“Toma tu abrigo, agarra tu sombrero; deja tus preocupaciones en la puerta, solo dirige tus pies hacia el lado soleado de la calle”, se escucha en “On the sunny side of the Street”, una canción de los años treinta, cuyas notas rememoran los grandes salones de baile, donde al ritmo del swing el pueblo estadounidense logró aliviar las contrariedades provocadas por la crisis económica de 1929. A casi un siglo de su creación, el profesor Eduardo Mercado la utiliza para marcar el paso de sus alumnos e ilustrar las figuras clásicas del lindy hop; uno de los estilos de baile más populares dentro de este género.
“Lo conocí a través de internet. Al principio creí que era algo parecido al rock and roll, pero poco a poco fui descubriendo que se llamaba swing, y que había varios estilos. El más popular es el lindy hop y el que más se practica en México. Cuando decidí que quería hacerlo también, me percaté de que éramos pocos los interesados, y que por lo mismo no había lugares donde lo promovieran; entonces, junto a otros interesados, contactamos a profesionales de Estados Unidos y Argentina como Giselle Anguizola, Shesha Marvin, José Zarazaga y Daniel Newsome para que vinieran al país a darnos clases, hasta que poco a poco se fue consolidando la escena”, relata el instructor, quien desde la Ciudad de México, cada fin de semana se traslada a Querétaro, para promover este género junto a su pareja de baile, Jassiel Rivera.
Rivera y Mercado llevan poco más de dos años difundiendo este estilo en las plazas públicas y festivales de la ciudad, así como en Entrenarte y Ángulo13; lugares donde suelen organizar “sábados sociales” y noches vintage, para el deleite de los lindy hoppers locales y el público general.
A los lindy hoppers “nos gusta mucho el ridículo y el juego”, asegura Eduardo, detallando que, a diferencia de otras expresiones dancísticas, el lindy es un estilo desenfado y relajado que no necesariamente demanda apegarse estrictamente a su técnica.
“Una vez en un festival internacional en Hungría se me ocurrió incluir algunos pasos de cumbia en la coreografía (risas); es algo que ocurre todo el tiempo, por ejemplo, en Argentina, se afecta el lindy hop con el tango; en Estados Unidos, con el hip hop. Estos chispazos de otros bailes en el swing son totalmente válidos, aunque hay gente que prefiere apegarse a la manera tradicional en que se bailaba en los treintas”, explica Mercado, quien a través de este estilo ha representado a México en Europa, en concursos internacionales como el Grenoble Swing Dance Festival, donde en una ocasión resultó ganador.
Además de la riqueza estética de esta expresión, Jassiel destaca sus atributos sociales, pues “permite una comunicación en diferentes niveles: físico, emocional, visual, incluso con uno mismo”. De ahí que Swing Querétaro- como nombraron a su proyecto - busca vincularse con barrios y comunidades para reconstruir el tejido social al ritmo del lindy hop.
Actualmente, el grupo se encuentra conformado por alumnos de Querétaro, Ciudad de México, Tamaulipas y Guanajuato, así como de España, Rusia, Alemania y Argentina, quienes regularmente se reúnen en Jardín Zenea, Plaza Fundadores y Jardín Guerrero para bailar.
La agrupación ha formado parte del programa artístico por el Día Internacional de la Danza y del Festival Internacional Jazz de Verano, en el que esperan volver a participar este año.