Querétaro


  • A propósito de ello, ¿cuáles son las condiciones laborales de los directores de orquesta en el país?

Yo creo que son buenas, sin embargo, son muy variables. Hay orquestas que te ofrecen 10 mil o 15 mil pesos por un concierto. Y hay otras que 40 o 45 mil. Esto es muy variado, hace falta unificar criterios, porque hay algunas ofertas que ya quedaron muy por debajo.

  • ¿Y hay opciones laborales para los nuevos directores que quieran abrirse paso en la escena? ¿hay orquestas suficientes en Querétaro para los aspirantes?

No, no, no, es un campo muy complejo en ese sentido. Querétaro tiene una orquesta profesional que es la Filarmónica del Estado, la Camerata (Santiago de Querétaro) que es una orquesta subsidiada por el gobierno municipal y no más. Querétaro hoy en día no cuenta con una orquesta juvenil competitiva, lo cual es muy triste. Hay grandes esfuerzos para crear orquestas infantiles y hay algunos jóvenes emprendiendo esta labor, pero hay mucho por hacer aún y por supuesto se requieren directores para emprender estos proyectos.

  • Entonces, ¿cómo ves el panorama para esta labor en el país?

Yo creo que la oferta (de orquestas) es muy baja y por lo mismo no hay directores, va de la mano; por otro lado si tu volteas a ver qué instituciones del país te ofrecen una carrera de director, tal vez haya una o dos que lo hagan, es muy triste. Entonces un joven que quiera dedicarse a la dirección primero tendrá que ser un buen instrumentista, un buen músico, y luego irse del país para buscar donde formarse.

Y es que si una institución te ofrece esta carrera, primero que nada tiene que tener un orquesta para que el director tenga un instrumento con el cual trabajar y ensayar, pero no todas las instituciones educativas en el país la tienen, o no de manera estable; por lo que no se puede ofertar.

  • ¿Podríamos hacer un diagnóstico de la sociedad con base en la situación en la que se encuentran sus orquestas?

Sin duda, yo creo que las instituciones culturales son reflejo de una la sociedad. Por ejemplo, la Filarmónica de Berlín es reflejo de una sociedad que se ha sobrepuesto a infinidad de problemas como lo son dos guerras mundiales, ¡imagínate!, y sin embargo, son una de las mejores orquestas y eso tiene que ver con el estatus cultural de la ciudad (…) Es el rostro.

  • Desde tu experiencia como director, ¿qué podría hacerse para mejorar las condiciones de las orquestas en Querétaro?

Si tu tienes una gran orquesta bien pagada con su teatro para hacer ensayos, para preparar buenos conciertos; un teatro con un foso, con su concha acústica, como debe ser, tendrás una gran orquesta y una gran orquesta es el rostro de una ciudad.

  • ¿Crees que contamos con los teatros adecuados para el desarrollo de las orquestas locales o para propiciar el crecimiento orquestal de la ciudad?

Sin duda no. Tenemos espacios maravillosos, sí, como el Teatro de la Ciudad. Fue un gran acierto convertirlo en teatro, siempre estaré feliz de eso, pero si lo veo a fondo, digo, ¡caray! es un teatro que no tiene un foso (…) es un teatro que le falta una concha acústica… Si volteo al Teatro Metropolitano, es un poco lo mismo. Qué pena que la acústica de ese espacio, que es quizá el teatro más importante de nuestra ciudad, sea bastante mala, y donde la orquesta de nuestra ciudad no puede desarrollarse con excelencia porque faltan esos detalles. El Josefa Ortiz de Domínguez tiene un buen foso, un escenario importante, pero acústicamente no es lo mejor porque es un auditorio. No funciona para eso. Así que no hay espacios adecuados. Y creo que una ciudad como la nuestra, pujante, con un gran crecimiento y donde se vive muy bien, lo merece, ¿dónde está quedando la cultura?

  • ¿Es urgente entonces pensar en crear un nuevo espacio para conciertos?

Es necesario replantearse esto y que exista un teatro de verdad donde la danza, que está tan desatendida en nuestro estado, y la música se puedan desarrollar de manera correcta.

También te puede interesar: OFEQ revela finalistas para asumir la dirección de la orquesta

Es impensable que una institución de las más importantes, como lo es la Filarmónica del Estado de Querétaro, no tenga una sede para ensayar de manera correcta y a la hora que sea, en la semana; donde puedan ofrecer a la sociedad queretana conciertos los viernes o domingos y no solo los miércoles porque es el único día que hay espacio en el teatro (Metropolitano). Eso es falta de compromiso, ¿por qué se hace eso con un patrimonio cultural?

  • Actualmente, ¿estás trabajando en un nuevo proyecto como director?

Me encuentro muy contento porque en la Camerata Santiago de Querétaro estamos iniciando una nueva etapa; por fortuna, la secretaria municipal Teresa García Besné nos ha escuchado, y ahora estamos fortaleciendo nuestra agrupación con cinco nuevos instrumentistas (…) Es un gran logro, porque desde 2010 no se había contratado a nadie más, y son músicos de viento- madera que nos posibilitan nuevas combinaciones musicales.

Ya estoy preparando la última temporada del año, que va de septiembre a diciembre, que espero dar a conocer a principios de agosto.

También, con la Orquesta Sinfónica Juvenil Silvestre Revueltas del Conservatorio de Música y Artes de Celaya estamos preparando el concierto para el Cervantino de este año.

En agosto y septiembre estoy invitado como director huésped en Guanajuato, haré conciertos en esa ciudad y en el Teatro del Bicentenario, en León, que es un hermoso teatro en nuestro país y uno de los más grandes. Daré otros conciertos más en San Miguel de Allende… entonces, digamos que nos vamos acercado a la segunda parte del año con mucho trabajo.

  • ¿Con cuantos artistas en total trabajas actualmente, entre músicos y cantantes?

Es mucha gente, mucha. Simplemente, en la orquesta de Celaya, son cerca de 90 jóvenes. Y cuando hago música coral interactúo con cerca de 200; tan solo ahora que hicimos la ópera La Bohème, fueron 250 artistas en escena, entre músicos de orquesta, coro, solistas, etcétera.

Más sobre el director

Jesús Almanza Castillo debutó de manera profesional en 1996 con la Orquesta Filarmónica de Querétaro, de la cual fue pianista titular durante 10 años y después director asistente.

Como director huésped se ha presentado con diversas orquestas entre las que destacan la Orchestra Sinfónica di Pescara en Italia; la Sinfónica del Estado de México; la Sinfónica de Guanajuato; la Sinfónica de San Luis Potosí; la Orquesta Sinfónica de Zacatecas; la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes y la Sinfónica de Pachuca.

Actualmente es director de la Camerata Santiago de Querétaro, el Coro Santiago de Querétaro y la Orquesta Sinfónica Juvenil Silvestre Revueltas que fundó en 2005; con esta agrupación ha participado en el Festival Internacional Cervantino, además de realizar una gira internacional.

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Por más de 25 años fue docente de la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de Querétaro, hasta jubilarse, y estuvo al frente de la OFEQ los últimos tres años tras la salida del último director titular y durante la pandemia de Covid-19.


Jesús Almanza Castillo es un hombre alto y de gran presencia como los hombres de su tierra, Tamaulipas; tiene una mirada penetrante y voz profunda que rápidamente contrasta con una sonrisa afable. Muchos lo conocen por su labor en la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (OFEQ), donde debutó como director hace 25 años; pero también por ser el creador de la Orquesta Sinfónica Juvenil Silvestre Revueltas del Conservatorio de Música y Artes de Celaya –una de las más importantes en el centro del país–, y por estar al frente de la Camerata Santiago de Querétaro desde hace más de una década.

Nació en el seno de una familia de artistas, donde el piano era tan cotidiano como lo es la televisión en otras familias; así que no fue extraño que a los 13 años, con una confianza y convicción atípica en un niño de esa edad, decidiera hacer sus maletas e inscribirse en una escuela de música sacra en León, Guanajuato, porque en su ciudad no existía un espacio donde pudiera continuar con su formación.

“Desde muy joven salí de allá porque no había una oferta cultural, no había una escuela de música (…) Así que me fui a un internado, pero de música, dirigido por el padre Silvino Robles Gutiérrez. Era la escuela de música sacra del obispado de León”, compartió en entrevista.

Tras terminar sus estudios, el joven músico se trasladó a la ciudad de México para continuar con su formación en el Conservatorio Nacional de Música, y posteriormente en la Ollin Yoliztli; pero fue hasta conseguir un trabajo como profesor de música en la Universidad Autónoma de Querétaro, que empezó a trazar su camino en la dirección.

Realizó un diplomado en dirección orquestal en esta universidad, impartido por Sergio Cárdenas, que en aquella época era el director titular de OFEQ. Como parte del cierre del curso, fue que debutó en concierto con la camerata de esta orquesta, en el templo de San Antonio, donde mostró la destreza que hasta hoy lo caracteriza.

“Tenía unos 35 años , dirigí unas danzas alemanas de Schubert, aún lo recuerdo. Ahí inició mi carrera como director orquestal”, recordó.

A propósito del Día Internacional del Director de Orquesta, hablamos con Jesús Almanza sobre esta labor; en la que explica al público cuál el origen de la figura del director y su función dentro de las orquestas, además de reflexionar sobre la situación actual de este sector en el país y en el estado.

  • ¿Qué es un director de orquesta?

Es un músico que tiene un instrumento vivo que se compone por cerca de 80 músicos, por lo que es un instrumento muy complejo y muy costoso. Uno de los grandes retos de un director es unificar los criterios de todos para llegar a un concierto y ofrecer excelencia.

En la historia de la música, ¿en qué momento aparece la figura del director?

La figura del director se hace necesaria con la aparición de obras complejas como las sinfonías de Beethoven; entre las primeras figuras de la dirección están Franz Liszt, Hans von Bülow, Wagner, Felix Mendelssohn... ellos se dedicaron a ejecutar aquellas sinfonías que eran realmente muy nuevas, y que mostraban un lenguaje atrevido, revolucionario y complejo, en pleno siglo XIX.

Hay que decir que desde el barroco ya existía la figura de un concertino, que era el músico principal y líder de las cuerdas, él hacia la figura de un lector (de las piezas). O el compositor, que era quien dirigía desde el chémbalo a los músicos a la hora de que se ejecutaban sus obras, y así digamos que fue surgiendo esta necesidad de dirección, pero fue más apremiante con las sinfonías de Beethoven.

Fotos: Donna Oliveros| Diario de Querétaro


  • ¿En ese proceso, el director hace una labor de interpretación de la obra?

Gustav Mahler tenía una frase que decía que en la partitura está todo, pero falta lo más importante: darle vida, interpretar de alguna manera lo que está ahí escrito para que así sea; sin embargo, hay directores que dicen que la interpretación no existe, y que el director de orquesta debe ser tan hábil para permitir que la música se defina así misma.

  • ¿Y tú qué piensas?

Yo creo que así es, la música se define así misma; el sonido tiene vida propia y tú como director debes de permitir o crear las condiciones para que aquello se desarrolle de manera correcta: una frase que tenga su punto inicial, su pare climática y final; eso también lo vemos en una gran obra, es una especie de arco de tensión (…) De eso vive la música, de la tensión y distensión. Entonces el director debe desarrollar la habilidad para descubrir estos puntos que provocan el ritmo, el sonido y los elementos musicales: la armonía, el contrapunto, etcétera.

  • En el entendido de que la subjetividad del director no participa en la interpretación de la obra, ¿qué hace entonces que una misma pieza suene diferente bajo la batuta de un director u otro?

Son muchos elementos, por ejemplo, la sala; una buena acústica te permite elegir tempos (velocidad en la que se interpreta una pieza musical) de una manera, pero en otras condiciones acústicas los tempos que elegiste no serán los mismos, entonces ya hay ahí una fluctuación.

  • Y bajo las mismas condiciones acústicas, ¿es posible que dos directores hagan sonar a la orquesta igual?

No, no, definitivamente no, porque es un arte que está vivo, que siempre nace y muere. En el momento en que tú haces música estás dando nacimiento a algo y como un arte vivo, ese instante tiene sus propias particularidades. Es un arte que está muy ligado a nuestro mundo emotivo, desde esa perspectiva es tan distinto como los seres humanos lo somos.

  • ¿Y es posible que una orquesta toque sin un director?

Sí, es posible. Los músicos son de verdad gente muy preparada, ¿sabes? Llevan muchos años interpretando las mismas obras, las conocen muy bien, y podrían hacerlo, pero resulta muy complicado. Al final de cuentas de lo que se trata es de unificar criterios y si no hay un liderazgo, empieza a haber muchos problemas… se acaba la armonía, por lo que es una condición necesaria en toda orquesta que exista un liderazgo, aunque dentro de ella hay varios como el concertino y el principal de cada sección.

  • ¿Cuáles son las labores concretas de un director de orquesta?

Primero está el ejercicio musical, un director debe estudiar la música para poder apropiarse de ella al estar frente a una orquesta y compartir su idea de la obra. Esto, por supuesto, requiere de entrenamientos, de tener un buen nivel instrumental. En mi caso, yo soy pianista, entonces me siento al piano para conocer la obra y analizarla.

Un director debe tener conocimientos teóricos, de armonía, de contrapunto, de análisis musical para conocer el estilo y el acorde que está ahí provocando cierta tensión, y saber también por qué se crea esa tensión.

Por otro lado ,el director tiene que crear una serie de temporadas de conciertos con buena calidad y que integre música mexicana, latinoamericana, europea… de distintas épocas; por lo que hacerlo no es cosa simple. Tienes que pensar en todos estos aspectos, y en qué músicos tienes y qué obras se acomodan a ellos.

El director también observa aspectos administrativos y de promoción, además de la gestión de recursos, que es muy importante; en otras latitudes quizás las orquestas tienen a gente que se dedica a ello, pero en nuestro país no, al menos no en todas. Entonces, el director tiene que ver que las condiciones laborales de los músicos sean las más idóneas, ver temas como la compra de instrumentos y de música nueva o tener que generar recursos para el pago de derechos.

Fotos: Donna Oliveros| Diario de Querétaro


  • A propósito de ello, ¿cuáles son las condiciones laborales de los directores de orquesta en el país?

Yo creo que son buenas, sin embargo, son muy variables. Hay orquestas que te ofrecen 10 mil o 15 mil pesos por un concierto. Y hay otras que 40 o 45 mil. Esto es muy variado, hace falta unificar criterios, porque hay algunas ofertas que ya quedaron muy por debajo.

  • ¿Y hay opciones laborales para los nuevos directores que quieran abrirse paso en la escena? ¿hay orquestas suficientes en Querétaro para los aspirantes?

No, no, no, es un campo muy complejo en ese sentido. Querétaro tiene una orquesta profesional que es la Filarmónica del Estado, la Camerata (Santiago de Querétaro) que es una orquesta subsidiada por el gobierno municipal y no más. Querétaro hoy en día no cuenta con una orquesta juvenil competitiva, lo cual es muy triste. Hay grandes esfuerzos para crear orquestas infantiles y hay algunos jóvenes emprendiendo esta labor, pero hay mucho por hacer aún y por supuesto se requieren directores para emprender estos proyectos.

  • Entonces, ¿cómo ves el panorama para esta labor en el país?

Yo creo que la oferta (de orquestas) es muy baja y por lo mismo no hay directores, va de la mano; por otro lado si tu volteas a ver qué instituciones del país te ofrecen una carrera de director, tal vez haya una o dos que lo hagan, es muy triste. Entonces un joven que quiera dedicarse a la dirección primero tendrá que ser un buen instrumentista, un buen músico, y luego irse del país para buscar donde formarse.

Y es que si una institución te ofrece esta carrera, primero que nada tiene que tener un orquesta para que el director tenga un instrumento con el cual trabajar y ensayar, pero no todas las instituciones educativas en el país la tienen, o no de manera estable; por lo que no se puede ofertar.

  • ¿Podríamos hacer un diagnóstico de la sociedad con base en la situación en la que se encuentran sus orquestas?

Sin duda, yo creo que las instituciones culturales son reflejo de una la sociedad. Por ejemplo, la Filarmónica de Berlín es reflejo de una sociedad que se ha sobrepuesto a infinidad de problemas como lo son dos guerras mundiales, ¡imagínate!, y sin embargo, son una de las mejores orquestas y eso tiene que ver con el estatus cultural de la ciudad (…) Es el rostro.

  • Desde tu experiencia como director, ¿qué podría hacerse para mejorar las condiciones de las orquestas en Querétaro?

Si tu tienes una gran orquesta bien pagada con su teatro para hacer ensayos, para preparar buenos conciertos; un teatro con un foso, con su concha acústica, como debe ser, tendrás una gran orquesta y una gran orquesta es el rostro de una ciudad.

  • ¿Crees que contamos con los teatros adecuados para el desarrollo de las orquestas locales o para propiciar el crecimiento orquestal de la ciudad?

Sin duda no. Tenemos espacios maravillosos, sí, como el Teatro de la Ciudad. Fue un gran acierto convertirlo en teatro, siempre estaré feliz de eso, pero si lo veo a fondo, digo, ¡caray! es un teatro que no tiene un foso (…) es un teatro que le falta una concha acústica… Si volteo al Teatro Metropolitano, es un poco lo mismo. Qué pena que la acústica de ese espacio, que es quizá el teatro más importante de nuestra ciudad, sea bastante mala, y donde la orquesta de nuestra ciudad no puede desarrollarse con excelencia porque faltan esos detalles. El Josefa Ortiz de Domínguez tiene un buen foso, un escenario importante, pero acústicamente no es lo mejor porque es un auditorio. No funciona para eso. Así que no hay espacios adecuados. Y creo que una ciudad como la nuestra, pujante, con un gran crecimiento y donde se vive muy bien, lo merece, ¿dónde está quedando la cultura?

  • ¿Es urgente entonces pensar en crear un nuevo espacio para conciertos?

Es necesario replantearse esto y que exista un teatro de verdad donde la danza, que está tan desatendida en nuestro estado, y la música se puedan desarrollar de manera correcta.

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Es impensable que una institución de las más importantes, como lo es la Filarmónica del Estado de Querétaro, no tenga una sede para ensayar de manera correcta y a la hora que sea, en la semana; donde puedan ofrecer a la sociedad queretana conciertos los viernes o domingos y no solo los miércoles porque es el único día que hay espacio en el teatro (Metropolitano). Eso es falta de compromiso, ¿por qué se hace eso con un patrimonio cultural?

  • Actualmente, ¿estás trabajando en un nuevo proyecto como director?

Me encuentro muy contento porque en la Camerata Santiago de Querétaro estamos iniciando una nueva etapa; por fortuna, la secretaria municipal Teresa García Besné nos ha escuchado, y ahora estamos fortaleciendo nuestra agrupación con cinco nuevos instrumentistas (…) Es un gran logro, porque desde 2010 no se había contratado a nadie más, y son músicos de viento- madera que nos posibilitan nuevas combinaciones musicales.

Ya estoy preparando la última temporada del año, que va de septiembre a diciembre, que espero dar a conocer a principios de agosto.

También, con la Orquesta Sinfónica Juvenil Silvestre Revueltas del Conservatorio de Música y Artes de Celaya estamos preparando el concierto para el Cervantino de este año.

En agosto y septiembre estoy invitado como director huésped en Guanajuato, haré conciertos en esa ciudad y en el Teatro del Bicentenario, en León, que es un hermoso teatro en nuestro país y uno de los más grandes. Daré otros conciertos más en San Miguel de Allende… entonces, digamos que nos vamos acercado a la segunda parte del año con mucho trabajo.

  • ¿Con cuantos artistas en total trabajas actualmente, entre músicos y cantantes?

Es mucha gente, mucha. Simplemente, en la orquesta de Celaya, son cerca de 90 jóvenes. Y cuando hago música coral interactúo con cerca de 200; tan solo ahora que hicimos la ópera La Bohème, fueron 250 artistas en escena, entre músicos de orquesta, coro, solistas, etcétera.

Más sobre el director

Jesús Almanza Castillo debutó de manera profesional en 1996 con la Orquesta Filarmónica de Querétaro, de la cual fue pianista titular durante 10 años y después director asistente.

Como director huésped se ha presentado con diversas orquestas entre las que destacan la Orchestra Sinfónica di Pescara en Italia; la Sinfónica del Estado de México; la Sinfónica de Guanajuato; la Sinfónica de San Luis Potosí; la Orquesta Sinfónica de Zacatecas; la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes y la Sinfónica de Pachuca.

Actualmente es director de la Camerata Santiago de Querétaro, el Coro Santiago de Querétaro y la Orquesta Sinfónica Juvenil Silvestre Revueltas que fundó en 2005; con esta agrupación ha participado en el Festival Internacional Cervantino, además de realizar una gira internacional.

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Por más de 25 años fue docente de la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de Querétaro, hasta jubilarse, y estuvo al frente de la OFEQ los últimos tres años tras la salida del último director titular y durante la pandemia de Covid-19.


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