El ciclo de performance drag Vestidas para matar, regresa esta noche al Museo de la Ciudad con una edición especial dedicada al Orgullo Crítico; en la que se rendirá homenaje a Hija de Perra (1980- 2014), un ícono de la contracultura latinoamericana.
De acuerdo con Lechedevirgen Trimegisto, integrante de la agencia organizadora Magia Prieta, este año decidieron recordar a la drag chilena por su activismo y disidencia desde el performance.
“Fue una travesti chilena que se dedicó a la disidencia sexual de una manera muy inteligente y divertida, muy transgresora e irreverente. Tiene canciones como Nalgas con olor a caca o Reggaetón venéreo que pueden espantar a la mayoría de la gente, y ella lo hizo de manera consciente. Y es que regularmente se nos muestra como este monstruo abyecto a nivel social; Hija de Perra decidió apropiarse de ello y trasladarlo a performances muy confrontacionales.
“La gente que logra conectar con su trabajo se da cuenta que hay otro tipo de propuestas y que no todo es este espectáculo y entretenimiento vacío, sino que también se pueden crear cosas críticas a partir del performance y el travestismo. Es una vuelta de tuerca”, explica el también artista del performance.
El line up de Vestidas para matar está conformado este año por las artistas drag Hey Banshee, Vermelha Noir, Libra Apocalipstick y Purus Talibán, quienes en cada acto reinterpretarán el trabajo de Hija de Perra a través de algunos de sus temas más icónicos.
El ciclo de perfomance iniciará a las 20:00 horas, en el Foro Escénico del Museo de la Ciudad de Querétaro (Guerrero 27 N, Col. Centro). La cuota de recuperación sugerida es de 100 pesos.
Orgullo crítico
A 53 años de los disturbios de Stonewall, Lechedevirgen Trimegisto dice: “Yo no siento Orgullo, siento Rabia”; una frase que invita a la crítica del Pride y sus alcances sociales, así como al fenómeno del pink-washing (cuando instituciones y empresas toman la bandera arcoíris y la colocan en todos sus productos con la finalidad de vender).
“Un Orgullo crítico tiene que ver con volver a politizar la idea de la visibilidad (…) el recordar el porqué se hace (la Marcha del Orgullo); no es realmente una fiesta o no debería ser solamente una fiesta; también tendría que haber un ejercicio crítico porque sigue habiendo LGBTfobia y crímenes de odio y un montón de discriminación a pesar de que tenemos un contexto aparentemente muy abierto.
“Todas estas banderas que vemos por ahí parecen decir que ya ha cambiando el mundo; pero, ¿por qué no en lugar de poner una bandera arcoíris afuera de tu negocio, mejor contratas y les das prestaciones a personas trans que históricamente han sido relegadas a la estética o el trabajo sexual? Todas las disidencias sexuales son tratadas bajo esa misma lógica”, lamenta.
Aún con lo anterior, Lechedevirgen Trimegisto celebra toda la visibilidad que la comunidad LGBT ha logrado hasta hoy, pero asevera que aún queda mucho por hacer, incluso al interior de los mismos colectivos.
“ Regularmente las marchas o los encuentros (LGBTQI+) son realizados por hombres cisgénero homosexuales, que lamentablemente a veces no están conscientes de su propia homonormatividad y de que están reproduciendo ciertas problemáticas sistémicas en lo que organizan. Yo no sé, por ejemplo, porqué en este Encuentro de Diversidades no hubo representación de trans o personas no binarias o del mismo colectivo lésbico en la organización; me parece muy importante que se hagan esas interseccionalidades. Tenemos que generar articulaciones más potentes, más críticas, más horizontales… así es como veo el panorama en Querétaro”, puntualiza Lechedevirgen Trimegisto.
Vestidas para matar
Sobre Vestidas para matar, el artista refiere que además de celebrar la diversidad, busca reivindicar lo drag como otra forma artística.
“Mucho tiempo en nuestro país y en Latinoamérica, el travestismo ha estado oculto en los bares, en espacios nocturnos y siempre se ha visto como un entretenimiento de segunda categoría; como que nunca van a poner en la misma cartelera a una travesti que a alguien que salió del Cenadac (Centro Nacional de Danza Contemporánea)”.
Y no porque haya algo malo con los bares, aclara, “sino porque al darles la oportunidad de presentarse en un espacio artístico, con todo lo que implica técnicamente un foro, les posibilita crecer exponencialmente; comienzan a pensar en video, iluminación, escenario y en otras posibilidades que un bar no les brinda, y creo que eso también tiene que ver con dignificar su trabajo”, agrega.
Vestidas para matar también es un espacio de encuentro de las disidencias sexuales y de género, “un bacanal de travestis terroristas, rituales de desobediencia subversiva, comedia ácida, parodias del mundo heteropatriarcal y otras estrategias creativas”, se lee en redes sociales sobre el evento.
¿Qué es el drag?
De acuerdo con Lechedevirgen Trimegisto, el drag o travestismo revela una dimensión lúdica que demuestra que el género es una construcción cultural, flexible, que se puede transformar.
“Lo drag es una parodia de estas reglas sociales que nos han impuesto para vernos de cierta forma. El travestismo nos brinda la posibilidad de romper con esos estereotipos y de crear un propio espacio identitario (…) Yo invito a la gente a que un día se travista un día, aunque sea con un elemento, para que vean por un lado, las reacciones de las demás personas y sientan cómo es vivir con una identidad no normativa, y también que encuentren ese empoderamiento que te da hacerlo. Una vez que lo haces y sientes esa seguridad de que ya no importa nada, no hay vuelta para atrás; siento que todes deberían hacer drag alguna vez”.